Capítulo XX. En busca de una Carrera

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A la mañana siguiente la familia Ross se encontraba desayunando panqueques.

— ¿Evan cielo cuando entran los niños a clases? —pregunto Roger viendo a su esposo ya que el se encargó de eso.

— Mañana —respondió y los niños se quejaron.

— ¿Estaré con Dylan? —preguntó Adrián de forma inmediata.

— Si hijo estarán juntos —respondió Evan.

Adrián terminó de comer y fue a dejar sus trastos al lavado. Dylan fue el segundo y fue detras de su hermano.

Los únicos en quedarse en la mesa fueron Asbel y sus padres.

— ¿Entonces cuando empiezan a trabajar? —preguntó el castaño.

— Mañana —hablo Evan—, estoy nervioso trabajar de director con jóvenes calenturientos, me incomoda bastante hablo honesto. Pero trabajo es trabajo, además nadie se compara con tu padre —hablo viéndole el trasero a Roger quien se encontraba a espaldas de Asbel porque estaba buscando algo en el refrigerador.

Asbel hizo una cara de asco, no pesaba oír a su padre de esas cosas.

— ¿Y Asbel cuando nos explicaras porque nos mentiste respecto a que ibas a la universidad? —preguntó Evan dirigiéndose a su hijo mayor.

— Emm... tenía cosas mejores que hacer —respondió nervioso no quería realmente tocar ese tema.

— ¿Como cuales? —preguntó intrigado su padre.

— Ya sabes, trabajar para llevar dinero, cuidar a los chicos, esa clase de cosas papá —respondió restandole importancia.

— No tenías que trabajar, yo les pasa dinero para que tu te enfocaras en terminar tus estudios —regaño Evan—, aquí ya no tienes que trabajar no como te obligaba ese bastardo.

— Padre ya estoy acostumbrando en trabajar para pagar mis cosas, no veo correcto que yo tenga que recibir algo de ustedes cuando yo puedo ganarmelo por mi mismo. No los quiero ofender pero no necesito de su ayuda económicamente —dijo elevando la voz.

Roger se sentó y se involucró en la conversación.

— Hijo tranquilo, no te estamos regañando como para eleves la voz, estamos dialogando nomas y te estamos diciendo que nosotros te podemos ayudar es porque podemos y queremos; no tienes que seguir viviendo como vivías en el pasado, yo entiendo la mentalidad independiente que tienes y que no quieres recibir nada de nadie pero no podrás vivir de trabajos pequeños como los que has tenido, para avanzar debes tener un título universitario.

Asbel entendía las palabras de su padre pero había otro punto por el cuál Asbel no iba a la universidad y era que no sabía que carrera escoger. No sabía que quería realmente.

— No lo entendería —dijo el castaño—,  ustedes ya tienen su vida hecha —hablo sin verlos a la cara.

— Haber explicalo entonces hijo —hablo Evan—,  tu padre y yo no somos adivinos.

— Y no tenemos la vida hecha, poco a poco la formamos con tu padre, las cosas no son fáciles. Las cosas cuestan, pero es satisfactorio ver cuando ya tienes la mayoría de tus objetivos alcanzados. No es así amor —dijo mirando a Evan quien sonrió nada más.

— Si amor —respondió feliz.

— ¡Es más difícil cuando no tienes ni puta idea de que quieres o de que hacer! —exclamo el castaño—,  no se que me gusta no se que carrera seguir, simplemente no lo sé.

Evan y Roger se miraron ahora sabían con más exactitud porque el castaño no estaba en la universidad.

— Si quieres te puedo llevar hoy a la universidad, a que conozcas y a preguntar las carreras que tienen —ofreció Evan.

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora