Lo Que Casi Nos Destruye©

Capítulo XVIII. El último día

Era domingo y faltaban menos de 24 horas para que la familia Ross se fuera a San Diego.

Asbel se hallaba en su trabajo a pesar de ser domingo ya que debía reponer los días que faltó. Justin estaba ahí sirviendo en las mesas y yendo de un lado para otro.

Entonces las puertas se abrieron y quiénes entraron habían sido Adam y Elías. Ellos caminaron a una mesa y Asbel fue a atenderlos.

— ¿Aquí trabajas? —preguntó el rubio mayor.

— Si —afirmó Asbel.

— No pensé que Roces's fuera un emporio —Elías habló sorprendido ya que según el Roces's no salía de su ciudad natal.

— La verdad ni yo apoyó Asbel, pero me dieron trabajo así que no me quejó, algo es algo.

— ¿Y que has hecho con el dinero? —preguntó Adam interesado—, ya llevas tiempo trabajando aquí, me imagino que debes tener dinero ahorrado o algo por el estilo.

— La mayoría está guardada en una cuenta en el banco y de eso solo uso un poco para invertirlo en mis hermanos, ya sabes, les compro algún capricho que tengan —dió explicación—, ¿entonces que desean ordenar?

— Unas crepas de pollo con salsa de aguacate y unos nachos para complementar —dijo Elías—, ah y también una malteada de chocolate.

Asbel anotó el pedido de su amigo y después miro al novio de este.

— Y a mí tráeme lo mismo que Elías pero en vez de salsa de aguacate que sea salda bechamel —explico mientras el castaño anotaba—, y de beber tráeme una soda de cola por favor.

— Listo, en un rato les traerán su pedido —dijo el castaño.

— Gracias Asbel —dijo su amigo y esté solo le sonrió.

Entonces el castaño se retiró para seguir anotando los pedidos y de vez en cuando en ayudar a dejarlo.

Mientras que Asbel estaba ocupado Adam y Elías estaban platicando.

— ¿Amor a qué hora nos vamos? —preguntó Elías.

— Saldremos de aquí después de que ellos.se marchen —explico Adam mirando su celular.

— ¿Que haces? —preguntó el menor al notar que su novio no le prestaba atención.

— Le escribo a mi madre, ella me escribió para saber cómo estábamos y para saber cuando regresamos.

— Que linda de su parte, mándale saludos —dijo mientras observaba su celular también.

Hubo un momento de silencio y entonces Elías volvió a preguntar.

— ¿Sigues hablando con tu madre? —el rubio asíntio con la cabeza.

— Si ahora me está preguntando cosas extrañas y diciéndome boberías.

— ¿Preguntándote cosas raras? —dijo intrigado—, ¿como cuales?

— Que si yo había borrado el número de Asbel del celular de Luke —bufó—, ¿como porque haría algo así? —dijo algo molesto.

— De seguro fue ese tal Josh —comentó Elías molestó.

— ¿Tu crees? —preguntó dudoso—, no lo conozco muy bien, pero quizás tengas razón.

En eso apareció Asbel con su pedido. Lo dejo en la mesa y enfrente de cada quien.

— Bien chicos disfruten su comida —dijo antes de irse y seguir trabajando

Adam y Elías comenzaron a comer sus pedidos mientras hablaban sin querer de los preparativos para la boda. Una parte de las personas que escuchaban su conversación quedaban con cara de asombro pero ningúna fue de juzgar de mala manera, sino asombro por su valentía en aceptar y casarse por amor.