SCHIZOPRENIA✔

Capítulo 32: ¿Vida normal?

Alan

—Os lo he dicho, está durmiendo.—Gruño, terminando de cocinar los huevos revueltos, doy la vuelta a las lonchas de bacon con unas pinzas. — Y no pienso invitaros a desayunar así que ya os podéis largar por donde habéis venido.

—Tenemos que verla, joder, ¡es Dakota! ¡nuestra Dakota!—Insiste Dennis, a lo que suspiro.

—Es mi novia, mi Dakota, nada de nuestra.— Aclaro, sirviendo el contenido en tres platos.—¡Mamá! ¿Ya quieres comer? 

—Alan.—Evans me hace mirarle con reproche, eso hace que cierre la boca de inmediato, sabe muy bien cuando no estoy de humor.— De verdad que... ¿De verdad que la has salvado para siempre? Quiero decir, ¿no hay riesgo de que se la vuelvan a llevar? ¿no crees que deberíamos avisar a la policía? 

—Mamá, ¿por qué todavía están con vida? 

—Me caen bien.—La escucho decir, acercándose a la mesa. 

Se me ha quitado el apetito, y Dakota aun descansa, así que les cedo los otro dos platos, ellos los aceptan de buen agrado.

También le sirvo café y unas magdalenas a mamá.

—¿Ves? No eres tan malo, hermanito.

—Ya bueno, espera a que el mata ratas haga efecto. 

—No estamos aquí para escuchar tus borderias, Alan, queremos respuesta.

—Y yo quiero cortaros el cuello, pero ya veis, me estoy conteniendo.

—¡Esto es serio!

Dios, era más feliz cuando Evans solo formaba parte de mi recuerdo. No le recordaba tan pesado.

—Chicos.—Mamá carraspea la garganta.—Alan lo tiene todo bajo control.

—Pero no es justo, señora, ella es nuestra amiga, nos hemos preocupado mucho, y después de estar tantos años secuestrada no puede quedarse aquí encerrada, ella debe ir a la policía, debe ir a casa de sus padres, debe...

—Debe hacer lo que yo diga.—Termino la frase sin más.—Ni sus putos padres, ni la policía, ni tú, ni Dennis, habéis sido capaz ni de protegerla, ni de encontrarla, ni de traerla de vuelta a casa, yo sí, así que se hará lo que yo diga ¡¿entendido?!— Rujo, dando un golpe en la mesa, ambos guardan silencio.—Y sí, se lo que estáis pensando, ir a la policía y delatarme, hacedlo, no me importa, nadie le pondrá las manos encima a ella, no mientras yo viva, y creedme, es difícil conseguir lo contrario. 

—Alan...tranquilo...

—¡NO ME DIGAS QUÉ HACER!— Pierdo los nervios, clavándole el tenedor en la palma de la mano, Evans grita de dolor, la sangre baja por su muñeca y Dennis intenta ayudarlo. 

—Alan...—Repite mi nombre, adolorido, con los ojos vidriosos, mientras Dennis le limpia la herida con una servilleta.—Soy...tu hermano... ¿Por qué...? 

—Entiende de una vez que soy un puto psicópata, Evans, no juegues con una paciencia que no tengo, ni intentes aprovecharte de unos sentimientos, que no existen. 

Zanjo el tema, viendo que ella se ha despertado, mamá va a por el botiquín, para ayudar a Dennis en su labor, quien respira muy fuerte, a causa del miedo que le ha dado la escena, él nunca me conoció tal y como soy, tan solo tenía la imagen de un chiquillo ruin de carácter ácido.

—Hola.—Saluda Dakota, iluminándose su mirada al verles, inevitablemente me pongo en medio, tapándolos a ambos para ser su centro de atención.

—Amor, buenos días.—Sonrío dulce.—¿Dormiste bien, cariño?—Mi mano va hacia uno de sus mechones, el cual casi ni roza mi piel pues esta se hecha a correr hacia sus amigos, dejándome en ''visto''.