Capítulo Veintidós: Justicia

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Theo's pov:

Desde el momento en el que solté lo de Nurmengard, todos colaboramos de una manera u otra al viaje ilegal.

La chica pelirroja, que parece un demonio sacado de alguna leyenda antigua, le pidió a un extraño hombre que cuida lechuzas en un sitio sucio de Hogsmeade que consiguiera un traslador ilegal para nosotros.

Más bien, lo obligó.

Yo contacté con Dorian. Fue la segunda persona en la que pensé cuando fui consciente de que volvía a Nurmengard.

El primer nombre que cruzó mi mente se postraba delante de mí ahora.

Lo que quedaba de él.

Hubiera preferido que estuviese muerto.

Cualquier cosa era mejor que verlo en aquel estado.

Si de mí hubiera dependido, habría seguido teniendo el recuerdo de aquel mago que me enseñó a nadar y a bucear en los lagos de mi país durante los meses de verano.

No quería que esto fuese lo último que quedara en mi memoria de mi padre.

—Theo... ¿eres tú?—gemía, arrastrándose por el suelo de su celda.

No esperaba que me reconociera.

Su mente se encontraba débil y, además, hacía siete años que no nos veíamos.

La última vez que me vio...

"—¡Papá!

—Theo, escúchame. No tenemos mucho tiempo...

—¡Papá, no dejes que te lleven! 

—Hijo, hijo... Necesito que seas valiente. Necesito que aguantes.

—Papá... El tío Vladimir me pega, me hace daño. Si lloro, me golpea aún más fuerte. Dice que no puedo llorar. ¡No dejes que te lleven, papá, no es justo!

—Ya lo sé, hijo. Sé que no es justo. Pero todo se arreglará. Todo va a estar bien, porque al final, la justicia acaba triunfando. Volveré a por ti... Mi niño, mi pequeño, mi Theo... Volveré a por ti, te lo prometo..."

Papá no volvió.

Nunca más buceamos en los lagos.

Y yo supe (en algún momento, tras alguna de las palizas) que la justicia de la que me había hablado solo había sido una mentira piadosa para calmar a un niño.

Me quité el abrigo y, como pude, lo pasé a través de los barrotes para cubrirlo con él.

Al tocarlo, se estremeció.

"¿Qué te hacen, papá?", me moría por preguntar. "¿Cuánto tiempo llevas sin hacer contacto con ningún otro ser humano?"

Cogí su mano y se la apreté con fuerza, aunque no demasiada. Me daba miedo que se rompiese.

Lo acerqué a mi corazón, para que notase mis latidos.

—Theo, tienes que irte—balbuceaba él, acercándose tanto a los barrotes que se golpeó en la frente con ellos.—Los terrores están aquí... Me hablaban, me susurraban cosas justo antes de que aparecieses. Me advirtieron que vendrías. Aseguraron que te harían gritar, igual que gritabas antes. "Lo sumergiremos en agua", murmuraban. "Y tu hijo se ahogará por tu culpa". Mi hijo... mi pequeño Theo... familia, familia...—no se sostuvo más y se derrumbó con la cabeza en el suelo, haciéndose una bola.—Theo, Darla, Theo, Darla, Theo, Darla, Theo, Darla, Theo, Darla...

ME LLAMAN AL (a Hogwarts story II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora