SCHIZOPRENIA✔

El sueño de Alan// 12. Diablo

La esquizofrenia es como una sombra, cada vez que veas brillar el sol, ella estará detrás de ti.

Alan James. (Realmente, Alan Miller)

Alan

''Los celos no son propios de ti, Alan, ella no tiene derecho a herirte de esa forma, deberías matarla.''

-Vuelve a decir eso y me volaré los sesos.

''Oh, la antepones incluso por encima de ti, no sé como llamarlo...¿heroico? ¿o suicida? ''

-Ah, chúpame los huevos.

-¿Alan?- Dakota me nombra, voy tan metido en mis cosas que olvidé tenerla detrás de mi.

-¿Ah?

Me detengo, observándola, ella hace un gesto de incomprensión.

-Llevas un rato hablando solo.

Frunzo ligeramente las cejas.-No hablo solo.

Ella abre los ojos quedándose en silencio, me río.

-Mi esquizofrenia quiere que te mate.- Confieso, encogiéndome de hombros para seguir.

-¡Esquizofrenia mala!-Chilla.

''Ah, ahora sí me cae mal, deshazte de ella, pero no sin follártela antes, está muy buena''.

Sus pasos corren para ponerse a mi altura, tengo un caminar muy rápido.

-Oye, Alan, fuera de bromas...

¿Quién estaba bromeando? yo siempre hablo en serio.

-¿De verdad eres esquizofrénico?- La pregunta es lanzada como un misil sin rumbo, ella no quiere herirme, pero el temor en sus palabras demuestra una débil brecha de miedo hacia la respuesta que pueda darle.

La miro a los ojos por unos instantes, las dudas y los reproches la están carcomiendo, sé que quiere hacer como si nada, como si todo fuese normal, pero otra parte de ella misma necesita entender lo que sucede y sobre todo, justificarlo.

-Siempre lo has sabido, Dakota.-Digo sin más, ella evade mi mirada, fijándose en un alrededor al que ni le presta atención.

Sé que hay una lucha interna en su corazón.

-¿Y es malo que lo seas? Quiero decir...¿Qué va a pasar?

Sonrío.

-Hay personas que son tocadas por Dios, y viven en plena suerte, amor y gozo, pero hay otras, Dakota, que viven con el demonio mirándole a los ojos, susurrándole a los oídos lo que debe hacer, alimentando a la bestia que todos, de alguna forma, llevamos dentro.- Mis dedos van hacia una de sus blancas mejillas, siento la suavidad de su piel y todo en mi se agita.- Solo sé que por muy peligroso que pueda llegar a ser, tú siempre estarás a salvo.

Sus dedos sostienen mi mano, apretándola contra su mejilla.

-¿Eso significa que aun me sigues queriendo?-La humedad en su mirada, me desarma, ¿acaso se a atrevido a dudar de mis sentimientos?

-¿Cómo puedes tan siquiera formular esa pregunta? Siempre has sido mi loca.

Cuando me mira de la forma en la que me está mirando ahora mismo, siento impulsos de comérmela a besos, y lo único que me impide no hacerlo, es saber que estamos frente a la puerta de mi casa, y que su madre, puede vernos.