Lo Que Casi Nos Destruye©

Capítulo XXV. El Beso

Asbel se había despertado temprano este día, tomo una ducha y de vistió para ir a la universidad a realizar su debida inscripción. Llevaba dinero y los documentos que requería ya que una noche anterior trasnocho para tener todos los documentos en orden.

Teniendo todo salió de su habitación y muy silencioso bajo las escaleras para ir a la cocina a beber un poco de jugo de naranja.

Pero se sorprendió al ver a Roger ahí, usando una bata blanca y descalzo.

— ¡Carajo! —exclamó del susto que se dió—, ¿que haces despierto tan temprano?.

— Lo mismo te diría a tí, incluso ya estás vestido —dijo Roger viendo al castaño

— Voy de salida porque no quiero toparme con papá, se que no tomo buen la noticia.

— ¿Escuchaste? —preguntó Roger.

— Se oía hasta mi habitación.

— Tú padre es un bruto a veces, pero sabes que te quiere. Daría su vida por sus hijos.

— Pero sonaba muy enojado

— Pero lo calme e hice que entrará en razón. Incluso me dijo que te diera dinero, supongo que para el taxi —dijo Roger dándole dos billetes de cien que sacó del bolsillo derecho de la bata—, Me iré a dormir un rato más y haré que tu padre se quede en la cama más tiempo —dijo Roger caminado hacia Asbel y dándole un beso en la mejilla de buenos días—, por avísame cuando llegues a la universidad.

— Claro papá yo te aviso —Roger se fue dejando al castaño en la cocina.

Asbel tomo un vaso de la alacena, saco el envase de jugo y sirvió en el vaso que había sacado. Se lo bebió y entonces salió de casa.

Decidió caminar ya que quería conocer un poco el vecindario, había de todo por ahí, casas muy bellas y distintas, un parque donde podría salir con sus hermanos, una pizzería cerca incluso.

Pero entonces una rara sensación hizo que el rubio entrará al parque. Era muy grande casi como el central park de Nueva York, pero este estaba más grande aún.

Camino un rato por el parque, saludo a las personas que veía pasar y estás como eran educadas le devulvian el saludo. Entonces llego a un área social de de había juegos para niños, un kiosco enorme y máquinas para hacer ejercicio en el exterior.

Ahí había un chico un muy lindo que llamo la atención del castaño era de pelo negro y tenía la misma estatura de Zack, pero no podía ser el ya que Zack no vivía por ahí. Entonces decidió seguir adelante cuando el chico se voltio y dejo ver el rostro del sujeto. En efecto era Zack pero lucía distinto.

Asbel quedó impactado ya que no pensó que Zack tuviera músculos. Asbel se oculto entre unos arbustos para seguir observando. Entonces a lo lejos vio como Zack se quitaba su camiseta sin mangas dejado su torso marcado y trabajado expuesto al público.

El castaño solo se mordió el labio inferior no sabía que estuviera tan bueno..

No seas ridículo Asbel sal, porque será más extraño si te ve espiando —se dijo a si mismo el castaño y saliendo de su escondite.

Camino hacia el pelinegro quien estaba haciendo flexiones en ese momento. Pero se detuvo cuando noto al castaño aproximarse.

— ¿Asbel?, ¿Que haces por aquí? —preguntó el chico poniéndose las camiseta otra vez.

— Bueno iba para la universidad pero decidí caminar para conocer un poco más.

— Viejo me hubieras dicho, hubiera pasado por ti o hubiéramos ido juntos.