[CapituloCinco]

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[ R U B É N ]

- ¡No!

Conocía perfectamente esa voz gritona por que la había escuchado las ultimas veinticuatro horas pero lo peor de todo era que sabia que lloraba, trataba de escapar de algo. Nunca dudaría de mis amigos, amigos de hacia diez años y les había dado ordenes muy claras de no lastimar a la chica. Jane, trataba de huir.

O eso crei hasta que después de correr por medio bosque encontré a Jane atada y ultrajada en un tronco, sin pantalones y con heridas abiertas, ademas que de su boca brotaba sangre. Me acerque con furia a Rose, siempre se las daba de jefa cuando no estaba y esto empezaba a sacarme de quicio. Vi la navaja en su mano y se la arrebate de un manotazo, luego la tome del rostro con brusquedad.

- ¿Se te esta olvidando el trato, Rose? - le dije -. ¿En que carajos quedamos tu y yo? La próxima vez que volvieras a hacerle algo a alguna de las chicas iba a matarte...

- Rubén, ella tenia un radio de frecuencias. Iba a delatarte... - susurro bastante aterrada

- ¡Callate! - grite y luego me dirigi a los dos chicos que dieron un paso atras - Ustedes... ¿le hicieron algo?

- No...

- ¿La tocaron?

- No, ya sabes como es Rose... - dijo Abraham.

- Callate, Cheeto... - grito Rose.

Me acerque a Jane, estaba desmayada, tenia un corte en la mejilla y uno bastante profundo en la pierna, podria necesitar puntos. Se me hizo un nudo en la garganta, no solo por que se suponía que la chica no podía tener ningún rasguño al entregarla a los narcos, si no que verla así me había hecho pedazos el corazon y sentí aberración por Rose, lo cual era ridículo pues esto ya había pasado varias veces y las chicas a veces aparecían muertas por que no soportaban el castigo de la chica del grupo.

Desate sus manos y la cargue en brazos sin decir una palabra a los otros. Volvimos a la carretera, había conseguido un auto un poco mas pequeño que el anterior y sin baúl, así que Mangel y Abraham la cargaron en el asiento de atras. Ni loco dejaba que Rose la llevara.

Al caer la tarde, logramos encontrar un hotel que se veía peor que el anterior, pero necesitaba curar las heridas de Jane y cambiar su cabello antes de pasar la frontera.

Mangel se encargo de llevar a Jane a una habitacion, cubierta por una manta para que los de recepción no se dieran cuenta de como estaba. La encontré en la cama, aún dormida y sin pantalones. De la mochila que siempre llevaba saque el hilo quirúrgico y rogue a que no se levantara y siguiera desmayada.

Con la mano un poco temblorosa, inserte la aguja en su pierna y Jane despertó con un grito de dolor.

- Shh... - me acerque a ella y tape su boca. Lloraba a mares -. Tengo que cerrar la herida antes de que de infecte y duela mas.

Aparte la mano y me quite el cinturón para que ella lo mordiera.

- Será pronto, lo prometo.

Me miro extrañada, como si no entendiera el por que trataba de salvarle la vida si estaba aquí para ser torturada por nosotros, pero realmente no era nada del otro mundo: no podía dejar que se quedara así, seria llegar a los extremos y se suponía que deberíamos llevarla a los asiáticos sin algún tipo de golpe.

Volví a incrustar la aguja y como era obvio el grito salió de su boca ahogado por el cinturón que mordía, en cada pasada de la aguja lloraba y se aferraba de las mantas de la cama como si eso fuera a ayudar. Sentí que respiraba aliviada cuando hice el corte de el hilo, se quito el cinturón de la boca y me miro enfadada, tal vez por no haber controlado bien la situación con Rose y dejar que le hiciera esto.

Cautiverio [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora