[ J A N E ]
En mi sueño, algo profundo y acogedor por los tragos de la noche anterior, empecé a sentir la mejor sensación de todas, unos besos cortos y electrisantes habían inundado por completo mi espalda y su mano tibia e inquieta recorría desde mi nuca hasta el nacimiento de mis glúteos acercándome un poco más a su pecho.
Me queje un poco pero no me moví.
- Perdón por despertarte... - susurro muy cerca a mi oído.
Sonreí antes de girarme y tomar la sabana para cubrir mis pechos. La luz entraba por toda la habitación y aquello le resaltaba el cabello desordenado y sus ojos que me miraban con un amor inconfundible.
- No debiste detenerte... - le dije y sonrió.
Cada mañana me olvidaba un poco de la situación en la que yo me encontraba y volvía a hundirme en una depresión terrible, pues bien, ese fue el momento. Suspiré sonoramente y me senté en la cama. Sorprendentemente me detuvo, haciéndose justo en frente de mi.
- Espera, quiero hablar contigo de algo muy importante - dijo. Su cara se notaba bastante seria.
- ¿Que puede ser?
- Pues, Jane, ¿sabes lo que podría pasar de aquí en adelante entre nosotros?
Lo mire confundida.
- Rubén, hemos cruzado todo el continente por una razón, es obvio que tengo más que claro lo que vas a hacer y a donde iré a parar...
- Pues he cambiado los planes...
Lo mire aún más confundida.
- ¿Que? - dije.
Les juro que, al ver su seriedad y el hecho de que de allá impuesto en mi camino así no me dejaba pensar en otra cosa que en que él quisiera matarme. Para desaserse de mi y de todo este rollo, me sentí sumamente asustada.
- Tu no quieres seguir haciendo esto, Jane - dijo -. Ni yo, en serio, ya no lo soporto.
Entre en pánico.
- ¿Vas a matarme? - solloce.
El sacudió la cabeza confundido y me tomo de la mano.
- ¡¿Que?! - dijo -. No, no me malinterpretes, no es eso, no... Al contrario, voy a salvarte...
- No entiendo...
- Vamos a volver, Jane. No pienso dejarte en Japón.
Mis ojos de abrieron a la par de mi asombro. Entonces había decidido dejarme libre, ¿pero que pasaría con el?
- Osea... - dije -. Vas a dejar el negocio conmigo... Pero, ¿que vas a hacer tu? Van a buscarte y seguramente...
- De eso me encargo yo, Jane. Pero no pienso dejarte en ese lugar, ni si quiera quiero imaginarlo pero... vas a morir allí, estás muriendo a cada tramo que nos acercamos a ese lugar y no puedo hacerte eso, no ahora.
- ¿Por qué?
El suspiro y fue de las pocas veces que pude ver la debilidad en su interior. Aquel Rubén rudo que me había secuestrado había desaparecido por completo en ese instante. Su debilidad tenía nombre. El mío.
- No puedo perderte, Jane, es todo. Ahora... la decisión es tuya, eres libre de correr en este momento si quieres, de volver con tu familia en Noruega o... quedarte conmigo.
Sonaría estúpido que una cautiva de ya varias semanas se quedará con su secuestrador, pero no quería ir con mi familia, no después de saber que por culpa de mi padre estaba en esta condición, todo el mundo quería matarme por su culpa y aunque fuese loco, Rubén se había convertido en mi única salvación.
- Estas loco... - dije y pareció entristecer -, no voy a ir con mi familia, Rubén - sonrió -. Voy a quedarme contigo.
Me abrazo rápidamente y no pude evitar imaginarme el viaje que nos esperaba de vuelta, podríamos correr peligro una vez los japoneses se dieran cuenta de que el no me llevaría a ese lugar. Su vida estaba en riesgo por amor.
- De acuerdo... - dijo al separarse de mi -, tendremos que ser rápidos ¿vale? Y cuidadosos, podrían estar en cualquier parte y puede que otro tipo tome mi lugar para secuestrar te y llevarte...
- Hemos salido de muchas situaciones similares, ¿no crees que es tarde para decir eso? - reímos.
- Tienes razón, pero, esta gente está loca.
Lo siguiente fue meterme a la ducha para prácticamente huir y que les puedo decir, hace mucho no me sentía tan bien, tan libre.
[ R U B É N ]
Bien. Íbamos a lograrlo, íbamos a salir de esta situación ilesos. Joder, como me hubiese gustado salir de este planeta, estaríamos bien el resto de nuestras vidas.
Había muchos contras en esto. Una vez se dieran cuenta que no iba rumbo a Mongolia sino de vuelta por Rusia y demás, iban a sospechar, iban a amenazarme pero, como bien lo había dicho Jane habíamos salido de situaciones similares y está no sería la excepción.
Estaba demasiado contesto mientras esperaba a que ella se diera una ducha para irnos. Estaba contento por que había decidido quedarse conmigo, no me podía imaginar una vida con ella, tal vez escondidos pero no era malo, no era malo teniendo en cuenta las demás posibilidades. Por fin tendría algo de felicidad en mi miserable vida.
Ella salió de la ducha rápidamente y tomamos nuestras cosas, lo siguiente era ser muy cautelosos, tal vez tendría que tomar otro auto o algo así para pasar desapercibidos en la vuelta hacia Noruega.
Y que decir de ella, se veía contenta mirando atraves de la ventana de su lado, no como hace unos días donde solo podía ver que lloraba tratando de ocultarmelo.
- ¿Lista? - dije cuando arranque el auto.
- Claro...
Se estiró un poco desde su asiento y me dio un corto beso en los labios. Le pedí que estuviera sumamente al pendiente por si algún auto nos seguía de lo cual nos salvamos, hasta tuvimos la ocasión de bajar un poco del auto para comprar comida.
La esperaba en el estacionamiento de una parada para turistas, mientras ella compraba comida para ambos y para picar durante el viaje. En ello, el móvil vibro en el asiento y abrí la puerta para tomarlo.
- Se lo que estás haciendo... - su voz me heló la sangre -. Si no traes a esa niña a Mongolia en unas horas, habrá uno de mis hombres esperándolos en la frontera de Rusia. La asesinaran y luego a ti... Piénsalo.
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Cautiverio [✓]
FanfictionJane Winston es la hija del nuevo presidente de Noruega el cual tiempos atrás cayo en una red de narcotráfico y fraude del cual no esta enterada su familia. Jane es secuestrada por una red de trata de blancas la cual lidera Rubén Doblas. Junto con A...