12

1K 72 9
                                    

Nos quedamos un rato en silencio, hasta que decidí sacar conversación. Odiaba quedarme en una situación incómoda con cualquier persona.

-¿Qué planes musicales tenés? -pregunté.

-Saque varios singles y estoy escribiendo canciones para un álbum. -dijo.

-¿Y sabes el estilo musical por el que se va a encaminar?

-Sí, son puras baladas. -trago la comida-. Estuve sacando música urbana, pero, en este tiempo, estuve escuchando baladas y ahí nació mi inspiración. Además, porque crecí escuchando Reik, Sin Bandera.

-Wow, ¿tenés un tour ya planeado? -me sentía en modo entrevistadora.

-Sí, pero, primero que nada, quiero crecer un poco más en lo musical, hacerme un poco más conocido y, ahí, ya encaminarme a hacer una gira mundial. -respondió-. ¿Y tú?

-Sí, cuando salga el álbum, voy a empezar una gira mundial, voy a recorrer gran mayoría de mi país y, también, países limítrofes.

-Wow, genial. -dijo-. Y, cuéntame, ¿cómo conociste a Pepe?

-A Pepe lo conocí por mi familia, se cansaron de verme mal y soltera. -reímos-. Nuestros papás son mejores amigos, así que, en una fiesta, nos conocimos, al principio me cayó mal porque tenía un enorme ego, pero lo fui conociendo bien y me enamoró por completo. -dije. Mire hacia abajo y jugué un poco con mi anillo-. Siento que es el amor de mi vida y capaz quedo re boluda diciendo eso, digo, tenemos tres meses y ya estoy en modo intensa. -reí-. Pero, hace mucho no me siento así.

-Se nota que estas enamorada, pero, ¿entonces por qué casi me besas la otra vez? -levanto ambas cejas.

-Eh. -me puse nerviosa-. Seguía borracha. -respondí rápido.

-Pero, si tan enamorada estas, no lo harías ni borracha. -dijo con un toque de soberbia.

Rodé los ojos y me levanté. Estaba aguantando mis ganas de arrancarle la cabeza, pero, en cierta parte, tiene razón. Me hace sentir bastante mal que casi haya besado a Sebastián y más si, supuestamente, estoy demasiado enamorada de Pepe.

-¡Hay que volver a el estudio, chicos! -gritaron los productores. Apenas dijeron esto, salí corriendo.

Ya estaba un poco incómoda en esa conversación que estaba teniendo con Sebastián. Cuando llegué a el estudio, me puse a jugar un poco con las cosas que había en el lugar.

-¿Te estas divirtiendo, Cristina? -pregunto Andrés. Salte del susto.

-Ay, boludo, me asustaste. -reí-. No sé, siempre tuve curiosidad por estas cosas. -dije levantando una de las perillitas que había, haciendo que en los parlantes se escuché un pitido que por poco nos deja sordos.

-Ay, boluda, casi me dejas sin tímpanos. -dijo imitando mi acento. Rodé los ojos.

-Bueno, manos a la obra que ya quiero escuchar la canción. -dije frotando mis manos.

-Avanzamos un poco durante el almuerzo, pero no es la gran cosa, faltan bastante arreglos. -respondió y empezo a tocar varias cosas. Lo miré extrañada y con un poco de admiración porque en años me saldría hacer eso.

-Buenísimo. -respondí.

-Y, cuéntame, ¿cómo conociste a Sebastián? -preguntó sin sacar la vista de la computadora.

-¿Qué? -pregunté sin entender nada.

-Nos contó Sebastián que se conocían hace tiempo. -dijo esta vez mirándome.

-Pendejo de mierda. -susurre-. Larga historia. -respondí.

-Pero quiero saber, sé que tu álbum no es para Pepe porque las canciones las empezaste a componer desde antes de conocerlo. -levanto las cejas.

Mierda.

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora