FORTY - EIGHT

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–No fuiste– escuche una voz en la entrada del edificio.

–¿Qué?– me acerqué al tipo que llevaba gorra negra– ¿Min YoonGi?

–¿Esperabas a alguien más?– dijo, estaba serio y no me miraba a la cara.

La calle donde vivía era tranquila, no pasaba mucha gente, pero había un pequeño bar enfrente, y las personas comenzaban a mirar la escena.

–Ven, vamos adentro– le dije, no respondió nada, pero sé que me hizo caso, entramos al apartamento.

No aguante las ganas y me lance a abrazarlo, después de casi medio año sin verlo o hablar con el lo necesitaba.

Las dudas vinieron a mi mente cuando no movió ni un músculo, ahora me sentía ridícula por abrazarlo, me iba a separar de él, pero todo desapareció cuando correspondió a mi abrazo.

–No sabes cuanto te extrañe– sorbió por la nariz, me intenté separar para mirarlo pero no me dejo– Si, si estoy llorando Samantha, déjame en pez pequeño engendro.

–Yo también te extrañe mucho Min– comencé a dejar pequeños besos por toda su mejilla.

–A diario me imaginaba cómo sería este momento, como sería el día en que te viera de nuevo– me apretó más a él– Fue mejor de lo que esperaba, tú lo haces todo mejor– escondió su cabeza en mi cuello, pude sentir como se comenzaba a humedecer mi ropa a causa de sus lágrimas.

–Min YoonGi, mírame– lo tome de los costados y limpie sus lágrimas– No tienes ni la menor idea de la falta que me hiciste, el aburrimiento que pase, ni las dudas que mi mente hizo, no vuelvas a irte– lo abrace de nuevo– No por favor.

–Sabes que no puedo prometer eso– dijo.

–Entonces llévame contigo, iré a donde sea, me desvelaré por el cambio de horario, tomaré vuelos contigo cada tercer día, haré de todo, pero no quiero volver a alejarme de ti.

–¿Harías eso?

–Por ti y por nadie más– le aseguré.

–¿Por qué no fuiste ayer Picazo?– hizo un puchero.

–No hagas eso Min, estoy en desventaja, ahora entiendo por qué tus fans te llaman Lil Meow– dije– Te haré de cenar, apuesto a que tienes hambre– me dirigí a la cocina.

–Te equivocas– me tomo de la cintura y me llevo hasta el sofá– Yo supuse que tendrías hambre, Nath dijo que haz estado ocupada así que ordene comida, no tarda en llegar– dijo.

Y como dijo, llegó justo después, estábamos comiendo en la sala de estar con un poco de música haciendo mejor el ambiente.

–¿Por qué el uniforme de doctor?– dijo.

–Ah, ¿Esto?– mire mi ropa– La razón de porque no pude ir ayer, estoy haciendo mis prácticas profesionales.

–Ya solo te falta un año ¿No es así?– preguntó.

–Así es.

–Se pasó muy rápido el tiempo, recuerdo cuando llegaste que te peleaste con unas chicas saliendo de la firma de autógrafos– comenzamos a reír.

–Cuando me odiabas, es más creo que me sigues odiando.

–No te odio hermosa– dijo.

Me quede en shock, ¿Era real lo que había dicho? No dije nada, creo que las moscas podrían entrar a mi boca, creo que el se dio cuenta de lo que dijo porque dejo los palillos a un lado y se cubrió la cara.

–¿Que dijiste?– pregunté.

No respondía, nada, no sé quitaba las manos de la cara, me arrodillé junto a él y le quite las manos de la cara.

–¿YoonGi? ¿Qué dijiste?– no me miraba, estaba desviando la mirada– Min, mírame.

–Nada olvídalo– se levantó– tengo que irme– se dirigió a la puerta.

–No, no, no, espera– tome su mano– Quédate a dormir– pedí.

–¿Que dices?– preguntó.

–Ya lo escuchaste, no lo volveré a repetir– hice lo mismo que el.

–Dime Picazo– se acercó y yo me iba alejando– No te vayas.

Dijo en cuanto me fui corriendo al cuarto, quería cerrar la puerta pero no me dio tiempo porque entro de inmediato.

–No, no, espera YoonGi– dije cuando me cargo como costal de papas y luego me soltó en la cama y luego subió a esta– Cosquillas no Min YoonGi.

–Dime Picazo– comenzó a picar mi costillas y mi cuello.

–¡No... por favor!– chille desesperada entre risas.

–Repite lo que dijiste.

–¡No porque tú no lo hiciste!– dije como pude.

–Dímelo hermosa– siguió con las cosquillas– Dímelo preciosa, hermosa, bonita.

–¡Está bien! ¡Quédate aquí!– ya no podía con las cosquillas.

–Está bien– se tiro sobre mi– descansa, linda noche preciosa.

–¡Nooo! ¡YoonGi... pesas mucho!– me quejé– Tengo que lavarme los dientes.

–Un momento, no tengo cepillo de dientes aquí– se movió de mi.

–Tengo uno de repuesto, lo iré a buscar mientras tú recoges las cosas de la sala– salí del cuarto.

–Ah mira que inteligente me saliste Picazo– dijo.

–Obvio– le grite desde el baño.

Al poco rato entro al baño mientras yo me cepillaba los dientes, tomó el cepillo que le indique, y ahí estábamos los dos frente al espejo, terminé primero y después el, ambos pusimos los cepillos en el vasito.

Vi que se sentó en la tapa de excusado, y se quedó mirando hacía el vasito, me paré frente a él.

–¿En que piensas?– tome sus mejillas y las apreté, parecía un pollito o algo parecido.

–En que nuestros cepillos están en el mismo vasito– mire el mencionado y después lo mire de nuevo a él.

–Como debe de ser– quite los mechones de su frente y deje un beso en ese lugar– Vamos a dormir que tenemos que ir a trabajar mañana.

Salimos del baño y llegamos a la cama, antes de dormir me reprendió por ocupar la mayor parte de la cama, al principio hice caso, pero apuesto que a media noche lo olvidaré y tomaré la cama completa de nuevo.

COMPLICATED   MYG    (LOVE BOOK 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora