[CapítuloVeintiocho]

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[ J A N E ]

De la manera en que me tomo para besarme, me daba a entender que le alegraba verme y tal vez era cierto que pensaba que no vendría por él pero ya debería saber que es más importante para mi de lo que cree.

Aún así, su gesto me tomó por sorpresa y cuando nos separamos un poco, lo mire como si estuviera loco, ya que veces anteriores cuando le salvaba el culo solo pedía que corrieramos y esta situación no dejaba espacio para romances, teníamos que huir antes de que el chico que había ido por mi volviera.

- Eehh... - alargue sacudiendo la cabeza -. Deberíamos irnos...

- Si... - dijo él. Parecía confundido.

- Toma... - le entregue el arma.

- Creo que eres capaz de disparar perfectamente.

- No es lo mio.

- ¡Acabas de degollar a una persona! - señaló el cuerpo detrás del escritorio.

- Eso no tiene nada... ¡Ay, ya, ¿podemos irnos?!

Sin dejar de mirarme como si tuviera un bicho en la cara, se puso el arma en el borde de los pantalones y se dirigió a la puerta, dándome señales de que fuera detrás de él pero cubriendome en caso tal de que nos estuvieran esperando tras esa puerta.

Afortunadamente no fue así y sólo salimos hacia el montón de chicas que bailaban en las tarimas, tal vez con las luces no seríamos detectados.

- Tendrás que explicarme... - dijo mientras nos escondiamos bajo una tarima -, como es que entraste aquí y como hiciste para que Samuel te escogiera...

- ¿También quieres que te cuente todas las asquerosidades que vi en menos de cinco minutos? Como que a ese tipo le encantaban las mujeres con pene...

Rubén rio suavemente a mi lado y de cualquier modo me pareció tierno pero no era el momento. Lo mire raro.

- Comportate... - le dije.

- Si, lo siento...

- Espero que aún no se hayan dado por enterado de que el jefe está muerto...

A unos metros atrás de nosotros se escucharon gritos y la música se detuvo, alguien disparo y vimos al chico que parecía ser el secuas del jefe saliendo de la oficina hecho una furia. Se habían dado cuenta...

- Demasiado tarde... - dijo Rubén.

Me tomo de la mano y salimos corriendo por entre las putas hacia la salida, una de ellas grito: "aquí están" y pude sentir de inmediato que ese chico y sus demás socios iban detrás de nosotros con armas. Salimos del lugar y me sentí algo mareada por el cambio de ambiente tan repentino, así que ladee un poco el cuerpo y casi me caigo.

- ¿Estas bien? - me pregunto Rubén deteniendo un poco el paso.

- Si... - conteste sin dejar de correr.

- ¿Trajiste el auto?

- ¿Como crees que llegue entonces? Esta a unos metros adelante de aquí, ya sabes, por si teníamos que huir.

Cautiverio [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora