Capítulo VIII. Vayamos con Asbel

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Adam conducía hacia el apartamento que compartía con Elías pero su mente estaba enfocada en lo que acaba de pasar con Luke. Aún seguía sin poder creerlo. Nunca pensó que su hermano llegará tan bajo como cuerniar a su pareja.

Luke había resultado igual que su padre en ese sentido, igual de infiel. Y si la historia es como la de su padre entonces Luke no terminará bien. Ya que Asbel terminará con él y quiera que no el iniciará una nueva vida en San Diego. Todos sabrán lo que Luke hizo ya que el chisme es un secreto a voces. Todos se enteran de las cosas en un abrir y cerrar de ojos...

Pero entonces pensó en Elías y en qué a él no le podría mentir sobre la información que sabía del porque Asbel actuó distinto esta vez que hablaron.

Adam sabía que Elías no lo tomaría con facilidad, sabía que iba a explotar y no quería eso. Pero sería peor si Elías se entera de que Adam lo supo por todo ese tiempo. Pensando en un mundo alterno donde Adam se quede callado.

Adam podría ser algo cabeza hueca pero cuando se tratan de este tipo de cosas no lo toma a la ligera, busca opciones y maneras para contar las cosas. Además no quiere perder al amor de su vida por una estupidez de su hermano.

Adam se detuvo cuando llegó al edificio donde vivía junto a Elías. Se estacionó en el parqueo del soltando y al bajarse los nervios se apoderaron de el.

Lo seguía pensando y llego a la conclusión de que lo mejor será decirle toda la verdad a Elías, prefería traicionar a su hermano antes que perder a Elías por guardar un secreto que al final saldrá a la luz.

Adam pasó por la recepción, tomo el elevador y presiono el botón del piso en el que estaba su hogar. Cuando las puertas se abrieron Adam siguió caminando hasta que se detuvo frente a la puerta.

Trago hondo y saco sus llaves. Con la llave del apartamento abrió la puerta y para su sorpresa Elías no estaba. Pero entonces Adam comenzó a caminar. Primero fue a la cocina y tomo algo de agua. Tenía sed y mucha. Después escuchó unos ruidos que más bien era como golpes y gritos.

Cuando salió de la cocina lo volvió a escuchar. Provenían de la habitación que ambos compartían.

Adam camino hacia la habitación teniando lo peor. Una vez ya lo habían engañado y si le pasaba otra vez no podría superarlo.

Pero al abrir la puerta se encontró con Elías sobre la cama con muchos papeles sobre la cama. Tenía la laptop consigo también, era más que obvio que estaba haciendo la tarea de la universidad.

Adam respiro tranquilo y agradeció que no fue lo primero que pensó.

— ¿Adam? —dijo Elías tronando los dedos llamando la atención del rubio.

— Eh —dijo confundido regresando al presente.

— ¿Te encuentras bien? —preguntó el menor.

Elías dejo sus deberes a un lado y se levantó de cama, camino hacía el mayor le dió un beso.

— ¿Estás bien Adam?, te noto raro el día de hoy —Elías puso sus manos en el rostro del mayor y lo molesto con eso. Sin embargo Adam no río ni nada.

Adam por dentro se sentía bien ya que estaba con la persona que más amaba y que se preocupara por él era algo que lo prendía y lo emocionaba, pero por el exterior se miraba mal.

— Perdón Elías, hay algo que debo hablar contigo —dijo asustando al menor.

Elías se hizo hacia atrás y lo vio con curiosidad. Y pensó internamente "¿De que hay que hablar?"

Después de eso Adam no dijo nada estaba buscando como decirlo. Elías al ver que Adam no hablaba se dispuso a ordenar el desastre de papeles que dejó sobre la cama.

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora