64

577 55 11
                                    

Comienza a reproducirse la intro del concierto y los gritos se hacen presentes. Elena, aplaude con su manitos y sonríe. Sebastián, se acerca a nosotras y nos dio un beso, en la frente, a cada una. Nos encontrábamos en Chile, en un show de Sebastián. Éste show, era el último de la gira y, para él, era sumamente importante que lo acompañemos. 

Agarré las manitos de Elena y empezamos a bailar a la par de "Ya no tiene novio". A Elena le encantaban las canciones de Sebastián. Se volvía loca cada vez que las escuchaba. Me atrevo a decir, que es su fan número uno. 

El show siguió y, en medio de "Un año", Sebastián paro el show. Miré a todos los del equipo y, algunos tenían cara de no entender nada, y, otros, estaban demasiado felices. 

-Hace casi diez años, conocí a la persona más importante de mi vida -dijo Sebastián-. Justamente, la conocí acá en Chile -siguió hablando-. Pegamos muy buena onda desde el primer instante, luego nos tuvimos que separar y no supimos nada del otro por mucho tiempo. Para mí, éste país es muy importante porque fue éste lugar que nos unió -dijo. A éste punto, ya estaba al borde de las lágrimas-. Ésta canción, la escribí para ella. La escribí en ese tiempo en el que estuvimos separados -contó-. Por eso mismo, me gustaría que venga acá conmigo -dijo- Cristina, ¿podrías venir? -pregunto mirándome. 

La mamá de Sebastián, agarró a Elena y fui al escenario. El grito del público volvió a hacerse presente apenas salí. Fui hacía donde estaba Sebastián y lo abracé. Me senté al lado de él y agarró mi mano.

-Te llamé para agradecerte todo lo que hiciste por mí, pasamos por muchas cosas y estuvimos mucho tiempo separados -habló-. Pero, gracias a Dios, volviste a aparecer en mi vida y estoy muy agradecido por eso, estoy agradecido por tener a una novia tan maravillosa como tú y de tener a una niña tan increíble como Elena -dijo sonriendo-. Aunque no estemos hace mucho tiempo, estoy emocionado y ansioso por saber lo que nos depara el futuro, y, por eso mismo, tengo una propuesta para hacerte -dijo. Se agacho sobre una rodilla y sacó una cajita de terciopelo de su bolsillo-. ¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? -preguntó y abrió la cajita, dejando a vista un hermoso anillo. Me tapé la cara y sollocé un poco.
-Sí, obvio que quiero pasar el resto de mi vida con vos -respondí y me tiré encima de él para abrazarlo. 

Sebastián se levantó y dio varias vueltas. Me bajo de sus brazos y me puso el anillo en mi dedo anular. Agarré su cara y di varios besos sobre sus labios. 
La felicidad que sentíamos en este momento, era algo inexplicable. 

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora