[ J A N E ]
Sentada en medio de la algarabía que tenía la pareja de ancianos en medio de la mesa, contándose un montón de cosas como si no se hubiesen visto en años, me halló en medio de recuerdos que desde lo sucedido me hacen mal. No dejo de pensar en ese hombre que dijo querer rescatarme, tocándome de la manera más obsena y horripilante posible. Pasaban como flashes sus caricias asquerosas y solo sentía nauseas y gasas de llorar.
Rubén no había bajado a desayunar y yo no había podido ingerir la comida que tenía en frente. Ambos estábamos notablemente mal y me sorprendía que estos dos ancianos no dijeran nada, pero era mejor, no quería que Rubén explotará de mala manera. Aunque lo negara, sabía que estaba mal por sus compañeros, me atrevería a decir que se sentía muy mal aún más por Mangel. E igual yo, no había dejado de pensarlo y lloraba cada que podía.
Antes de hacer un show de lágrimas en medio del desayuno, me dije que tal vez Rubén tendría hambre o sino tendría al menos que comer para recomponerse de sus heridas. Sin la mirada de los ancianos un tanto distraída, robe unos panecillos dulces que había en la mesa y con la excusa de que quería descansar y tomar un café en mi habitación, me retire de la mesa con taza en mano.
Subí y halle a Rubén poniéndose la camisa, su mirada ahora parecía más atenta sobre mi, pero no lo note hasta mucho después.
- Te traje café... - dije cerrando la puerta tras de mí.
- Eh..., si... - parecía distraído. Pensativo -. Déjalo en la mesa...
- Y panecillos... - dije sacando los panes dulces de mi suéter.
Su mirada fue un tanto cómica. Espero a que terminara de sacar los panecillos para hablar.
- Se te está haciendo costumbre.
- A ti también...
- ¿Que cosa?
- No comer. Te dieron un tiro, tienes que reponer fuerzas... No puedes echarte a la pena, ellos no volverán... - me refería a Mangel y a Cheeto.
- Eso no es cierto. Yo no tengo nada - mentía.
- Si, claro... - rodé los ojos.
Nos quedamos un rato en silencio. Notaba que entre sus planes estaba quedarse al menos unos tres o cuatro días en este lugar, pero era tan aburrido, más que estar amarrada en la cama mientras el cogía con una puta.
- ¿Quieres salir? - pregunto al fin. Obviamente dije que si.
La mansión tenia en la parte de atrás un claro demasiado hermoso, tenias que pasar un bosque pequeño para llegar a el. Rubén y yo caminábamos unos centímetros alejados uno del otro.
- ¿Te has enamorado alguna vez? - tenía que sacarme el tema del nabo por que odiaba estos silencios incómodos.
Lo peor del caso fue que hizo un gesto que odiaba que hiciera. Como si no tuviera sentimientos. Su ego importaba más, estaba claro.
- Puf... - bufo -, jamás. El amor es para los débiles...
- Si... - rodee los ojos -, se me olvida que a ti solo te gusta cogertelas y botarlas.
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Cautiverio [✓]
FanfictionJane Winston es la hija del nuevo presidente de Noruega el cual tiempos atrás cayo en una red de narcotráfico y fraude del cual no esta enterada su familia. Jane es secuestrada por una red de trata de blancas la cual lidera Rubén Doblas. Junto con A...