SCHIZOPRENIA✔

Capítulo 21: Víctor Miller

Alan

—No has pegado ojo en toda la noche, eso no es bueno para tu enfermedad mental. —Comenta Margaret, dando un sorbo al café que le he hecho, tras mojar la magdalena, son las siete de la madrugada. 

''Dile a esa vieja chocha que ''la enfermedad mental'' tiene nombre y es Schizo''

—A Schizo no le gusta que le llames así.

—A mí no me gusta que se porte mal con mi hijo.

''¿Podemos matarla ya?''

—Sies.—Murmuro, removiendo la cuchara en los cereales, no tengo apetito, pero tengo que estar fuerte, para lo que sea, y toda esta masa muscular necesita comida. 

Margaret se rie.

—Sies.—Me imita.—A ver si adivino, ¿quiere matarme? —Carcajadas salen de su boca.—Ay...Schizo, hace mucho que perdí el miedo a la muerte. 

Sonrío, yo jamás permitiría que mi locura le hiciese daño, la quiero demasiado.

''Bla, bla, bla....''

—¿En qué has estado pensando? —Pregunta y yo pienso.

—En Dakota, mamá.

Ella parpadea lentamente.

—Nunca he visto un amor igual, es como de película, me recuerda a esas novelas que leía en mi época adolescente, todas eran tan trágicas...

—Mi amor no terminará en tragedia.— Zanjo el tema, Margaret toma una caña de un bote de cristal, color azul y la mete en el café, le es más fácil tomárselo así, veo como Schizo está detrás de ella, metiéndole más cañas dentro del moño que tiene hecho.

Ruedo los ojos.

Al menos, se entretiene.

—¿Y qué harás hoy?—Pregunta.

—Peter Flich me llamó anoche, quiere verme hoy a las ocho, vendrá por casa, después de eso, quiero volver al centro de salud mental.

Ella arquea las cejas mirándome con gran sorpresa.

—¿A ese infierno? ¿Para qué, Alan? 

—Piénsalo.— Estiro los brazos, columpiándome en las patas traseras de la silla.— Gardenia sufre amnesia, y para ello han tenido que  someterla a ciertos... métodos.—Hago un gesto con las manos que ella entiende. — Hanse trabajaba para Ra, así que... ''problemas mentales'', ''Ra'', ''Doctora Hanse...''— Asiento, creyendo que voy por el camino correcto.— Creo que allí debe haber algo que me pueda conducir a Dakota, o al mismo Ra. 

—Alan, tú conoces cada escondite de ese lugar, todos los rincones ¿qué te podría quedar por investigar? 

—Una vez  me hablaste de un comedor viejo, el cual estaba al lado de la primera cocina que hubo en el centro, como el acceso debía ser por escaleras y muchos enfermos no podían acudir, decidieron trasladar dichas áreas a la planta superior, ya que por la construcción del edificio no era posible hacer ascensores, y las rampas ya sabemos que son una mala idea.—Margaret se ríe, recordando las ''carreras'' de sillas de ruedas que algunos enfermos organizaban en dichas rampas— ¿Voy por lo cierto? 

—Sí, Alan, así es, pero...tan solo es eso, un comedor y una cocina abandonados, viejos, quizás hasta con ratas y a saber qué más, a los duendes no les gustaba ese sitio.

—Los duendes no temen a las ratas, madre.— Me tomo otra cucharada de cereales, apartando el bol para morder una manzana.— Y si no les gusta ese sitio, es porque algo oculta, algo que...— Arrastro la silla, levantándome, Schizo ya no está.—Pienso descubrir.