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Sentí unos besos en mi cabeza y abrí los ojos. Conozco a alguien que despertó y tiene al ser humano más hermoso del planeta pero no voy a decir quién soy. Rodeé mis brazos en su cuello y di besitos en su cara. 

-Te extrañé. -dije.
-Yo más, ¿Cómo te sientes? -preguntó.
-Bien, me siento mejor, ¿Qué hora es? -pregunté. Me senté y refregué mis ojos.
-Son casi las ocho de la mañana. -respondió-. ¿Qué dijo ayer el médico? Sobre los estudios de sangre.
-No lo pude volver a encontrar, tuvo una urgencia y salió rápido. -respondí nerviosa-. Tengo que ir otra vez, para ver qué dicen. -me levanté de la cama y me cambié rápido. Entré al baño, lavé mi cara y cepille mis dientes.
-Okey, entonces voy a acompañarte. -dijo.
-¡No! -grité desde el baño-. Quédate acá, amor, descansa. Tuviste un día largo ayer y, encima, viajaste hasta acá, yo puedo ir sola. -sugerí.
-Pero quiero saber qué es lo que dicen. 
-Hablamos cuando vuelva. -dije cuando salí del baño. Le di un pico-. Nos vemos en un rato, te amo.
-Te amo mucho más. -dijo confundido.

Bajé las escaleras y me encontré a mi mamá preparando el desayuno. Traté de caminar rápido, para evitar sus tantas preguntas sobre a dónde voy si mi novio está acá.

-¡Cristina! -gritó mi mamá. 
-Mierda. -susurré cerrando los ojos-. ¿Sí, ma? 
-¿A dónde vas? -preguntó.
-Eh, voy a buscar algo que dejé en la casa de Caro ayer. -dije nerviosa.
-¿Sin Sebastián? -preguntó-. Ustedes siempre que están juntos andan pegados.
-Es que se quedó durmiendo, estaba muy cansado, imagínate. -respondí.
-Ah, bueno, ¿Vas a irte sin desayunar? 
-Es que estoy muy apurada, Caro falto a una clase por mi culpa. -dije caminando hacía la puerta-. ¡Nos vemos en un rato! -grité desde la puerta.

Fui al estacionamiento y abrí la puerta de mi auto. La cerré y me puse el cinturón, encendí el auto y me encaminé hacía el Hospital. 
Llegué y bajé del auto, entré al Hospital y fui hacía Informes.

-Buen día, una pregunta, ¿Dónde esta la zona de ecografías? -pregunté agarrando el papel.
-Buen día, en el segundo piso a la izquierda. -sonrió.
-Dale, muchas gracias. -sonreí y fui al ascensor.

Apreté el botón y las puertas del ascensor se abrieron, entré y apreté el botón del segundo piso. Las puertas se cerraron y, en cuestión de segundos, llegué al segundo piso. Salí rápido y doble a la izquierda, siguiendo la indicación de la recepcionista. Llegué a la recepción del lugar y les pregunté sobre la ecografía, mostrándoles la derivación del médico. Me dieron el okey y esperé en la sala a que me llamen. Mientras tanto, iba viendo mis redes sociales como Instagram. En eso, recordé que tenía que anunciar las nuevas fechas de la gira pero era demasiado complicado hacer la gira por el embarazo, los riegos que iba a correr por estar siempre sin poder descansar y, sumando a eso, iba a estar constantemente con los fans e iban a darse cuenta del embarazo por la panza. Esa es una de las otras tantas cosas que tengo que hablar con los productores de la gira y Rebecca, mi mánager. 

-¡Valdez, Cristina! -gritó la ultrasonidista. 

Me levanté de la silla y caminé al consultorio. Saludé a la ultrasonidista con un beso en el cachete y le entregué la derivación del médico.

-Bueno, voy a pedirte primero que hagas pis en el baño que hay ahí y luego te pongas ésta bata. -dijo señalando el baño y entregándome la bata. Hice caso a las indicaciones que dijo y volví-. Ahora, recostate en la camilla y poné las piernas acá. -ella se sentó e hice lo que pidió-. Voy a introducir una sonda, vas a sentir un poco de incomodidad al principio pero no va a doler ni nada, ¿sí?
-Bueno. -me acomodé bien en la camilla y sentí la sonda en mi entrada. 
-Por lo que puedo ver. -miré la pantalla-. El útero está bien, los ovarios también, las trompas igual, el cuello uterino y área pélvica también están en perfecto estado y sí, con esto confirmamos que hay embarazo, ¡Felicitaciones! -sonrió. Sentí como mis ojos se empezaban a llenar de lágrimas.
-Gracias, ¿Se sabe de cuánto tiempo es el embarazo? -pregunté.
-Todavía no se puede saber, te lo van a decir bien cuando tengas la ecografía por los tres o cuatro meses dependiendo del obstetra. -acomodó sus anteojos.
-Okey, ¿Y está bien? 
-Por lo que pude ver, el embarazo marcha con normalidad, de todos modos, lo hablas bien con tu obstetra. -dijo sonriendo.
-Bueno, muchas gracias. -me levanté de la camilla.
-Mientras te cambias, voy a imprimir las fotos de la ecografía para que tengas un recuerdo. -dijo. Le sonreí y entré al baño para cambiarme. Salí y la ultrasonidista estaba esperándome con el sobre entre sus manos-. Tomá. -me lo entregó-. Cualquier duda o consulta, podés volver, sin turno previo, a consultarme.
-Dale, muchas gracias por todo. -dije. La abracé y la chica río.
-De nada y felicitaciones, a vos y al padre. 
-Gracias. -sonreí-. Nos vemos. -saludé y salí. 

La felicidad que sentía, era tan hermosa. Saber que dentro mío esta creciendo un ser tan hermoso, fruto de un amor tan puro y sano, es una sensación inexplicable. Quizá no es el momento adecuado para tener un bebé por nuestras carreras pero, si Dios lo quiso así, es por algo. Estoy tan agradecida por ésta hermosa bendición de parte de él. 

Cristina. {Sebastini}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora