cuarenta y tres

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Yume casi da un grito de espanto cuando vio a Korn a sus espaldas. Los ángeles siempre aparecían en el teatro,generalmente después de las funciones,pero este estaba en su casa y eso la alarmó un poco,pero la tenue expresión de tristeza en sus ojos la hizo bajar la guardia,además quería hacerle una pregunta que tal vez él podría responder,mas espero a que él hablara primero.

-supongo que le han dicho esto muchas veces,pero su voz es maravillosa-comenzó a hablar Korn-muy bella y cautivante...

-gracias-le dijo Yume al quedar las palabras de Korn en pausa.

El ángel se le acercó hasta quedar a un paso de ella e intento hacerle una caricia en el rostro,
algo que ella rechazo dando un paso atrás,pero él dio otro hacia delante y pronto termino entre la pared y Korn cuyo rostro bajo hasta el costado del suyo,
buscando hablarle en el oído. 

-necesito que sea mi diva-le dijo y le sujeto la mano de Yume para llevarla hasta su pecho-no puedo no oir su voz.No quiero estar sin su voz que me agita y me sosiega más allá de mi control...

Yume lo miro. Los ojos distantes de ese ángel de pronto estaban llenos de ternura. Es que había cambiado bastante su vibración en el último tiempo. Ahora era más suave,más cálida y constante. Era como entre adagio y moderato; un andante, mucho más agradable que su ritmo in crescendo de antes. Pero ella ya era la diva de alguien.

-lo lamento-le dijo y apartó su mano del pecho de Korn.

El ángel del universo ocho no apartaba su rostro de ese espacio entre el cuello y el hombro de Yume,quien sentía la tibia y suave respiración de Korn sobre su piel. Por un momento,cuando él apoyo la mano en el muro para evitar que escapara,la muchacha tuvo miedo,pero luego entendió que no debía temerle, pues al igual que con Whis,era ella quien tenía el control. Lo tomo por los brazos para que la abrazará y él solto el cetro para poder hacerlo. Así descendió,con Korn entre sus brazos,hasta quedar de rodillas y le fue señalando que se acomodara en su regazo y una vez lo tuvo quieto ahí, le cubrió los ojos con la mano para cantarle una canción in andante, mesurada,en prácticamente todo,pero dulce y cálida al oído. No era ningún aria, sólo era una canción que escucho por ahí y la pinto con su voz,que por más que tratara de mantener discreta siempre acababa por lucirse. Era ella también esclava de su voz,que tal vez era demasiado para un cuerpo tan frágil como el suyo. 

Era un canto que llamaba a la calma y dormía lo exaltado,pero Korn se resistió a eso y desprendió su rostro del regazo de Yume,para alcanzar su faz que permanecía con los ojos cerrados;estaba totalmente absorta en lo que cantaba,mas percibió que su oyente estaba en guerra con lo que ella intentaba hacer,asi que abrió sus párpados y rodeo el rostro se Korn con sus manos como diciendo "no te resista" y él dejó de pelear, volviendo a su posición anterior. Es que estaba escandilado con ella y más aún, con lo que se agitaba dentro de él,cada vez que Yume cantaba, era una sensación tan agradable como enloquecedora. Le despertaba el deseo de morderla,de apretarla; pero sin violencia.Sólo con el afán de...es que a veces pensaba dos veces en la situación en que se involucraba y en lo qué estaba sintiendo;nunca se dejaba llevar ni un poco por las emociones e incluso llegaba a evitar cualquier tipo de situación emocional.Pero ahora deliberadamente hacia todo eso y sus emociones parecían expresarse de manera opuesta a lo que sentía ¡esas ganas de morderla y apretarla eran sólo por la ternura que le provocaba! Yume era para él, algo tan cándido y frágil que quería tenerla con él para cuidarla,para protegerla.

Esas notas agudas de su voz que eran como gotas de caramelo,le habían mutado la pasión por un sentimiento aún más intenso y duradero. Korn sentía por ella lo mismo que Whis,mas al saber que este la tenía con él,de alguna manera, experimentaba celos y los celos son la respuesta natural cuando alguien que quieres le muestra más atención o interés a alguien que no eres tú;así mismo el sentido de pertenencia. Los mortales siempre decimos "mi"  antes de todo lo que,bueno o malo,consideramos nuestro "mi madre" "mi amigo" "mi mascota"  "mi casa", bien el ángel del universo ocho quería llamar a la diva su diva,porque lo cautivó y porque sentía que ella, lo tenía a él y deseaba que fuera recíproco.

Yume lo entendió todo y no iba a corresponder a Korn,asi que le obsequió lo único que podía darle y eso lo calmó,pero no iba a extirpar lo que ella,hizo nacer en el corazón de ese ángel.

Cada ángel era distinto,con Cus siempre todo era más fácil,ella sabía lo que quería exteriorizar, así que sabía que pedirle que cantará. Con Mojito debía siempre buscar las arias más dramáticas y robustas,con Marcarita los falsetes y los in crescendo,con Vados debía llevar su voz a las notas más graves y así cada ángel era un concierto distinto.

Al terminar Korn,se quedó ahí un momento. Estaba tan a gusto y luego de susurrar algo en el oído de Yume, se marchó algo triste. La muchacha se levantó y escuchó aplausos que venían de su costado,ahí estaba Daishinkan que puso las manos atrás como de costumbre para hablarle.

-fue una linda canción y la verdad no sé que siento cuando veo la forma en que su música domina a mis hijos-le dijo y camino hacia ella.

-buenas noches-le dijo Yume.

-buenas noches-le respondio el Gran Sacerdote-tiene usted una casa muy bonita.

-gracias...¿a que vino?-le pregunto Yume directamente, pero sin sonar grosera.

-a responder sus preguntas respecto a esa marca en su frente-le dijo y le señaló que volviera a arrodillarse sobre la alfombra-imagino que tiene muchas dudas,aunque también entiende que tiene que ver con nosotros ¿no es así?

-si...

-muy bien...yo le explicaré absolutamente todo,pero antes permitame un momento-le dijo y mirando hacia el techo chasqueo los dedos-ya está,ahora podemos hablar a solas...

La imagen que su cetro le mostraba,se desvaneció y Whis lo hizo desaparecer al tiempo que desencrustaba su puño de la pared. No le gusto ver a Korn, tan cerca de Yume y está vez tenía que ver con que ese acercamiento no fue producto de un arrebato,como si fue el beso que le dió anteriormente. Ahora había un sentimiento de por medio y él,aún no era capaz de tomar una decisión con respecto a lo que le dijo su padre.

-¿lo entiende ahora?-le pregunto Daishinkan.

-si...Lo entiendo...

-se que implica un gran costo para usted,pero por otro lado quedará para siempre enaltecida entre los ángeles,consiguiendo cosas con las que los mortales sólo pueden soñar... Tal vez no las valore ahora,pero lo hará. De eso puede estar segura.

Yume guardo silencio un momento,mientras acariciaba ese figura en el centro de su frente.

-usted sigue siendo mi dragón-murmuró la muchacha.

-¿disculpe?

-nada... aceptaré,pero si sólo él, viene por mí. De lo contrario quiero que mantenga a todos sus hijos lejos.

-esta bien... ahora que no puede decirme que Korn, es una mala opción-le dijo luego,al ver la mirada de Yume volvio a su postura de seriedad-esta bien...si él,no viene por usted,ninguno de mis hijos la volverá a importunar.

Una semana después,en uno de sus conciertos vio a Whis parado al final de las butacas. Pasó lo mismo durante un par de semanas. Whis la iba a ver cantar,pero no se le acercaba,se iba apenas el espectáculo terminaba y eso...eso comenzó a desalentar a Yume,mas Whis tenía sus motivos para hacer aquello.

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora