Capítulo XI. Visita a Southwest

47 9 3
                                    

Adam y Elías estaban durmiendo cómodamente en su cama cuando el celular del menor comenzó a sonar. Su alarma no paraba hasta que el rubio mayor sintió. Soñoliento tomo el aparato y vió la hora.

- Mierda -susurró para desactivar la alarma y dejar el celular en la mesita de noche.

Después vio a su chico durmiendo a su lado y se acercó a él.

- Elías mi amor ya despierta, ya es hora de que te prepares para la universidad.

Pero lo único que obtuvo fue una queja de Elías. Quién quería seguir durmiendo.

- Hoy es tu examen Elías. Recuerdas.

Elías abrió los ojos y se voltió en dirección donde se encontraba Adam. El rubio mayor lo primero que hizo cuando Elías se voltió fue darle un beso de buenos días y solo así el menor reaccionó.

- Me encanta cuando me besas -admitió el menor.

- Solo así logro despertarte -se rió-, tienes el sueño pesado bebé.

- Un poquito quizás -se rió también Elías.

Adam le sonrió y se levantó se la cama dejando a la vista todo su torso expuesto. Elías no resistió y quedó hipnotizado al ver esos músculos, esos pectorales y esos abdominales que tanto lo volvían loco.

- Iré hacer el desayuno, tú ve y toma una ducha -decreto al mayor buscando una toalla en él closet.

Cuando lo encontró se lo puso y le pasó una toalla al menor arrojándola a la cama.

Elías toma la toalla con su mano y se levantó de la cama.

- Bien me iré a duchar -dijo rendido caminando hacia Adam y robándole otro beso.

Elías se fue a al baño mientras que Adam se dirigía a la cocina a preparar él desayuno.

Minutos después Elías había salido del baño con la toalla enrollada a su cintura. Camino hacia la cama y se sentó en el borde. Había pensado muchas cosas mientras se duchaba. Una de esas era Asbel, extrañaba a su amigo pero quería saber cómo estaba, en especial si sabe lo del engaño de Luke. También estuvo su padre presente en sus pensamientos, todo estos asuntos lo estresaban.

Sacudió la cabeza para distraerse y se levantó caminando hacia el clóset. Tomo ropa interior, calcetines, una playera con cuello en v básica de color negro, unos jeans rasgados y por último unos tenis grises. Se vistió con la ropa que escogió y en el proceso sintió el olor de la comida que Adam preparaba en la cocina.

Salió de la habitación y siguió el exquisito olor que provenía de la cocina. Al entrar vio a su prometido sirviendo los dos platos.

- Mmm...que rico huele, ¿que preparaste esta vez de desayuno amor? -preguntó el chico sentándose en la mesa del comedor que está cerca de la cocina.

- Omelette amor, lo hice especial para ti -Adam termino de servir y tomo un par de cubiertos y fue la mesa.

Puso los platos en la mesa, uno en frente de Elías y otro dónde el se sienta. Tomo su lugar pero antes hablo con Elías.

- ¿Quieres algo de beber?, Hice algo riquísimo que podría gustarte -dijo alardeando.

- Si por favor Adam, amanecí con mucha sed -dijo y el rubio se paró y regreso corriendo a la cocina.

Sacó del refrigerador las malteadas de chocolate que preparó para el desayuno. Le puso un poco de crema batida por encima y también un poco de sipore de chocolate

- Cierra los ojos -habló recio Adam tomando las malteadas y regresando a la mesa. Colocó una enfrente de su chico y la otro cerca de su plato-, abrelos -dijo y de forma inmediata Elías los abrió.

Lo Que Casi Nos Destruye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora