Capítulo XXII. Noche de dramas

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Era un día más para Luke en la universidad, todo parecía tan aburrido y triste para el, sabia muy en el fondo que Asbel ya sabía y lo peor es que no pudo explicarlo.

En eso apareció Lucy.

— ¿Lucky por que esa cara larga? —pregunto su amiga.

— No es nada Lucy, solo que hoy no desperté de ánimos.

— Aja, mentiroso, te conozco recuérdalo.

— Bien, es Asbel —admitió el chico—, surgió un inconveniente con el, sabe que le fui infiel.

— Lucky vamos, en serio, ¿de verdad lo hiciste? —pregunto la chica crédula.

— Si, me arrepiento obviamente pero Asbel ya lo sabe, como no se, o bueno creo que mi hermano y Elías fueron a decirle. Así que de igual forma ya me termino.

Lucybell aunque era una chica algo loca, sin sentimientos,  casi una diva, sabía que la infidelidad era algo no ta bueno.

— Lucky perdón que lo diga pero fuiste un imbecil —dijo sin más, yendo al grano—, Asbel aunque no es de mi agrado nunca te hizo algún daño, siempre te quiso, corrección demostraba el amor que te tenía y me di cuenta porque mientras ustedes estaban en su burbuja del amor yo los observaba y ese chico estaba loco por ti. Solo quisiera saber porque lo hiciste.

Ambos jóvenes llegaron a una banca bajo el árbol así que se sentaron ahí a seguir conversando.

— Me sentía solo, abandonado por el, así que cuando se dio la oportunidad caí en tentación aunque no hubo nada más que besos y toques, quizás hubiera llegado más lejos pero me arrepentí y me empecé a sentir culpable.

Lucy no lo pensó y le golpeó con una abofetada.

— Te pasaste, eres más que un imbecil.

Luke se sentía arrepentido no había nadie que lo consolara, solo lo regañaban diciéndole cosas como esas. Pero cayó en la cuenta de que lo que ellos decían era la verdad.

— Se me ocurre algo Luki pero es dentro de cuatro meses —Luke observo a su amiga muy atento—, tengo que ir a visitar a mis tíos y de pura casualidad ellos viven en San Diego, así que tu vendrás conmigo y buscaras a Asbel y trataras de resolver la mierda que creaste

Luke asistió feliz, saber que tenía una oportunidad le daba esperanza.

— Bien ahora vamos a mi casa hay una ropa que me muero porque veas —ambos se levantaron y siguieron sus ruta hasta llegar a la casa de Lucybell.

En el trayecto Elías iba viendo fotos del pasado, la razón, ni el lo sabía simplemente hechar un ojo a sus fotos y todo salió.

— ¿Ey mi amor que tienes ahora? —pregunto Adam sin dejar de ver el camino y poniendo una mano sobre la mano de Elías.

— Que no entiendo porque Asbel le compro algo a tu hermano, osea, cual es su lógica.

— Quizás sea un regalo de despedida o sea un regalo para hacer sentir mal a mi hermano.  Ah la verdad no se que decirte amor, Asbel es confuso a veces.

En eso el celular de Adam comenzó a sonar, Elías lo tomó ya que Adam no podía.

— ¿Quien es? —preguntó el rubio.

— Tu mami —dijo viendo y diciendo el nombre de mami en la pantalla—,  eres tierno lo sabías —le dijo intentando no reír.

— Cállate y contesta —ordenó y Elías lo hizo—, hola mamá, ¿como estas? —dijo el rubio en voz alta.

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora