Capítulo 14: Pillada

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Luna

Veo a través de los prismáticos como ya no hay ningún tipo de movimiento en el interior de la casa de Alan. 

Hace bastante que Gardenia se ha marchado, ha sido como un sufrir inaguantable esperar aquí, pensando en la clase de cosas que podrían estar haciendo, joder, ¡mis planes se van a fastidiar!

Escupo el chicle al bajar del auto que se oculta entre la maleza del bosque, aparto la melena negra de la peluca a un lado y sigo caminando hacia la vieja casona.

Alan lleva toda la noche despierto, debe de estar durmiendo ya, por mi bien, eso espero, no puedo irme sin conseguir nada, no llevo toda una noche haciendo guardia para terminar con las manos vacías.

Estúpida Gardenia, siempre tiene que estar entrometiéndose en todo, ¿es que no es capaz de separarse de Alan ni con la memoria en blanco?  Cuanto la detesto.

Me ha extrañado mucho que se haya atrevido a algo así, Karma la controla bastante, es a la única a la que jamás le quita el ojo de encima.

Yo, sin embargo, gozo de total libertad, y es que no le importo lo más mínimo, ni a él, ni a mis padres, ni a nadie.

Suspiro sacudiendo la cabeza, no es momento para debilidades, como dice mi jefe, los monstruos debemos tener la sangre fría y el corazón helado.

Los sentimientos son nuestra debilidad, gracias a ellos es que nos hirieron.

Saco una copia de la llave de la casa y la introduzco lentamente en la cerradura, viendo que efectivamente abre, voy aguardando con el oído apoyado en la madera, por si le oigo levantarse y dar algunos pasos, no parece haber más ruido que una televisión baja de fondo, según lo que vi por los prismáticos, está dormido en el sofá. 

Esta copia, la conseguí por Karma, no sé como, ni porqué, pero él ya ha estado en esta casa, le he visto husmear, entrar y salir a su antojo. 

Esto despierta muchas preguntas en mi interior, y en las de Ra. Preguntas que no dejaremos sin respuesta.

Abro lentamente, cuelo un pie y después el otro, inspecciono que Alan sigue dormido al fondo del salón, cierro con cuidado y avanzo de puntillas. 

Todo está desordenado, hay una silla tirada en mitad del pasillo, platos de pasta a medio comer, algunas gotas de sangre...

Creo que lo que ha sucedido aquí con Gardenia no ha sido del todo romántico, eso me alivia, pero me sigue molestando que estén juntos.

Estos celos enfermizos me siguen volviendo loca aun 13 años después de esa niña acomplejada de tan solo cinco, que se odiaba a sí misma y se soñaba siendo tan hermosa como Dakota, recibiendo la atención del chico que la tenía completamente encandilada.

Alan...

Suspiro sin poder evitarlo llevando mis manos a mis labios cuando le tengo de frente, luce como un demonio sereno, no hay nada de ángel en él, no hay nada bueno, destila maldad pura, y lejos de asustarme, solo me obsesiona más.

Trato de acercar las yemas de mis dedos a él, pero entonces gruñe, cambiándose de postura, dejando uno de sus antebrazos sobre su bonito rostro, la visión de todo ese cuerpo semidesnudo me vuelve más que loca.

Lo deseo tanto que mataría por él.

Lentamente, sabiendo que estoy cometiendo una locura, mi mano se apoya en su abdomen, cuando noto el roce, una corriente eléctrica me sacude, entonces muerdo mi labio para callar un jadeo doloroso, Alan ha sido mi obsesión compulsiva, una obsesión que Ra se ha esmerado en ayudarme a superar, creíamos que habíamos avanzado.

SCHIZOPRENIA✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora