Capítulo XXIX. Tiempos aquellos

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Evan se encontraba en su habitación cuando el hambre invadió su estomago. Sabia que su esposo no estaba ya que fue con Dylan y Adrián al parque.  El no los acompaño porque estaba revisando evaluaciones de los estudiantes de la secundaria en la que trabajaba.

Evan fue a la cocina, se preparó un café  y unas tostadas con mermelada para esperar a su esposo y pedirle algo de comer.

Después de preparar todo regreso a su escritorio y siguió revisando. Entonces sin querer vio la hora.

— Mierda, Asbel,  hoy es viernes,  tenía que ir por el.

Evan se arregló ya que estaba en bata y en ropa interior; ya que hoy salió temprano del trabajo. Se puso un pantalón de mezclilla, una camiseta básica negra y unas botas que tenía. Solo faltaba su sombrero para ser un hombre de rancho. Cuando ya estaba vestido tomo sus llaves y cuando abrió la puerta venían: su esposo, sus hijos menores y su hijo mayor.

— ¿Vas algún rodeo papá? —pregunto Adrián mirando a su padre curioso.

— No, iba a ir por Asbel pero veo que vienen con ustedes. Hola hijo —dijo el mayor.

— Hola papá —saludo el castaño a su progenitor.

Los menores entraron y Roger se asomó.

— Verdad que no me escuchaste, te dije que yo iría por Asbel ya que estabas trabajando.

Evan se río.

— Perdón no te oí.

— Me doy cuenta —dijo Roger riéndose—, iré hacer la cena, ¿Asbel me ayudas? —preguntó.

— No, tengo que hablar con papá, dile a Dylan,  debe seguir con sus lecciones.

— Entendido, ire con tu hermano.

Roger se regresó a la casa y Evan lo vio.

— ¿Que sucede hijo?, ¿de que me querías hablar?.

— Son muchas cosas —agrego el castaño caminado hacia el interior de la casa.

— Ven vamos al jardín ahí podremos hablar tranquilamente.

Los dos fueron hasta el jardín y estando ahí se sentaron en una banca de madera.

— ¿Que es todo eso? —pregunto Asbel al ver mucha madera y herramientas cerca de un árbol.

— Es un proyecto que tengo que hacer, tus hermanos quieren una casa en el árbol y pues ya sabes por trabajo no he podido. Pero dime hijo, ¿porque querías hablar conmigo?.

— Este fin de semana no podré estar con ustedes y antes de que te alteres, un amigo me invito a un cumpleaños, el cumpleaños es de su sobrino y quiere que lo acompañe.

— Por amigo te refieres a ese Zack, ¿no? —pregunto Evan algo serio—, hijo no tienes porque pedirme permiso, ya eres mayor y puedes decidir, yo se que ya aceptaste ir y eso es fabuloso. Solo siempre procura avisar o mantenernos al tanto. Que seas mayor no implica que te alejes de nosotros.

— Tranquilo papá jamás me alejaría de ustedes.

— Eso quería escuchar —Evan lo abrazó—, pero dime, se que no acaba ahí. Se que hay algo más.

Asbel se sorprendió, como lo supo.

— Decidí hablar con Luke —Evan empuñó la mano molestó—, decidí hacerlo porque quiero terminar ya con todo esto, si sigo molesto con el pero no puedo estar así siempre. Necesito superar a Luke.

— Hijo totalmente de acuerdo contigo, pero no creo sea prudente que hables con ese pendejo, tu te podrías alterar al verlo y le puedes dar una paliza.

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora