COMPLICATED MYG (LOVE BOOK 2)

FORTY - SEVEN

La gira de los chicos había comenzado, como le prometí a YoonGi fui al primer concierto, fue la última vez que lo vi antes de que se fuera.

Hablábamos todos los días cuando terminaban los primeros conciertos, me preguntaba sobre mi día y yo sobre el suyo, veíamos los conciertos que transmitían por internet, Nath siempre hablaba con ellos, era la única que admitía que los extrañaba, pero lo cierto es que todas los extrañábamos.

YoonGi era parte de mi vida diaria, lo veía al menos una vez al día, los fines de semana no eran lo mismo sin el.

Por ese tiempo me mudé con Nath, a veces me quedaba en el nuevo apartamento de Bin, pasaba más tiempo con mis amigos o en el trabajo, algo que me entretuviera la mente para no pensar en la falta que me hacia YoonGi.

Todo se volvió insoportable cuando los chicos terminaron su gira en el continente, los horarios diferían, cuando yo quería llamarlo el estaba dormido o viceversa, a veces me desvelaba para poder hablar con el, pero estaba cansado o ensayando, era entendible, pero algo dolía en mi pecho.

Después de tres semanas sin respuesta o algún tipo de contacto deje de insistir, por pensar en YoonGi mis calificaciones habían bajado un poco.

Después de todo el regresará, regresará y nosotros volveremos a cómo estábamos, volveremos a comer juntos todos los días, volveremos a estar juntos los fines de semana, a molestarnos, maratonear películas y series, volveremos a esas miraditas, a los nervios cuando tomamos la mano de otro, a esa sensación de tener su rostro frente al mío.

Y quien sabe, tal vez algún día robarle ese beso que ambos hemos deseado pero que ninguno se ha atrevido a dar.

Solo tengo que esperar, esperar un poco por el, espera otro poquito Sam, el regresará, y regresará a ti.

Los meses pasaban y la universidad cada vez exigía más de mi, cada día tenia más tarea que vida, me urgía el fin de semestre, si, sabía que con eso llegarían los exámenes y proyectos finales, pero también llegaría el fin de la gira y con eso el volver a verlo.

Desde la ultima vez que hablamos solo habían mensajes cortos, ni siquiera una conversación que llenara el espacio de la pantalla, sólo eran simples "Hola o ¿Cómo estás?" Y muchos sin respuesta por su parte.

No te desesperes Sam, un poquito más, sólo un poquito más.

La parte optimista me repetía lo mismo cada vez que me hundía en mi propia desgracia, pero la parte pesimista, que al parecer era más grande, dudaba.

¿Aún me quiere?

Si, aún te quiere.

¿Todavía piensa en mi?

Supongo

¿Podría enamorarse de
alguien más?

No lo sé...

No quería dejar que el miedo se apropiara de mi, no quería volver a temer, porque con el miedo, vendría la depresión, y con la depresión mi pasado, y no quería que regresara, no quería volver a la Sam rodeada de botellas o drogas, no quería los hospitales o las culpas.

Pero un enemigo regreso, la ansiedad, la necesidad de tener algo, no quería caer, el montón de paletas regresaron a mi mochila, a mis bolsillos y a los bolsillos de mis amigos.

Dios me libro una vez de ahí, claro que no volvería a eso, haría mi mejor esfuerzo.

Otro semestre acabado, después de todo, la espera no fue tan difícil como creí, mis amigos ayudaron a que no fuera así, y la universidad me obligó a no pensar en algo más que en tareas.

No sabía en qué día vivía gracias a las prácticas profesionales, Bin y yo elegimos el hospital psiquiátrico infantil, lo que nos hacía pasar todo el día juntos.

Ayudar a los pequeños es increíble, pero mentiría si no digo que es agotador correr de un lado a otro detrás de un niño travieso, y este día no fue la excepción, sólo quería llegar a tomar un baño y dormir los siguientes diez años.