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PUNTO DE VISTA DE SEBASTIÁN:

Eran, aproximadamente, la una de la mañana cuando recibí una llamada de la mamá de Cristina. Medio dormido, contesté como pude ya que tenía la vista medio borrosa y, como dije, estaba dormido.

-¿Sí? -dije. Lo único que pude escuchar en esos momentos, era el llanto de la mamá de Cristina y, automáticamente, desperté del todo-. ¿Mariana, estás bien? ¿Qué paso? 
-Tenés que venir rápido, es Cristina... -dijo para seguir llorando.
-¿Cristina? ¿Qué paso con ella? -dije levantándome de la cama para agarrar una valija y meter toda mi ropa ahí.
-Tuvo un accidente de auto. Por favor, vení lo más rápido que puedas -dijo.
-Voy a tomarme el primer avión -dije.

Corté la llamada y mi tiré al piso, totalmente en shock. Lo único que pido a Dios, es que no le haya pasado nada al bebé ni a ella. 

Horas después.

Llegué al aeropuerto de Argentina y fui al Hospital con el primer taxi que vi. En el trayecto al Hospital, iba pidiendo por Cristina y el bebé. Los nervios me comían hasta las puntas del pie por saber el estado de ambos. 
Llegué al Hospital y, en cuestión de minutos, me encontraba en el piso de terapia intensiva. Allí, vi a toda su familia y algunos del equipo, sentados en la sala de espera. Mariana, la mamá de Cristina, apenas me vio, vino corriendo hacía mí para darme un abrazo. 

-Llegaste -dijo apenas nos separamos.
-Vine lo más rápido posible -dije-. ¿Cómo está? 
-Grave, desde anoche que no despierta y no sabemos cuándo lo va a hacer -respondió-. Su manager y asistente, están con leves fracturas.
-Pero, ¿Por qué ella se encuentra en ese estado? -pregunté.
-No llevaba el cinturón puesto.
-¿Y el bebé cómo está? -pregunté, nuevamente, con miedo.
-No nos dijeron nada todavía sobre el estado del bebé -respondió. 

Suspiré y fui hacia la sala de espero, junto a Mariana. Saludé uno por uno a los que se encontraban presentes. 
Esperamos alrededor de dos horas, hasta que se acercaron a nosotros los médicos de Cristina.

-¿Y? ¿Hay buenas noticias? -pregunto Mariana. Uno de los médicos, suspiró y negó con la cabeza.
-Cristina, sigue en el mismo estado, muy grave todavía.
-¿Y el bebé? -pregunté.
-¿Usted es el padre? -preguntó. Afirme con la cabeza-. Tratamos de hacer todo lo posible, pero no logramos salvarlo. Lo sentimos mucho.

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora