Quédate. - V

614 64 25
                                    

Entré a la habitación de Sophia después de ver que Brian fue hacia allá. Estaba sentado en la cama, de espaldas a mi, con mi pequeña y preciosa hija en sus brazos.

—Papá y yo estamos teniendo problemas... — Escuché que le decía suavemente, y decidí quedarme parado en el marco de la puerta. —Problemas como cualquier persona, pero lo que tu papá no sabe es que lo amo con mi alma entera, al igual que a ti... Ustedes dos son el amor completo de mi vida, sin ustedes mi vida estaría vacía... Yo estaría vacío... — Su voz comenzaba a quebrarse. Tomó una de las manitas de mi princesa y la acercó a su mejilla, simulando una caricia. —¿Alguna vez te conté cómo conocí a papá? Fuimos a una fiesta... Lo vi y puedo jurar que fue igual que ver un ángel... Me llevó a casa, y al día siguiente me llevó a un lugar que a ambos nos causaba mucha paz... Todo fue tan rápido que a duras penas sé cómo sucedió...

Sophia comenzó a moverse un poco, se estaba despertando, comenzó a soltar unos cuantos chillidos, pero...

—Shhh, Shhh... Calma, amor... — Tomó aire nuevamente, al parecer aún no termina de contarle, pero lo que hizo me sorprendió bastante. —Wise men say... — Cantó con esa voz tan hermosa que tiene... Wow... — only fools rush in
But I can't help falling in love with you... Shall I stay? Would it be a sin
If I can't help falling in love with you?

Mi hermosa niña cayó dormida nuevamente, aferrándose nuevamente al pecho de su padre.
Brian la dejó nuevamente recostada en la cama, le dió un beso en la frente y se aproximó a la puerta, aún sin percatarse de que yo estaba ahí.

—Así que... ¿Un ángel, Eh?

Levantó la mirada y asintió. —Igual que un ángel... Sinceramente, aún lo pareces. Eres lo más cerca que he podido sentirme del cielo...

Sonreí levemente. —Es bueno saber que aún puedo causarte eso.

—Me causas muchas cosas, cariño...

—¿Ah, si? ¿Como cuales?

Su mirada cambió drásticamente. Sus ojos expresaban enojo y dolor. Eso lo supe cuando se aproximó a mi, haciéndome caminar hacia atrás con algo de miedo.

—Me causas Felicidad... Mierda, me causas todo el amor que jamás podré sentir por alguien más... ¿Tengo que continuar? — Me tomó por la cintura y me acercó a él mientras esperaba mi respuesta.

—Me gustaría que lo hicieras...

Lo pensó unos cuantos segundos mientras me miraba, luego sonrió y presionó sus labios contra los míos repentinamente. Dios... Como amo sus labios... Ese sabor tan dulce que tienen me hacen volverme loco.

Doy un pequeño brinco cuando siento su lengua acariciando mis labios, pidiéndome permiso para entrar; no se lo niego y abro un poco mi boca, dejando que su lengua se encuentre con la mía.

Enredo mis brazos al rededor de su cuello, acercándolo más a mí. Nuestras lenguas tienen ya un baile dentro de nosotros. No me extrañaría que ésto se saliera de control. Pero no... No puedo...

Me separo de él gracias a mi fuerza de voluntad y a mis pulmones que ya me están exigiendo oxígeno.

—¿Pasa algo?

Niego al instante. —Sólo estoy cansado.

—¿Quieres descansar un rato?

Vuelvo a negar, su mirada de confusión se hace presente y sonrío al notarlo. —Abrazame y ya.

Hizo caso a mí petición y me envolvió entre sus brazos. —Perdóname, mi vida...

—Brian, si vuelves a decirlo te partiré la cara.

—Bueno, eres Roger Taylor... Odontólogo, padre de familia y el esposo más malditamente sexy que conozco, ¿Debo arriesgarme?

Ambos reímos ante su comentario.

—¿Realmente te parezco sexy?

—Creo que no tengo que decírtelo... — Me respondió mientras bajaba traviesamente su mano de mi cintura hasta mi trasero, para luego darme un pequeño apretón que me hizo dar un salto. A los pocos segundos, sentí mis mejillas más calientes que nunca.

—Siempre te he dicho lo malditamente hermoso y sexy que eres... Joder, ¿Tienes idea de lo bien que te vez con lo que traes puesto hoy? Esos jeans hacen que tú tr...-

Pongo uno de mis dedos sobre sus labios haciéndolo callar mientras me carcajeo.

—¡Basta, basta! Demasiada información, Bri.

Me sonríe de vuelta y me besa la frente. —Te amo, ¿Bien? Nada ni nadie podrá cambiar eso.

Sonreí más ampliamente. Puedo jurar que estoy más que enamorado de éste hombre.

—¿Nada ni nadie?

—Nada ni nadie... — Tomó una de mis manos entre las suyas. —¿Prometes quedarte siempre a mi lado?

—Lo prometo, Bri...

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora