—Miremos el lado positivo—sugirió Scorpius mientras se ajustaba el vendaje:—he conseguido zumo de manzana.
Alcé las cejas.
—Te has estrellado literalmente contra el suelo desde varios metros de distancia—recordé, cruzando los brazos por encima del pecho,—los huesos de tu brazo se han roto en pedazos diminutos—apoyé el trasero en la pared—¿y tú estás contento porque la señora Pomfrey te ha dado zumo gratis?
Scorpius sorbió por la pajita de su bebida y asintió.
Negué, sin poder creerlo.
—¡Por fin lo encontré!—la enfermera Pomfrey apareció corriendo con un frasco enorme del tamaño de un cubo de fregar.—Ese maldito Peeves ha estado otra vez enredando entre mis pociones, y el despacho parece ahora un chiquera de puercos.
Pomfrey me señaló con el dedo y me indicó que me acercase.
—Tú,—dijo antes de entregarme el gigantesco frasco—aguanta esto.
Mis brazos temblaron por el peso y me balanceé hacia el lado hasta conseguir estabilizarme.
Habiéndome designado como burro de carga, la señora Pomfrey se volvió hacia Scorpius.
Quien seguía sorbiendo su zumo por la pajita muy tranquilo.
—Un vaso de esta poción con cada comida por las próximas tres semanas debería bastar—lo amonestó con el dedo, muy severa.—Inmediatamente después debes empezar a hacer ejercicio con él o se te atrofiará. ¿Queda claro?
Scorpius asintió muy serio.
—No la defraudaré, señora Pomfrey.
La mujer ladeó la cabeza.
—Mira que eres lindo—le pellizcó una de las mejillas, sonriendo. Luego me miró a mí:—¿Y tú qué haces aquí todavía? Vamos, lleva ese frasco a vuestra habitación antes de que se te caiga, bracitos de pollo.
Le dirigí una mirada ceñuda a la mujer mientras ésta se iba de vuelta a su despacho.
Scorpius volvió a hacer sonido de succión con la pajita.
—¿Te ayudo?
—Como la señora Pomfrey vea que te hago cargar algo de peso, el siguiente cabestrillo será para mí—señalé la tela blanca que envolvía el brazo de mi amigo del cuello al brazo.
Él se encogió de hombros, dejó el vaso de zumo vacío en la mesa junto a su camilla y tomó el termo de café que Polly le había preparado.
Mientras, yo me agaché para dejar el frasco en el suelo, y saqué mi varita del bolsillo.
Apunté con ella al recipiente:
—¡Levicorpus!
Como un buen frasco volador, éste se alzó en el aire por encima de mi cabeza, siguiendo la dirección que le indicaba mi varita.
—Impresionante.
—Gracias. He estado practic...
¡Bam!
La puerta de la enfermería se abrió de golpe con tanta fuerza que azotó la pared de atrás.
Di un respingo, y el frasco osciló peligrosamente sobre nuestras cabezas.
Rose había sustituido el uniforme de quidditch por unos vaqueros y una enorme sudadera gris del color de sus zapatillas.
Parte de su cabello pelirrojo estaba recogido en un moño en lo alto de su cabeza.
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ME LLAMAN AL (a Hogwarts story II)
FanficAl necesita un poco de tranquilidad. Desesperadamente. Su vida hasta los quince años ya había sido bastante compleja. Tener que lidiar con ser el "hijo deshonroso" de Harry Potter y soportar las miradas críticas de todos ya había sido suficiente. Ad...