cinco

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Incertidumbre y curiosidad,eso sentía Yume,por ese extraño ser que estaba parado frente a ella.

Yume era hermosa,tenia una posición económica bastante acomodada y una voz privilegiada. Tres factores con los que pudo convertirse en una figura del mundo del espectáculo o en toda una dama de sociedad, sin embargo,ese pequeño defecto en su habla,mutilo todas sus grandes oportunidades. Desde niña su padre la mantuvo aislada del mundo. Cuando ella nació,su madre murió y eso causó en su padre el terror por perder lo único que quedaba de su, añada,
esposa. Descubrir su problema al hablar,empeoró todo para la muchacha. Pues temiendo que fuera víctima de burlas y desprecio, su padre ni siquiera la dejó ir a la escuela. Le pagó maestros privados y la mantuvo como un pájaro enjaulado. Al crecer sólo le permitía ir al teatro,algo con lo que no estaba de acuerdo,pero ante lo que cedió,pues la hacia muy feliz. Yume no sabía si tenía o no más familia. Ella sólo conocía a su padre.

Podemos decir entonces que las habilidades sociales de Yume no eran las mejores,quizás. Al principio le parecío que ese individuo,era un hombre extraño y persistente, verlo aparecer en su casa le hizo la idea de que era un acosador, pero le bastó con saber que no era humano para dejar de verlo con recelo. Lo miraba con el mismo "temor" que a cualquier otra persona que no conocía.Con más dificultad que la habitual, producto de sus nervios, logro decirle que ella,no tenía ganas de cantar y menos de dar un concierto privado,al menos no por un tiempo.

-va-yase-le dijo después de una pausa.

-de acuerdo. Lo entiendo. Sus ánimos no son los mejores en este momento. Me iré por ahora, pero quiro que sepa que voy a volver-le dijo Whis y dicho eso camino hasta la puerta,la abrió y se fue.

Hubiera querido que ella aceptará en ese instante,pero pensaba que precionarla hubiera tenido un efecto negativo en lo que él buscaba. Volvería al dia siguiente o un par de dias después.

Al regresar al templo,el pez oráculo le dijo que el dios despertaría a la tarde del día siguiente. Aquello le causaba una gran molestia,pues con Bills despierto no podría ir a la tierra o al menos no tomarse el tiempo que necesitaba,pero bueno todo tiene solución. Al día siguiente el ángel preparó un gran banquete, como acostumbraba,para recibir a su señor,mas en cierto alimento puso un poco de una sustancia que haría dormir al dios por un tiempo. A veces usaba esa artimaña para descansar de Bills. Que durmiera unas semanas o unos meses no hacía daño a nadie. Si algo extremadamente urgente se presentaba él,era capaz de despertarlo,aun si eso ponía a su señor de mal humor. Nunca abusaba de aquella sustancia,pero siempre la tenía al alcance de la mano. Tardaría un día o dos en hacer efecto,un tiempo también prudente para volver con Yume.

El dios comió sin sospechar ¿por qué lo haría? Ese ángel podía no tenerle afecto alguno,pero lastimarlo no podía ¿como iba a imaginar que Whis,ponía somniferos en la comida?. Un par de días después se fue a dormir, se sentía demasiado somnoliento para permanecer en pie. Era lo que Whis esperaba para ir a ver a la joven.

Llego hasta la casa,golpeo la puerta,pero la muchacha no salio. No se oía ningún ruido al interior del edificio,mas la presencia de la joven la sentía en el interior. Era posible que estuviera durmiendo,mas un sutil olor metálico en el ambiente,lo alentó a dar un vistazo a través de su cetro. Una vez vio lo que pasaba simplemente ingreso.

La joven estaba en la tina. El agua teñida de escarlata por la sangre,que se derramaba de las muñecas cortadas de Yume y ella pálida como un papel. La levantó en sus brazos,llevaba puesto ese vestido rosado con el que cantaba en el coro  sólo que  ahora estaba rasgado. Daba la impresión de que ella misma lo había hecho. Whis no se detuvo a pensar respecto a eso en ese momento, aunque ningún detalle pasaba desapercibido para él. La acostó en la cama,curo sus heridas,le seco la ropa y la despertó llamándola por su nombre.

-¿pa-pá?-musitó mientras abría los ojos.

-me temo que no. Soy yo,Whis-le dijo sentándose junto a ella,en el costado del lecho.

Lo miro sin interés alguno y volvió a cerrar los ojos. Poco le importaba este ángel o lo que fuera.

-¿quería morir? No tiene que desear morir para que suceda, ocurrirá tarde o temprano,pero precipitarse a ello,no es algo muy sensato-le dijo el ángel.

Ella abrió los ojos enfrentándolos a los de Whis,que no tenían ningúna intención particular.

-seguro no soy la clase de ángel que deseaba ver hoy,pero soy el único que vendrá,eso se lo puedo garantizar-declaro él,pero no obtuvo ningúna respuesta.

Se quedó sentado allí contemplandola. Era esa boca y ese cuello lo que más le gustaba de aquel cuerpo esbelto. Le causaban la necesidad de sentirlos,como si atraves de ellos pudiera palpar la voz de esa mujer. Los tenía tan cerca,tan próximos. Era cuestión de estirar sus manos y ya,pero en lugar de eso pasó saliva a su faringe,como si intentara tragar un trozo de alimento demasiado grande para deslizarlo por su esófago. Se levantó para buscar distancia, entonces escuchó un suave y melodioso murmullo. Se quedó así,de espalda a ella,escuchando la canción que Yume comenzaba a interpretar.

La había oído ante,en voz de la soprano,pero la interpretación de esa mujer era ridícula en comparación a la de la muchacha a sus espaldas.La de Yume era una voz que sonaba como un alma melancólica,con un lamento de trueno envuelto en seda ¡poderoso! Sobrecogedor y que llegaba al oído con una fuerza suave. Una voz que se quebrada y se rearmaba para caer y ascender en un vibrato que penetraba en la mente. Su voz no sólo entraba por los oídos, sino por la piel,cruzaba la carne y alcanzaba los huesos. Todo su ser se estremeció al oír esa voz de tan cerca. La mano de Yume lo tomo por el brazo y se deslizó a traves de el,hasta alcanzar esa mano larga de dedos delgados a la que se sujeto para hacerlo voltear a ella y él,con la parsimonia que lo caracterizaba, se giró.

Ahí estaba lo que tanto quería,su privado concierto,su íntima experiencia con esa voz que debio pertenecer a un ser de índole mas noble o almenos estar destinada a lo sacro. Ella soltó su mano para interpretar con teatrales movimientos aquello que cantaba y que tenía a Whis estaciado. Sus ojos estaban fijos en esa boca y sólo en esa boca, por donde brotaban las palabras que componían aquella canción que hablaba de un alma que se elevaba a la bobeda celeste, desterrada y sola para en el silencio guardar,sin esperanza, sus sueños que en la tierra no pudo cumplir ¡pero la letra era lo de menos! Era la voz el embrujo del que él,era prisionero. Su piel se erizaba,un ligero escalofrío le bajo por la espalda y su respiración se agito mientras una sutil capa de sudor le cubrió la frente,una pequeña gota de este se deslizo por su mejilla hasta caer al abismo granate de sus ropas.

Dicen que la música despierta pasiones,pues las de Whis se alzaron todas a la vez ese dia. Mil voces clamando al unisono,mil sombras que se apilaban en la puerta blindada de sus emociones, exigiendo que las dejara salir y como él,se resistía formaron una sola gran sombra que golpeó hasta colapsar esa contención. Fue como una corriente que subió desde alguna parte y envio una señal eléctrica a todo su cuerpo,que se sacudió ligeramente y lo hizo dar un gemido ronco,que se mezclo con un suspiro fugaz para juntos extinguirse con la última nota que cantó Yume.

Por primera vez ese ángel,se sintió realmente desconcertado, no sabía que había pasado.Aún temblaba y su corazón latía a un ritmo rápido,como si hubiera estado haciendo algún esfuerzo, pero sólo estaba ahí parado. Por un momento vio nada,por un momento oyó nada y en ese vacío sucedió algo indescriptible. Una especie de clímax que fue como una explosión,que lo dejo dando pequeños resoplidos mientras miraba esos labios ahora sellados y humedecidos por las lágrimas.

Whis estiro la mano hacia el rostro de la muchacha y le sostuvo la barbilla a la vez que le hizo una caricia en el labio inferior.Yume traia un concierto dentro y Whis una audiencia completa ¿podria no haber pasado lo que pasó esa tarde entre los dos?

-diva-logro artícular Whis-¿quiere ser mi diva?

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora