Capítulo XXIII. Gracias mamá...

51 10 10
                                    

Dylan_

Uno de los menores de los Ross se hallaba en si nueva habitación, sentía extraño tener su propia habitación después de haber compartido una con su hermano Adrián.

No recordaba que tener una habitación propia fuera tan espacioso.

Dylan observaba todo con atención, desde los acabados del techo hasta la calidad del cristal de las ventanas. Toda si habitación era bonita a su parecer, solo faltaba que Adrián estuviera con el para que todo fuera perfecto.

En eso la puerta de su habitación fue tocada así que fue a ver quien era. La abrió y los hermosos ojos de Adrián fue lo primero que vio.

— Odio estar lejos de ti —dijo Adrián entrando a la habitación de si hermano—, odio estar aqui.

— Adrián tranquilo que papá no te oiga hablar así. San Diego es bonito, imagina las oportunidades que tendremos, las amistades que formaremos y sobre todo que estaremos juntos.

Adrián veía hablar a su hermano con tanta ilusión que no le fue difícil cambiar su forma de pensar, incluso de actuar. Por Dylan habia cambiado mucho.

— Ven quiero mostrarte algo —dijo Dylan tomando la mano de su hermano y llevándolo a su cama. Dylan sentó a Adrián al borde mientras que él buscaba algo entre sus cajones.

Adrián no paraba de mirarlo, sentía algo por su hermano pero trascendía de un afecto fraternal. O era lo que creía ya que al ver a Asbel no pasaba lo mismo o quizás era su mente confundida ya que pasa más tiempo con Dylan, eso y que poseen la misma edad.

— Aqui esta —dijo extendiendo una prenda interior con diseño de calaveritas de pirata, pertenecía a Adrián aquella prenda.

Adrián la recibió.

— Gracias, ¿donde estaba? —preguntó.

— Entre mi ropa, quizás papá pensó eran míos.

— Si, quizás —concordó.

Los hermanos pasaron tiempo jugando, hablando, jugando otra vez hasta que Adrián habló.

— ¿Dylan tu me quieres? —pregunto el castañito.

— Si Adrián, te quiero —dijo sonriente—, Eres mi hermano que voy a querer hasta que seamos ancianitos.

Adrián era feliz de escuchar eso.

— ¿Y mis papás me quieren? —preguntó refiriéndose a Evan y Roger.

— Si ellos también te quieren. Nos quieren a los tres por igual. ¿Porque la pregunta? —decidió preguntar el menor.

— Porque antes sentía que no me querían, solo Asbel era el que me quería, el recibía siempre los golpes de Allan. Por mi, aunque Asbel piensa que no lo sé.

— Eso fue el pasado hermano, ahora estás en el presente y tienes dos hermanos que te quieren y dos papás que te aman mucho.

— Te quiero Dylan dijo Adrián abrazando y robándole un beso tierno.

Dyaln ignoró ese detalle ya que no era la primera vez que pasaba ya que la primera fue en la antigua escuela y por eso llamaron a Asbel y a sido un tema no tocado aún. Sin embargo los menores siguieron jugando hasta que Roger abrió la puerta.

— Niños bajen a comer por favor, su padre y hermano ya vienen y quiero que comamos en familia para dar la bienvenida como se debe.

— Si papá ahorita vamos —dijo Dylan dejando el control de la consola.

Adrián también lo dejó y siguió a su hermano y padre al primer nivel de la casa, fueron hasta el comedor y ayudaron a preparar la mesa. En eso la puerta fue abierta y vieron a su padre y a su otro hermano entrar.

— Mis campeones —dijo Evan al ver sus hijos menores—, ¿espero se hayan portado bien hoy?.

— Si papá —dijo Adrián yendo a su padre, este lo cargó y le dio un beso en la mejilla.

En eso Roger apareció y traía los platos con comida.

— Llegaron a tiempo —dijo Roger acercándose y dándole un beso a Evan—, ¿como les fue en la universidad?.

— Asbel tienen que pensarlo, tomo folletos y analizará sus opciones, ¿verdad hijo?.

— Si —afirmo el castaño.

— Bueno después veras los folletos ahora vamos a cenar —dijo Roger como una orden.

Todos se sentaron al rededor de la mesa y como una familia unida dieron las bendiciones. Después de eso empezaron a comer y hablar de si día. Dylan no paraba de hablar de lo contento que estaba porque ya fuera el día de mañana.

Terminaron de comer y el celular de Asbel comenzó a sonar.

— Iré a mi habitación, papá mañana te ayudo con los trastos —dijo antes de retirarse.

— Chicos vayan a ducharse para mañana, no quiero les agarre la tarde  —dijo Evan—, yo me quedaré con su padre para ayudarle.

Los menores asintieron, dieron las gracias y se retiraron.

— ¿Dylan me prestas una pijama? No tengo limpias.

— Claro yo te presto una —accedió el castaño—, yo te llevo al baño, duchate primero.

Adrián sonrió y fue hasta su propia habitación.

Al estar dentro sintió algo extraño, le gustaba ya que era una habitación moderna y con muchas cosas bonitas. Más bonitas de las que tenía en su antigua casa.

Adrián camino hacia si clóset para tomar una toalla, pero antes se detuvo y abrió uno de sus cajones, abrio una cajita de metal y saco la única foto que conservaba de su madre.

Se preguntaba dónde estaría ella, o si se encontraba bien siquiera.

— Ojalá pudiera hablarte o verte otra vez mamá —hablo en voz alta tocando la fotografía—, no tengo mucho que decirte más que gracias. Gracias por haberme encontrado una familia que me quiere y gracias por devolverme a Asbel también. Adiós Ester espero te encuentres bien.

Dicho esto el menor guardo la foto, fue al basurero cerca del escritorio que tenía y lo arrojó.

_____________
Hola queridos lectores

Disculpen el capítulo tan corto, pero pensé este capítulo era necesario, no se porque pero muy dentro lo sentía así. Espero les haya gustado, espero sus votos y comentarios.

No siendo más por hoy nos leeremos hasta la próxima...

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora