De cuando Albus se perdió en aquel bar belga y acabó besando a Theo... sólo que contado desde otro punto de vista.
Rose's pov:
—Hola.
Debí interrumpir mi lectura porque a alguien le dio por hablarme.
Vi a Malfoy parado de pie delante de mí con una sonrisa en la cara.
—Hola—contesté, simplemente por educación.
Volví a mi libro, que de seguro era más interesante que todo lo que el mini-mortífago pudiese decirme.
Es una norma personal: siempre que salgas de casa, siempre, lleva al menos un libro contigo.
Y esa norma no excluye las fiestas o encuentros sociales en bares.
Porque, aunque ni mucho menos me considero asocial (ese puesto se lo ha ganado Albus a pulso con el correr de los años), sí es cierto que a veces las personas resultan ser absolutamente cargantes.
En cambio, un libro difícilmente podrá darte ganas de tirarlo al Lago Negro con un bloque de cemento atado.
—¿Qué haces?
—¿No es evidente?—levanté mi volumen sin apartar la mirada de su contenido.
—Ya, ya—apenas hubo un breve silencio, cuando Malfoy volvió a la carga.—¿Y de qué trata?
—De palabras situadas estratégicamente unas detrás de otras con el objetivo de formar un significado conjunto.
—¿Y qué...?
—Scorpius Hyperion Malfoy, ¿has bebido por casualidad suero de la verdad en lugar de cerveza de mantequilla?—arrugué el ceño mirando al muchacho.—Estoy leyendo. Le-yen-do. Así que, a menos que alguien se haya prendido fuego, no te conviene interrumpirme, ¿estamos?
¿Cuál fue la reacción del chico?: sonreír aún más.
Lo examiné con detenimiento, algo extrañada.
Malfoy traía los dos primeros botones de la camisa sin abrochar, de manera que se le veía el inicio de las clavículas.
Eso era raro.
Por lo que había notado en las pocas ocasiones que había tenido la desgracia de verme obligada a hablar con él, el chico de Slytherin siempre ponía especial cuidado en estar presentable.
Que su platino cabello estuviese revuelto tampoco era normal, ni sus mejillas excesivamente coloradas.
—Malfoy, ¿cuántas cervezas exactamente te has tomado?
Chasqueé los dedos delante de sus narices, porque el muy tonto no contestaba nada; únicamente se dedicaba a mirarme.
—¿Malfoy?
—Eres preciosa.
Alguien iba a salir de allí con una nariz sangrante.
—¿A qué viene eso?—entrecerré los ojos para mirar a Malfoy.
Él se acercó.
Yo estaba sentada en una banqueta alta junto a la barra.
Un poco más allá sonaba música. La gente bailaba en un alegre jaleo, pero mi rincón era solitario.
Me pregunté dónde estaría Albus. O Theo.
Esperaba que no discutiesen otra vez. No necesitábamos un extra de malhumor en mi primo.
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ME LLAMAN AL (a Hogwarts story II)
FanficAl necesita un poco de tranquilidad. Desesperadamente. Su vida hasta los quince años ya había sido bastante compleja. Tener que lidiar con ser el "hijo deshonroso" de Harry Potter y soportar las miradas críticas de todos ya había sido suficiente. Ad...