Capítulo Cincuenta y Siete: Harriet

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 —Bufff—fue lo primero que dijo Theo al despertarse en la enfermería.—¿Por qué me siento... como si tuviera resaca?

Volví los ojos rápidamente hacia él.

Su tez morena se veía magullada, cubierta por multitud de arañazos. El cabello negro, que no había cortado desde que nos conocíamos, estaba sucio y enmarañado, con restos de astillas y de ceniza.

Deseé peinarlo con mis dedos.

Él intentó levantarse de la camilla.

—De eso nada—lo reñí, posando mi mano en su brazo.—Vuelve a acostarte. Vamos.

Theo hizo una mueca de desagrado, pero obedeció y volvió a tumbarse a la camilla.

No obstante, no dejó de mirar a todos los rostros de las personas que nos rodeaban... que eran un montón, por cierto.

—Eres mucho más guapo despierto—comentó una chica rubia con acento francés y falda plisada.—Trés jolie.

—No es el momento, Victoire—puso los ojos en blanco Rose, quien nunca había tragado del todo a nuestra otra prima.

Rose se encontraba en la camilla de al lado, bebiendo agua como la herida en su estómago le permitía.

Por debajo de la ropa, el torso de mi prima había sido cubierto con un ungüento y vendas, para tratar de sanar la piel muerta.

La pelirroja había recibido varias maldiciones en esa zona.

Scorpius se sentaba a su lado. Parecía entero, aunque algo más pálido de lo normal.

—Yo tengo una foto suya sin camiseta—le picó en el hombro Akira a Victoire.—Eso que es el fin del mundo.

—¿Qué está pasando?—preguntó Theo.—¿Dónde estamos?

—En la enfermería—contestó James por mí.

Mi hermano, que estaba sentado en una silla a los pies de Theo, levantó los labios de su taza de chocolate:

—Hemos logrado sobrevivir todos... y, aún así, nadie ha aceptado mi idea de emborracharnos para celebrarlo. Apuesto lo que sea a que los de la Orden del Fénix no festejaron la muerte de Lord Sin-Nariz con chocolate caliente.

Theo tosió un poco, y yo me volví hacia su mesilla.

—Bebe agua—le tendí un vaso que la señora Pomfrey había dejado para él. Observé cómo él tragaba poco a poco.—¿Cómo te sientes?

Él se encogió de hombros.

No quería contestar.

Tras devolverme el vaso, intentó separar las sábanas de su cama para poder levantarse.

—Eh, ¿a dónde crees que vas?

—No tenemos tiempo para esto. Los mortífagos siguen ahí fuera. Podrían llegar en cualquier momento...—protestó Theo mientras yo hacía que volviera a tumbarse.

Arrastré un taburete cercano y me senté junto al borde de su cama para vigilarlo.

Al próximo movimiento, lo ataría al colchón.

—Tranquilo—hizo un gesto con la mano James, espatarrado en su silla.—Tenemos a nuestros mejores soldados trabajando en eso ahora mismo.

Theo puso cara de confusión.

—Harriet y Ted se han ido a hablar con el director Weasley—explicó Scorpius de forma mucho más clara que mi hermano.—Están contándole todo lo que ha pasado, explicándole por qué es crucial que avisemos a los aurores y encontremos la forma de destruir la barrera.

ME LLAMAN AL (a Hogwarts story II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora