[CapítuloDoce]

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[ R U B É N ]

No hablo en todo el trayecto, parecía enojada y mas amigable con Mangel, lo cual no me molestaba ya que anteriormente las chicas a las que secuestrábamos se sentían mas comodas con el, el era el amistoso y tierno, Abraham no hablaba con nadie y solo se ocupaba de su trabajo y yo era quien las seducia para que cayeran en la trampa, para obtener lo que deseaba de ellas. Y ahora con Rose fuera de la línea, de este mundo, en realidad, no había quien las manipulara a golpes para que obedecieran.

Sinceramente no aguantaba mas, por poco la mata, por poco y pierdo todo el dinero. A Jane parecía no importarle pues sus preguntas me lo demostraban.

¿Por que matarla? Por que ya no la aguantaba, no estaba dispuesto a perder a Jane solo por sus caprichos, aquello jamas había ocurrido. Yo no estaba mal, era ella, era Rose.

Ella te amaba... Puede que les suene desalmado y cruel y frio y todo lo que quieran, pero yo lo sabia, el hecho era que jamas iba a verla de otra manera que como a una socia, una compañera de trabajo y no mas. Aquello del amor no funcionaba en mi vida, nunca lo he tenido y no veo la necesidad de obtenerlo. Rose lo sabia pero... no tengo la menor idea de por que perdió el control con Jane.

Si, era consciente de los cuidados que tenia con ella pero era solo trabajo, a Jane no podía pasarle nada, tenia que estar intacta frente a los asiáticos y ahora como se veía, no se como iba a hacer.

Antes de cruzar la frontera con Suecia, teníamos que prepararnos, Jane no podía ser descubierta por los fronterizos. Una vez fuera de Noruega, ya no seria problema viajar, a no ser de que el papito de Jane cerrara las fronteras, por eso teníamos que viajar rápidamente. Lo haríamos al dia siguiente y de momento, volvimos a instalarnos en un paradero para turistas, que esta vez parecía un pequeño pueblo en el cual yo ya había estado varias veces por temas de trabajo y esas cosas.

Les pedi a los tres que bajaran, que tomaran habitaciones, excepto Jane, ella tenia que dormir conmigo y se prepararan para cruzar la frontera.

- ¿No puedo quedarme con Mangel? - me dijo Jane antes de entrara a nuestra habitación.

- ¿Que? - dije confundido.

- Odio estar contigo... - rei.

- Mangel puede tratarte igual que yo si se lo ordeno..., es un marica.

- ¿Por que le dices eso?

- Es muy sensible y eso no me sirve.

- ¡¿Y vas a matarlo como a Rose?!

- Se me hace que querías que ella te ahogara en esa tina. ¿Es que acaso no te ves, Jane? ¿ya te viste en un espejo? Mira como tienes la puta cara... y no solo eso...

- ¿Que?

No me dejo responder pues siguió rápidamente a la habitación y de allí a el baño. Se planto frente al espejo viendo sus marcas, las marcas moradas de los dedos de Rose, la nariz tenia sangre seca y además de eso, tenia los hombros y los brazos llenos de moretones, producto de los golpes que debio darse dentro de la tina.

Me acerque a ella y sonreí con malicia.

- Entonces... ¿de verdad querías que la dejara viva? La conocía a la perfeccion, Jane y se que seguiría insistiendo hasta no verte tumbada y sin respirar...

- Pues..., prefiero morir antes que estar contigo - giro y me miro mal.

- ¿Qué hago para que dejes de darme lata?

- ¿No piensas dejarme ir a la habitación de Mangel?

- No - dije de mala gana -. ¿Por que quieres ir con el?

Cautiverio [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora