Capítulo 37: Cara a cara

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Alan

Mi innegable parecido con mi padre es lo que me ha facilitado estar aquí, frente a la puerta de lo que parece su ¿habitación, despacho? que se yo...

Como sea, me siento indignado.

He estado tantos años solo, tantos años, echándole de menos, necesitando el calor de mi familia.

Y él, ¿aquí? rodeado de mujeres haciendo a saber qué.

Me da igual si está loco o no, me da igual si Gardenia tiene razón en algo de lo que dijo, aunque lo dudo.

Solo sé, que me siento realmente decepcionado.

Esperaré a tener unas explicaciones por su parte, si no  me convencen, lo mataré, y me quedaré tan a gusto.

''Ese es mi chico''

Sacudo la cabeza, no quiero ir en una actitud violenta, no quiero pensar así de él, papá se sacrificó por mi, él... intentó liberarme de esta carga.

De la carga de ser un monstruo.

¡Pero me sigue doliendo que siempre haya estado tan cerca, y no haya hecho nada por mi!

De todas formas, no es que lo merezca.

Yo destrocé a nuestra familia.

Mis manos tiemblan mientras mis puños se aprietan, marcándose mis venas sobre los antebrazos.

—Mamá...—Murmuro, dejando salir el aire.

—Puedes pasar.—Avisa un tío con una máscara negra que solo deja ver sus ojos, lleva una pistola en la mano.

Cuando deja que la puerta quede lo suficiente abierta como para pasar, visiono a otro hombre enmascarado sentado en un sillón de cuero negro, su pose es innegable, le reconocería en cualquier parte.

No importa que no le pueda ver el rostro. Es mi padre.

—Rápido.—Me estresa el mismo hombre que me ha dado paso, haciendo presión en mi espalda con la boquilla de la pistola, mi mano se gira rápidamente arrebatándosela, le doy un tiro en la frente, y este cae muerto a mis pies.

Cuatro hombres más me están apuntando en este momento.

Suspiro del aburrimiento.

—¿De verdad creen que me pueden intimidar así? —Cuestiono, sonriendo con añoranza.

Supongo que después de todo, mi parte humana, siempre ha deseado la muerte.

—Ni se os ocurra.— Oigo su voz, notando mi corazón palpitar fuerte, no ha cambiado nada, el timbre de su tono sigue siendo exactamente el mismo.—Alan...— Él se levanta, llevando su mano a la máscara, para quitársela y dejarla sobre la mesa.—Ven y abraza a tu padre.

Mis ojos azules observan los suyos, él aguarda con los brazos ligeramente abiertos, yo no me muevo.

—A mi nadie me da órdenes.—Aclaro.

—No era una orden.—Se ríe, repasando su pelo con los dedos, unos tacones se escuchan acercarse desde detrás de las estanterías, una arreglada y provocativa Gardenia hace acto de aparición, ella se deja caer sobre el torso de mi padre, quien la abraza.

Mis dientes crujen.

—No me digas que te gusta esta chica, ¿qué no estabas loco por Dakota?— Cuestiona, acariciando la piel de la pelirroja.

—Tú, eres de mamá. 

—Alan....—Murmura.

—No.— Le corto.—Mamá es la única mujer que puede haber en tu vida, me niego a...

SCHIZOPRENIA✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora