Cautiverio [✓]

[CapítuloDiecisiete]

[ R U B É N ]

Respire profundo por ultima vez y me tranquilice para salir del baño de servicio e ir a buscar algo con que Jane pudiera limpiarse y buscar algo que pudiera ponerse para salir del auto.

Llegue a nuestra habitacion y rapidamente saque una toalla húmeda y otra seca para que se envolviera la cintura. Al salir, me encontré con Abraham el cual me miraba con algo de enojo.

- ¿Que? - dije empujandolo con el hombro pero me detuvo.

- ¿Que? ¿solo eso vas a decir?

- ¿Que es lo que necesitas, Cheeto? Tengo que llevarle esto a Jane...

- ¿Crees que no te vi? - trague sonoramente y esquive su mirada amenazadora -, ¿crees que no note desde mi habitacion que estabas follando con Jane?

- Abraham yo...

- ¡Nada! - grito y di un paso atras -, ¿se te esta olvidando quien es o que? Tu no nos dejabas tocarla, ¡eres un egoista de mierda! Ahora me toca...

Dio varios pasos por el pasillo hasta que logre detenerlo. Por esta razón era que acostarme con Jane era un jodido problema. Aparte de que para los japoneses tenia que estar intacta, si yo me acostaba con ella, Mangel y Abraham también querrían por que eso haciamos anteriormente con las chicas. El problema era que no quería que la tocaran, la quería para mi por lo que restaba del viaje.

- No te atrevas a tocarla - le dije tranquilamente aunque apretaba su hombro con furia.

- ¿No? ¿y por que no? Siempre hacemos eso, Rubén.

- Yo soy quien manda aquí, Cheeto, no se te olvide...

- A ti se te olvidaron tus propias reglas. ¡Nadie, ni siquiera tu podías acostarte con ella! Y te veo metiendosela en el auto...

- ¡Ya cierra el pico! - grite de vuelta, palpando el arma que tenia en el borde del pantalón -. Tu no sabes lo que paso allá, así que no digas nada... Jane llegara a Japon y eso será todo... Lo que paso allá fue un error, no se volverá a repetir y no quiero que ustedes la toquen...

Abraham asintió en una expresión de decepción y se retiro sin decir nada mas. De camino al auto me dije que no podía desaserme de mis deseos sexuales con Jane y que tenia que buscar otra alternativa para no cometer el mismo error.

Abri la puerta de atras y ella estaba sentada con las piernas ligeramente abiertas y la prueba de mi deseo en su pierna, una imagen que no podria quitarme en un par de dias de la cabeza. Me miro con los ojos bien abiertos y se sonrojo lo cual me hizo sonreír.

Sin decirle nada le extendi primero la toalla húmeda. Me hubiera gustado yo mismo limpiarla pero solo me quede mirandola con la boca abierta mientras lo hacia. Luego le di la otra toalla y la envolvio en su cintura. Salio del auto y me miro atenta.

- ¿Que pasa? - pregunte y ella negó con la cabeza. Sonrei -. Toma... - le di la llave de la habitacion -, ve y date una ducha, yo estaré fuera un rato...

- ¿Puedo ir con Mangel? - pregunto.

- Si pero... - me acerque a su oreja -, no le menciones lo que sucedió aquí ¿de acuerdo?