[CapítuloVeintiuno]

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[ R U B É N ]

Podía leer sus pensamientos con solo ver su rostro lleno de duda. Si, tal vez pensaba que esta era su oportunidad de ser libre, ya que yo pensaba en desistir y no se equivocaba, realmente pensé en dejarla libre y no seguir con esto. Perderme para siempre.

- No entiendo... - dijo ella al fin.

Dios mío. Dejarla escapar podría costarme la vida. El asiático a quien la llevaría me había contratado a mi, solo a mi para hacer este trabajo, no podía simplemente decirle que no había podido por estar solo, si supuestamente siempre lo estuve. Si no llevaba a Jane, me buscarían y me matarían, ese era el trato.

- Nada - le dije -. Estoy entrando en desesperación...

- ¿Es por Cheeto y Mangel? - su cara se había puesto triste.

- No lo se... - mentí. Era obvio que era por ellos dos.

Con esta situación de la muerte de mis compañeros, habia olvidado por completo lo que le había sucedido a ella unas horas antes. Había sido violada, ultrajada y yo simplemente no le tomaba la importancia que debería. Si, se que lo repito mucho pero se suponía que ella debería llegar con su pureza intacta a Japón o al menos... yo podría haber cometido ese acto, no violandola, lo haría con su consentimiento, así no me arrepentiría tanto de llevarla así... ¿Pero que carajos estoy...?

- ¿Como esta tu herida? - pregunto interrumpiendo mis pensamientos.

- Amm..., bien, mejor... - titubee. Verla triste, sucia, como si fuera de la calle me ponía mal -. Deberías darte una ducha...

Ella miró sus ropas, anchas y sucias y sin mirarme se dirigió al baño y se encerró. Tendría que ir por su ropa al auto, definitivamente odiaba verla como un vagabundo. Me puse la camisa y salí de la mansión hacia al auto por sus cosas y las maletas as, tal vez lo mejor sería quedarnos unos días en este lugar, por lo menos otras bandas no pensarían que estamos en este lugar.

Volví a la habitación, ella aún no salía del baño y no escuchaba la ducha o agua corriendo, no me preocupe hasta tiempo más tarde. Pensé que había escapado.

- ¡Jane! - llamé, golpeando la puerta -, llevas mucho rato allí dentro... Yo también necesito darme un baño...

Después de varios golpes y llamados, la idea de que había escapado se hizo más presente y casi tumbó la puerta con mi cuerpo. Afortunadamente ella estaba allí, sumergida en una tina que no sabía que existía. No se movía, ni siquiera se había girado cuando abrí de mala gana. Me acerque a la tina y me senté en el borde, el agua solo cubría la mitad de sus pecho hacia abajo y sus manos estaban sosteniendo los bordes de la tina.

Increíblemente, podía ver todo por la transparencia del agua y la viva imagen de Jane completamente desnudos hacia que las palpitaciones de mi pene fueran más fuertes.

Dios mío...

- ¿Por qué no contestabas? - pregunté. Ella solo encogió los hombros -. Vamos, sal, tienes las manos heladas y arrugadas - dije tomando una de sus manos.

No apartó su mano de la mía pero su expresión seguía siendo totalmente neutral. Note que había estado llorando.

- Has estado llorando... - afirme.

- No... - contestó casi de inmediato.

- Si. Se diferenciar el agua de las lágrimas...

- Que gran habilidad - casi sonreímos.

- Sal, Jane... Ya traje tu ropa.

Ladeo la cabeza a ambos lados y se puso en pie en la tina. Dejé a un lado los pensamientos tan escurridizos y pervertidos que me cruzaron por la cabeza en cuestión de segundos y la tomé de las manos para ayudarle a salir. Tome una toalla blanca y cubrí su cuerpo antes de hacer algo indebido.

Casi la empuje fuera del baño y me encerré en este. Me había imaginado tomándola agresivamente por los glúteos tan jugosos que tenía, notando como con este acercamiento, me empapaba la ropa. Me imagine postrandola en el lavamanos y penetrandola con tanta fuerza que sacaría todo el deseo que tenía por ella desde lo que había pasado en el auto. Me la imagine gimiendo a grito herido y con esta imaginación a punto de estallarme la cabeza, me masturbe ahogando un grito de placer que llevaba su nombre.

Enfríe mi cuerpo con el baño en la tina y dejé que por unos minutos mi mente se pusiera en blanco. Al salir, ella estaba en la cama, ya vestida, con las piernas cruzadas mientras pasaba los canales de la tele con el mando.

- ¿No vas a cenar abajo con la anciana? - pregunto sin dejar de mirar la tele.

- No tengo hambre...

- ¿Cuanto tiempo nos quedaremos aquí?

- Un par de días, tal vez. Este es un buen escondite, no creo que piensen que estamos aquí...

Me hice a su lado y trague un par de veces antes de pedirle perdón.

- Siento mucho todo lo que estás pasando, Jane... Lamento dejar que ese imbecil te violara, no pensé que...

- No quiero hablar de eso, Rubén...

Me miro con severidad y lanzó el mando a un lado para luego correr las mantas de la cama y taparse hasta el cuello con ellas, dándome por completo la espalda. Suspiré un par de veces y apague la tele. Me acurruque a su lado sin poner las mantas encima. Sabía que estaba despierta, lo notaba en su respiración, solo no quería entablar una conversación conmigo. No quería nada conmigo.

Más allá de la media noche, me despertaron sus quejidos y pataletas, jamás en lo que llevábamos de esta travesía había hecho algo así y me había espantado un poco. Tenía pesadillas.

- Jane... - llamé sacudiendola un poco -. Jane, despierta, es solo una pesadilla.

Abrió los ojos y respiro con dificultad. De la nada había empezado a llorar. No sabía que hacer, no se me daba muy bien consolar a las personas y lo único que pude hacer fue sobar su espalda y esperar a que se calmara, luego de unos minutos se quedó dormida de nuevo.

Me quedé mirando el techo por varios minutos, tal vez pasaron horas. Pensando en si, todo esto valdría la pena, si todo el dinero que me darían por ella valdría la pena, cuando ella estaría perdida en un mundo diferente al suyo, siendo prostituida que era lo más probable. Me di cuenta que estaba pensando en desistir con todo esto por que había empezado a sentir cosas por esta chica, no era nada sexual, la quería sana y salva, no podía imaginar lo mal que la pasaría si la llevo a ese lugar. Podría costarme la vida pero eso sí valdría la pena con tal de verla bien.

Cautiverio [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora