[ R U B É N ]
A medida que transcurrían los días y nuestro camino del viaje tan largo, me sentía peor. Cada que la miraba notaba un montón de tristeza en su semblante, era como si cada kilómetro le quitara un pedazo de alma. No era Jane, no era mi Jane.
Fueron incontables las veces que lloraba a escondidas suyas, cada que podíamos costearnos una habitación a medida que cruzabamos países hermosos. Me encerraba en el baño de la habitación y lloraba por ella. Quería salvarla de todo esto pero en riesgo estaba mi vida.
En algún punto de nuestro viaje, cuando al fin habíamos podido alcanzar una zona fronteriza a Rusia, a punto de llegar a Mongolia. Jane, al parecer, había dejado de lado su depresión, como aceptando su destino y me había propuesto algo.
-... No será como si jamás lo hubiesemos hecho antes, Rubén - dijo de pie frente a mi -. Déjame vivir un poco antes de matarme en vida.
- Deja de decir eso -. Me sacaba de quicio cuando lo hacía.
- No me cambies el tema... - puso sus manos en mis rodillas y sus ojos me suplicaron -. Por favor...
Era chantajista y bueno, que puedo decir, me lo había pedido una vez cuando estábamos aún con Mangel y Cheeto, y yo era blanco para sus encantos, siempre decía que si.
No quería ir a ese sitio por que no era un sitio para ella y recordando lo que había pasado la última vez no era muy buena idea. Si, había pedido que la llevase a un bar clandestino, donde se hallaban personajes muertos cada semana del ambiente tan terrible que tenía, pero tanta fue la insistencia de Jane por embriagarse, le dije que si, diciéndome a mi mismo que no podía quitarle un ojo de encima.
El lugar era un puto asco, había hombres más que chicas por todo lado, la mayoría podías verlos en las noticias ya que se habían fugado de alguna cárcel y este lugar los resguardaba.
Pero Jane había pasado por alto a todos estos tipos, había perdido cierta timidez con todo lo que ha vivido junto a mi, pensé. Ella solo se dirigió directamente hasta la barra, arrastrándome consigo.
- ¡Ey! - la saludo un hombre tras la barra - ¿que vas a tomar, preciosa?
- Lo más fuerte que tengas, por favor - respondió con una sonrisa.
Yo sinceramente estaba de los nervios, había un montón de hombres que ahora tenían su vista fija en ella y en sus piernas que iban descubiertas por que a ella se le había ocurrido la grandiosa idea de llevar una falda corta de prensas.
Me llevé la mano al borde de los pantalones, donde tenía el arma, por si acaso alguno de estos imbéciles se propasaba con ella.
Su trago y otro igual fueron deslizados en la barra por el mismo hombre que había atendido a Jane.
- Y... ¿que hace una mujer tan bella en un sitio como este? - preguntó y lo mire mal.
- Cómo todos, divertirme ya que estoy dirigiéndome hacia una nueva vida y quiero despedirme de esta...
- Jane... - advertí.
- Créeme, aquí todos buscan lo mismo, son fugitivos pero no dejan sus malos hábitos - sonrió - ¿él es tu novio?
- Si... - dije.
- No - dijo ella al mismo tiempo y sonrió - Verás... - dio un largo trago a su bebida y suspiré. Esto sería peor de lo que pensé -, él me tiene en cautiverio - el hombre frunció ligeramente el ceño -, y no se por que, tal vez por cosas de la vida empezó a sentir algo por mi...
- Jane... - volví a advertir casi gritando.
-... Y tuvimos sexo pero eso no fue suficiente para que me dejara ir, prefiere renunciar al posible amor de su vida y lo entiendo, lo entiendo en serio por que su culo está en riesgo...
- ¡Es suficiente, Jane! - grite.
- ¡¿Que?! - grito de vuelta -, es la verdad, o ¿no?
- No le grites así, hombre - dijo el barman.
- ¡Tu no te metas! - grite.
- Ey. Prefiero que bajes tu tono de voz a no ser de que quieras ser el siguiente en morir en este lugar, amigo, estoy siendo lo más paciente posible. Solo te pedí que no la tratases así, ¡la tienes secuestrada! ¿No fue suficiente?
- ¿A ti que coño te importa? No me conoces...
- Rubén... - Jane tomo mi mano suavemente, eso pareció relajar mis nervios un poco. Estaba a punto de hacer algo terrible -. Lo siento, no fue su intención, ¿podrías dejarnos solos? - le dijo al tipo.
Este levantó las manos con una mirada de advertencia hacia mi y se fue a atender a otras personas.
- ¿Que te pasa? - me dijo Jane -. Pareces una mechita, explotas con facilidad.
- ¿Acaso no notabas como te miraba? Es una acosador sexual y además..., para que coño le cuentas esas cosas, Jane ¿estas loca?
- Solo me deje llevar y... Trata de calmarte, por el amor de Dios, si... - se sonrojo notablemente -, tu sabes que el único que ha podido tocarme has sido tu...
Su mano tomo la mía y la dejo cuidadosamente en su rodilla, estábamos lo bastante cerca como para rozar nuestras piernas y sin miedo mi mano subió por su muslo, deslizándose debajo de su falda.
- Eso lo tienes claro... - sonrió y apartó sus piernas.
Sonreí y trate de relajarme un poco, así que le di un solo trago a mi bebida.
Pasaron por lo menos unas dos horas y Jane y yo estábamos bastante entonados y contentos, como si fuéramos buenos amigos disfrutando de unos tragos, hasta que ella me obligó a bailar.
- Vamos... - arrastraba las palabras, estaba sonrojada y sus ojos estaban un poco apagados -, se me van a dormir las piernas ahí Sentada y quiero liberar todo el alcohol que me he tomado con sudor.
- No, estas loca... - yo también arrastraba las palabras.
Finalmente no se como hizo para que después de jalarme el brazo insistentemente logró levantarme de la butaca alta y me rodeo el cuello con los brazos. Dejé que la música invadiera nuestros cuerpos aunque en el fondo sabía que bailabamos fatal. Rodee su cintura con mis manos y me centre a mirarla a los ojos y acercar ligeramente los labios a los suyos.
La bese intensamente, tan intensamente que no dude en apretar sus glúteos por encima de su falda y aquello desencadenó un fuego que no pude contener.
Era obvio que llegaramos a la habitación y haríamos lo posible por desasernos de la ropa pero en este acto de lujuria, podía sentir un amor inconfundible por ella y en esto pensé que me sería completamente imposible dejarla ir.
Me costaría la vida pero había tomado una decisión. Se quedaría conmigo y ni por algún motivo la llevaría a Japón.
Puede que me mataran después de esto, pero sinceramente prefería una vida corta y feliz a una larga y horrible sin ella.
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Cautiverio [✓]
FanfictionJane Winston es la hija del nuevo presidente de Noruega el cual tiempos atrás cayo en una red de narcotráfico y fraude del cual no esta enterada su familia. Jane es secuestrada por una red de trata de blancas la cual lidera Rubén Doblas. Junto con A...