veinticuatro

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Frío y distante,así se comporto Whis con ella,pero a Yume no parecía darle mucha importancia a su actitud hacia ella,ademas era tarde y quería descansar. Se fue a dormir temprano.

A Whis le hubiera gustado preguntarle que cantó para los Zen oh sama,pero prefería no dirigirle la palabra o términaria siendo grosero como cuando retorno de ese lugar. Cuando la vio desaparecer por el corredor suspiró entre aliviado y frustrado.

¿Como explicar eso que le causaba saber que ella cantaba para otro? Era...era como si viera que manoseaban algo...pensaba en la comparación que hacía y terminaba más atribulado que antes. Ella era suya o al menos sentía suya. Esa voz por ser ese íntimo canal que los conectaba a los dos,le era aún más suya y le desesperaba un poco saber que ella, fue a cantar para otro y que ese otro fuera su padre,porque a él no lo engañaba. Sabía que en realidad el Gran Sacerdote, había ido a buscarla para él. Lo supo desde que lo vio llegar. ¿Que escenario habrá preparado para ella? ¿por qué volvió de tan buen ánimo? ¿conseguiría con el Gran Sacerdote, la misma conexión que con él o fue mejor o fue peor o más intensa o más... más? Entre más pensaba peor se sentía,lo acongojaba imaginar cualquiera de esas posibilidades.

La fue a ver mientras dormía y hurgó en sus sueños,pero en ellos no vio nada que le diera una pista de que pasó allá, en el templo de Zen oh sama,o ocurrió El sueño de esa noche la mostraba a ella misma, al interior de un estanque o algo así. Su cuerpo era presa del agua y se veía tan calma que daba la impresión de estar dormida. Poco a poco ese cuerpo suspendido,se fue cubriendo de algas y cosas acuáticas hasta que desapareció y ella se agito entre sueños girandose hacia él. Balbuceó algo y luego comenzó a sollozar. El sueño cambio de escenario bruscamente y estaba ahora en una tarima de teatro, viéndose cantar a si misma como una niña,como una adolescente de unos catorce años,de su edad y mayor,de unos veinte y más,no podía oír;pero se quedo absorto por esa imagen tanto tiempo como duro,mas no entendía porque,ella lloraba dormía ¿que significado tenía aquello?

Se quedó ahí el resto de la noche viéndola soñar,hasta que en la mañana oyó al pez oráculo llamarlo y salió a ver qué quería. El pez le dijo que tenía una profecía que debía oír y que involucraba a Yume y a él. Se la relato brevemente mientras el rostro del ángel se encendía con una expresión de agrado y emoción.

-no hace falta que le digas esto al señor Bills-le dijo el ángel al pez oráculo.

-pero...

-no es algo peligroso realmente y no lo afecta en algo considerable- le indicó Whis.

-bueno,si tú lo dices-le respondío el pez-por cierto ¿qué habías en la habitación de esa muchacha?

-soñaba-le respondío y se fue rumbo a la cocina.

Un día callado. Yume no hablaba mucho,al menos no con él. Con Bills sostenía diálogos,con él escueta declaraciónes,hasta con él pez oráculo platicaba a veces ¿por qué? Se preguntaba mientras ella,le pedía que hiciera esos ejercicios para calentar la voz. La clase continuo mientras él intentaba hacer una melisma, mas al elevar la voz, terminaba por perder la entonación.

-lo lamento no estoy muy enfocado el día de hoy-le dijo al fallar por cuarta vez.

-asi parece-comento ella-quiza debamos continuar mañana, señor Whis.

"Señor Whis" la mayoría lo llamaba sólo por su nombre,ella ponía distancia con ese "señor" cada vez que le hablaba y le molestaba,no estaba seguro del motivo,pero le molestaba y mucho.

-no es tan difícil-le dijo ella y se paro delante de él-si lo logra podrá interpretar melismáticas y esos cantos le viene bien a su voz...

-¿de verdad piensa eso?-le pregunto algo dudoso.

-desde luego que si,señor Whis...

-podria sólo llamarme por mi nombre-le dijo al fin.

-no me siento cómoda llamándolo así,lo siento-le respondió Yume-bueno creo que ya que no quiere seguir  lo conveniente seria volver ¿no le parece?

-¿no le agrada este lugar?

-honestamente es peor que una jaula. Sin ventanas o puerta;un recinto sellado...hecho para esconder o resguardar celosamente lo que aquí se traiga...

Así era,tal como ella lo dijo. Whis diseño ese espacio para que nadie viera lo que allí guardaba. Se veía cómodo y acogedor,pero en realidad era una bóveda donde quedaban atrapadas muchas cosas de él y saturaban el ambiente.

-tiene razón-le dijo Whis tras una breve reflexión-este lugar necesita una remodelación y yo algo de inspiración...

-¿inspiración?-repitió ella sin entender.

-le importaría cantar un poco,
hace dias que no la escucho y he extrañado su voz.

Ella lo miro dubitativa, luego accedió. Whis espero un poco y camino en redondo entorno a ella,hasta ubicarse detrás justo cuando comenzó a cantar, curiosamente un area que hablaba de amor. Era extraño porque ella no había interpretado algo así antes. Se quedo oyendo un instante,Yume no volteo a verlo,estaba sumergida en su canto que sonaba como el de una sirena, que clamaba por un amante perdido en alguna parte y es que de eso hablaba la letra de aquel fragmento de opera, que alguna vez oyó en voz de la soprano en ese teatro donde la conoció,mas en la voz de Yume se oía mejor y mientras la escuchaba aceptaba la dolorosa verdad:por más que practicará no la iba a superar.

Siguiendo la voz de esa muchacha es que cambio el inmobiliario,que no era mucho, pero ciertamente refrescaron el lugar,pero el verdadero cambio fue poner una enorme ventana delante de ella y que era tan alta como el muro. Una ventana colosal que abrió para que entrara la fresca brisa del bosque, que agito los cabellos de Yume con suavidad. Ella levantó un poco la cabeza como para disfrutar mejor ese viento perfumado de árboles y su canto, sin acompañamiento, se tornó un murmullo que adquirió un encanto mágico como si fuera un hada que paseaba melancólica por el bosque,notas agudas,altas que se elevaban como trepando un hilo de araña para bailar juguetonamente en la cima y luego deslizarse cual perlas sobre un liston se seda. Lo seducia,lo llamaba a unirse a esa voz que era embrujo irresistible y sin darse cuenta,en voz muy baja siguió esa melisma, dejándose llevar por ella.

El agudo oído de Yume le advirtió de la suave entrada de Whis,en su canto y se giró hacia él con una leve sorpresa. Él tenía los ojos cerrados mientras iba escalando con ella por la invisible partitura. En la breve pausa que había entre los versos que seguían a ese falsete,Yume dejo solo a Whis y este al no oír la voz de la muchacha abrió los ojos encontrándose con los de ella. Se sonrojo un poco al ser sorprendido en esa pobre interpretación que ensuciaba la de ella,pero Yume no le estaba reprochando nada y le señaló continuara mientras entrelazaba su mano a la de él. Ella siguió su canto,Whis vaciló un momento luego tímidamente la siguió como si fuera dos pasitos más atrás.

No alcanzaba las notas más agudas con la maestría que ella tenía,asi que inteligentemente las torno más graves y eso pinto el canto más dramático porque parecía que él,le estuviera suplicando a una dama que escapaba inalcanzable hacia las lejanías. Recordaba esa opera muy bien,era una escena romántica antes de una trágica. Los amantes,que eran hermanos, se habían enamorado sin saber quienes eran y al descubrirlo,no siendo capaces de dejar de sentir lo que sentían,hacen un pacto mortal. Al final de ese canto que era entre una sirena y un ser semejante,ambos bebían veneno. Una historia que a él no lo había impresionado en nada,pero ahora que la intérpretaba era diferente. Claro él era un tipo de voz novato,pero Yume se iba adaptando a eso y juntos terminaron haciendo un concierto bastante bueno,mas la atención de Whis,se fue volcando a la oportunidad de hacer algo que esa sombra en su interior le estaba exigiendo hace tiempo y que él venía ignorando.Actuando la escena que en un momento lo obligaba a descender hasta alcanzar aquellos labios,en la última sílaba del último verso, como si su intención fuera solo finiquitar el acto dramático de la ópera,Whis sedio a esa demanda y la besó de forma superficial, pero fue suficiente para sentir la vibración de la voz de esa mujer que algo confundida trato de retroceder,pero su mano entrelasada a la del ángel fue la traba...

Mentiría si no dijera que hace tiempo quería indagar en esa boca,pero nunca se le pasó por la cabeza la idea de besarla ¿o es que eso era lo que realmente quería?

Mi Sombra no tiene derecho a la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora