TWENTY-THREE

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Llegando de la escuela me encontré con algo que bien podría ser una película de terror, o más bien con alguien.

YoonGi enojado, eso le da pavor a cualquiera.

–¿Donde estabas Picazo?– preguntó mirando el televisor.

A simple vista esas palabras no darían miedo, pero el tono en el que lo dijo, vaya eso me calo los huesos.

–En la escuela– dije.

–¿Desde ayer? Volveré a preguntar, ¿Donde estabas ayer?

¿Cómo decirle? Mira YoonGi la verdad es que salí con unas chicas a las que apenas conozco, fuimos a una carrera ilegal y luego fuimos perseguidas por un par de patrullas.

–A casa de unas amigas– respondí, después de todo no era mentira.

–Tu no tienes amigas– respondió.

Auch, gracias por esto YoonGi, como siempre subiendo mis ánimos. Yo sabía que YoonGi no era grosero, más bien lo consideraba honesto, pero a veces no hay que serlo tanto, no cuando dañas a los demás.

Ya no tenía sentido esta charla, reclamo, o lo que sea que fuera, así que decidí irme a mi habitación.

–Sam– Y si, en algunas ocasiones el era más fuerte que mi voluntad– lo siento– se acercó a mi y la punta de sus pies pudo tocar los míos, lo cual quiere decir que estábamos cerca, muy cerca para que yo pudiera soportarlo.

Y es que no son las palabras, es Min YoonGi, es en la manera en la que lo dice, utilizando el tono de voz adecuado para cada situación, eso sin duda podía desestabilizar de gran manera.

Añadiendo el toque de sus dedos rozando mi brazo.

–Me preocupe por ti– bajo la cabeza.




YoonGi había querido disculparse por hablarme así, después de su disculpa dijo que recompensaría las veces que dañó mi corazón sin darse cuenta.

Lo que no notaba es que este corazón palpitaba rápido y se detenía solo por el, ¿Habría cura para eso?

Tal vez, tengo una solución, es imposible, pero al fin una solución, y esa sería que YoonGi deje de rechazarme.

El pidió que me pusiera cómoda, que vendría en la tarde por mi, e iríamos a un lugar, después de eso salió, y no ha regresado, eso pasó a medio día, y según vi por la ventana del gran edificio, ya se metió el sol.

Hablando del Rey de Roma, un mensaje, "Llegue, baja". ¿Tal cosa podría hacer que mi estómago se hiciera pequeño? Tomé mi pequeña bolsa donde llevaba sólo lo necesario y baje del edificio.

Comienzo a pensar que sería una presa fácil para un secuestro, los últimos días me han llevado fuera de la ciudad, YoonGi estacionó su auto en un pequeño e improvisado mirador, que sin duda era bellísimo al estar acompañado de las luces de la ciudad, y sin más, el hermoso cielo estrellado que nos acompañaba.

–Ven– dijo y bajo del auto, para recargarse en el capo.

¿Podía haber algo más Perfecto que YoonGi mirando las estrellas?

Pero claro que si, algo más Perfecto que eso era YoonGi mirando las estrellas y yo a su lado recostada entre el capo y el parabrisas.

YoonGi imito mi acción y bueno, ahí estábamos dos personas simplemente disfrutando de algo tan maravilloso como es el cielo nocturno.

–Sabes– gire a verlo mientras el seguía con sus ojos puestos en el cielo– Me sentiré celoso– hizo una pausa y continuó– Me sentiré celoso cuando tus buenos días sean para alguien más y no para mi– me miro y luego busco mis ojos– Me sentiré celoso cuando no sea yo al primero que veas– después bajo a mis labios– Me sentiré celoso cuando... cuando alguien bese tus labios por la mañana– se giró completamente hacia mi y utilizo su brazo como almohada– Me sentiré celoso cuando despiertes junto a alguien más, me sentiré celoso cuando alguien más te proteja– cerro los ojos y soltó un suspiro, siguió hablando pero no los abrió– Pero sobre todo Sam, me sentiré celoso cuando alguien te ame y tú le correspondas.

COMPLICATED   MYG    (LOVE BOOK 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora