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Sentí como la sangre subía a mi cabeza y bloqueé mi celular. ¿Por qué me habla después de seis meses? ¿Qué querrá ahora? Un sinfín de preguntas abundaron mi cabeza y, de un momento a otro, el dolor de cabeza y estrés se sentía brutal. Agarré mi celular, nuevamente, y le respondí.

CRISTINA: Hola, Pepe
CRISTINA: Sí, éste es mi nuevo número
CRISTINA: ¿Paso algo? 
PEPE: ¿Cómo estás? Hace tiempo no hablamos
CRISTINA: Muy bien, ¿Vos? 
CRISTINA: ¿De qué querés hablar? 
PEPE: Justamente, quería invitarte a salir para poder hablar con tranquilidad
PEPE: Vi que estabas en Madrid y dio la casualidad de que yo también
PEPE: ¿Qué dices? ¿Te gustaría salir a tomar un café por ahí?


Dudé mucho en aceptar, o no, su propuesta pero, finalmente, accedí. Acordamos en encontrarnos dentro de treinta minutos en una cafetería cercana al Hotel. Pedí que, por favor, llevarán la merienda a mi habitación porque saldría de urgencia. Mandé un mensaje a Rebecca diciéndole que iba a salir un rato a tomar aire fresco y que no tardaría mucho.
Salí del Hotel y caminé unas cinco cuadras, guiándome por el Google Maps, y llegué finalmente. Entré a la cafetería y vi a Pepe sentado en una mesa que se encontraba en una de las esquinas. 

-Hola, Pepe -saludé dándole un beso en el cachete-. ¿Cómo estás? 
-Hola, Cristina -saludó-. Bien, ¿Y tú? 
-Bien, por suerte -respondí. Agarré el menú que se encontraba en la mesa y busqué una bebida que no sea café-. ¿Hay algo acá que no sea café? 
-Estamos en una cafetería -dijo gracioso-. Además, a ti te encanta el café.
-Sí, pero, ahora, no me apetece -dije. Mentira. Lo que más amo en el mundo, además del mate, es el café, pero, debido al embarazo, tengo prohibido tomarlo.
-Que raro -respondió. Se acercó uno de los mozos a tomarnos el pedido. Al final, pedí un jugo de naranja con tostados y, Pepe, café con una magdalena rellena. 
-Y bueno, ¿De qué querías hablar? -pregunté.
-De nosotros -respondió. Rodé los ojos.
-Pepe, voy a serte sincera, fuiste importante en mi vida, pero, vos decidiste darle un punto final a esto -dije señalándonos a ambos-. La verdad, es que sigo sin entender el por qué decidiste terminar con todo esto porque estábamos muy bien.
-Lo sé y fui un tonto -dijo-. Me arrepiento demasiado y, por eso mismo, me gustaría que haya una segunda oportunidad para esto. Quiero que lo volvamos a intentar. 
-Pepe, estoy de novia hace cinco meses -dije. Pepe, me miro confundido.
-¿Con quién? -preguntó.
-Con Sebastián -respondí. 
-¿Yatra? ¿El cantante? -preguntó nuevamente.
-Sí -dije-. Pensé que lo sabías.
-La verdad, no. Me tomó de sorpresa -respondió. 

Hubo un silencio demasiado incómodo después de eso. Les comentó un poco, después de que Pepe haya terminado conmigo, él quiso volver a contactar conmigo, pero se le hizo imposible por los tiempos. Y, según contaban personas cercanas, era por la misma razón de la cuál nos encontramos ahora mismo: nosotros. Al parecer, se había arrepentido y quiso volver, pero yo ya estaba de novia con Sebastián para ese entonces. 

-Mirá, Pepe, te tengo un enorme cariño por obvias razones, pase momentos hermosos con vos, pero -suspiré-. Sólo quiero que seamos amigos. 
-Yo también te tengo mucho cariño y, aunque quisiera lo contrario, acepto tu amistad. No me gustaría perder a una increíble persona como tú -dijo. Sonreí apenas dijo eso.
-Bueno, ¿Entonces quedamos como amigos? -preguntó.
-Quedamos como amigos -respondió sonriente. Estiró su mano y la estrechamos. 

Llegó el mozo con nuestros pedido y los dejo en la mesa. Ambos, empezamos a devorarlo con todo debido al hambre que teníamos. Pepe, me comentó un poco sobre como iba avanzando en el modelaje y, quién lo diría, en lo actoral. Le dieron un papel para una serie y se volvió muy famosa en España. 

-Y, bueno, ¿Mañana tienes show? -preguntó. 
-Sí, quise hacer una gira acústica porque es algo que no vi mucho. Siempre veo giras con tremenda producción y me pareció buena la idea de hacer algo tranquilo -respondí.
-Que bueno y raro de ti, siempre te gustaron los shows con pantallas, cambios de vestuario, coreografías y demás -dijo.
-Sí, pero siempre es bueno probar cosas nuevas -dije-. Además, le está yendo muy bien a la gira, agotamos la gran mayoría de las fechas y, de las que quedan, hay pocas entradas. 
-Wow, que bueno, ¡Felicitaciones! -dijo. Le agradecí y tomé un poco de mi jugo. Miré la hora de mi celular y vi que ya habían pasado varios minutos de lo acordado.
-Uy, mierda, tenía que estar ya en el Hotel -dije. Me levanté de la mesa y, de mi cartera, saqué plata para dejarla en la mesa. 
-¿Ya te tienes que ir? -preguntó Pepe.
-Sí, uhm, me gusto mucho volver a verte y, ¿Te espero mañana en el show? -preguntó sonriente.
-¿Acaso es una invitación? -preguntó. Moví la cabeza en forma de afirmación-. Entonces, nos vemos ahí mañana -dijo. Sonrió.
-Genial, llegó al Hotel y te paso la dirección del Teatro y demás, después hablamos bien -dije. Me acerqué a él para darle un beso en el cachete-. Nos vemos mañana. 
-Nos vemos mañana -saludó.

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora