06

961 69 14
                                    

Me recosté sobre las piernas de Caro y empezó a hacerme mimos en el pelo. El sueño que manejo es increíble. No pude dormir nada en la noche de lo mal que me sentía, por suerte, Caro, estuvo cuidándome toda la noche.

-Señorita, Valdez. -llamó la enfermera. Me levanté y le di mi cartera a Caro. Caminé hacia el consultorio y, antes de entrar, toqué la puerta.
-¡Pase! -gritó el Doctor. Abrí la puerta y entré.
-Hola. -saludé.
-Hola, señorita, ¿Cómo estás? -preguntó. Tecleo algunas cosas en la computadora y me miró.
-Ponele que bien. -reí. 
-¿Ponele que bien? ¿Qué le paso?
-Hace unos tres días, estoy sintiéndome demasiado mal. Tengo dolor de cabeza, náuseas, vómitos pero ni tomando la pastilla más fuerte se pasa.
-Okay, ¿Comiste algo que te hizo mal? ¿Sos alérgica? -preguntó.
-No soy alérgica a nada y supongo que algo me hizo mal. Mi amiga dijo que podría estar embarazada pero no creo porque siempre nos cuidamos y más porque somos jóvenes. -dije.
-Para descartar algún embarazo, vamos a hacerte un análisis de sangre. -dijo. Escribió algo en la computadora e imprimió algo-. Vas a hacerte el análisis de sangre y volvés a mi consultorio para que te dé alguna derivación, ¿Bueno? 
-Ehm, bueno, dale. -agarré el papel y me levanté de la silla-. Muchas gracias, nos vemos. -saludé.
-Chau, linda, cuídate. 

Salí del consultorio y fui donde estaba Caro. Apenas me vio, se levantó y camino hacía mí. 

-¿Y? ¿Qué te dijo? -preguntó.
-Dijo que tengo que hacerme un análisis de sangre para descartar algún embarazo. -dije nerviosa.
-Bueno, vamos a hacerlo ahora así te quedas tranquila, ¿Dale? -acarició mi brazo.
-Dale. -suspiré.
-¿Ya hablaste con Sebastián? -preguntó.
-Todavía no, no quiero que se preocupe. -dije.
-Avísale, Tinita, tiene que estar al tanto de lo que está pasando. -dijo.
-Bueno, ahora lo llamó. -agarré la cartera y saqué mi celular. Marqué al número de Sebastián y contestó a los tres pitidos;

-Hola, muñeca, ¿Cómo estás? 
-Hola, Sebitas, bien y ¿Vos? ¿Ya estás en México? 
-Sí, llegué por la noche. -
respondió-. ¿Y tú? ¿Ya estás mejor?
-De eso quería hablar con vos. Vine a guardia porque no sentía ninguna mejoría, Caro me acompaño, y el Doctor dijo que tengo que hacerme un análisis de sangre para descartar un embarazo. -
dije nerviosa. Mordí mi labio esperando su respuesta.
-Tranquila, amor, ¿Ya te hiciste el análisis?
-Todavía no, estoy por ir a hacerlo. -acomodé mejor la cartera en mi hombro.
-Bueno, dale, apenas terminé el show aquí en México, voy corriendo hacía allí para estar contigo. También, apenas tengas los resultados, me llamas.
-Sebas, no hace falta que vengas, puedo resolverlo yo sola.
-Nos vemos mañana, te amo. -dijo y cortó. Miré el celular, sin entender nada y lo guardé.

-¿Qué te dijo? -preguntó.
-Apenas terminé el show, viene para acá. Pero no veo necesidad. -dije.
-Está preocupado por vos. -dijo-. Y más si es que estás embarazada.
-Bueno, vayamos a laboratorio antes de que me agarré un ataque de nervios. -empecé a caminar.

Las emociones que siento en éste momento son casi imposibles de describir. Mi sueño siempre fue ser mamá, lo anhelo demasiado pero no es el momento indicado para serlo. Pero, si llego a estar embarazada -lo cuál, dudo mucho- voy a tenerlo. Voy a darle todo el amor que tengo para darle. 
Llegamos al laboratorio y me acerqué a ventanilla, entregué la orden para en análisis de sangre. Me entrego un papelito con dicho análisis que tengo que entregarle a la enfermera y me senté a esperar. Como es un análisis de urgencia, no hace falta que tenga que estar en ayuno y demás. Caro está convencida de que estoy embarazada y me pidió para ser la madrina. 

-Caro, creo que el bebé va a tener como ochocientos padrinos y madrinas. -dije riendo. Con Sebastián, antes de ser novios, nos planteamos la idea de ser papás en un futuro. Él dijo que quiere tener tres hijos pero cambió de idea cuando dije que quiero dos. 
-Ay, pero no va a ser su único hijo, igual, me gustaría ser la madrina de todos los hijos e hijas que tengan. -dijo. Sonrió grande y reí.
-Ya vamos viendo, primero, hay que verificar si tengo un pibe adentro o no. -dije.
-Bueno... Pero si hay uno. -dijo. Rodé los ojos y reí. 

Esperamos alrededor de treinta minutos hasta que salió una enfermera y gritó mi nombre. Respiré hondo y le di mi cartera a Caro, quién sonrió y deseo suerte. Entré al consultorio y la enfermera empezó a preparar las cosas, pidió el papel que me habían entregado en recepción y se lo entregué, con mis manos todas temblorosas. Colocó un elástico sobre mi brazos, hice un puño con mi mano y lo apreté unas dos veces. Tocó mi vena y preparó la jeringa. Cerré los ojos apenas metió la aguja en la vena. No me dolía pero si me daba impresión. Cuando termino, dijo "Listo" y abrí los ojos, puso una curita dónde me pincho y mantuve apretada esa zona unos minutos para que se haga un moretón.
Los resultados iban a estar dentro de dos horas así que fui a almorzar con Caro a un restaurante cercano al Hospital. Ambas estábamos muy nerviosas por el resultado.

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora