30

1.2K 76 71
                                    

Dos meses después.

Uf, estos meses se basaron en llorar e ir a terapia, la cual, en ayudo bastante. La gira se atrasó un poco debido a mi inestabilidad emocional, no quería hacer una gira en éste estado. Así que, optamos por iniciarla en febrero, que sería dentro de dos meses.
Me alejé un poco de las cámaras desde que Sebastián confirmo su relación con su nueva novia, según vi, se llama Ariana Smith y es hija de una persona muy importante en la industria de la música. No podía soportar que los periodistas y fotógrafos me hostiguen de preguntas acerca de Sebastián, sobre qué pasó entre nosotros y demás. Me ponía feliz por él, siguió con su vida, al igual como lo estoy haciendo yo. Era algo que debíamos hacer, soltarnos de una vez, conocer gente nueva, parejas nuevas, amistades nuevas, en fin, comenzar de cero. Seguía extrañandolo, pero ya no tanto como antes.

-Progresaste demasiado desde tu primera sesión -dijo mi terapeuta.
-¿En serio? -pregunté.
-Sí, en un par de sesiones más se podría decir que te doy de alta -dijo sonriente.
-Bueno, gracias -dije sonriéndole.
-Nos vemos la semana que viene, ¿Si?
-Dale, nos vemos -dije. Me levanté de la silla y nos despedimos.

Salí del consultorio y vi a Pepe esperándome en la sala de espera. Él estuvo acompañandome demasiado en éste proceso. Le tomé demasiado cariño en éste corto tiempo y mi familia estaba súper agradecida con él.

-Hola -salude.
-Hola -dijo sonriéndome. Le sonreí y agarré mi cartera, que tenía en sus manos.
-¿Nos vamos? -pregunté.
-Eh, sí -dijo. Reí por la actitud que tenía últimamente. Se comportaba de una manera muy torpe, pero tierna.

Durante el trayecto hacia mi casa, íbamos contando chistes y riéndonos de algunos recuerdos que íbamos teniendo sobre nuestra infancia o cosas random. Llegamos a mi casa y dejo el auto estacionado en frente de ésta. Nos quedamos un largo tiempo adentro del auto, mirando a la nada misma.

-Me gusta mucho pasar tiempo contigo -dijo rompiendo el hielo.
-A mí también -dije. Lo miré y le sonreí. Vi que se puso nervioso y empezó a rascarse la nuca-. ¿Qué pasa?
-No quiero arruinar esto lindo que tenemos -susurro. Con eso, ya supe lo que quería decirme.
-Siento lo mismo -dije bajando la cabeza-. Pero mereces a alguien mejor, Pepe -dije mirándolo.
-Y tú eres esa persona -dijo agarrando mi mano.
-Sos una excelente persona, un gran pibe y mereces a alguien que te haga feliz.
-¿Acaso no te has dado cuenta? -pregunto. Negué con la cabeza, sin entender a lo que se refería-. Hace un tiempo tenía que irme a Los Ángeles, seguir con mi rutina de siempre, pero alargué un poco más mi viaje por ti -dijo-. Es más, decidí quedarme a vivir aquí en Buenos Aires.
-¿Por qué? -pregunté mirándolo a los ojos.
-Por ti -respondió-. Otra vez, volví a enamorarme de ti, Cristina.

Pensé durante un par de minutos y volví a hablar.

-Dejame tomar mi tiempo, ¿Si?
-Discúlpame si hice que te sientas presionada, tómate el tiempo que quieras, ¿Si? -dijo. Le sonreí y afirmé con la cabeza-. Adiós, bonita -dijo acercándose a mí para darme un beso en el cachete.
-Nos vemos, Pepe -dije para salir del auto y entrar a mi casa.

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora