Quédate. - XXII

472 55 109
                                    


—N-No te quiero aquí, Brian...

El más alto los miró confundidos. —¿Qué?

—Ya lo escuchaste. — Replicó Luke. —¿A que viniste?

—No me importa quien seas, así como no debe importarte a que vine.

—Me importa, Brian. Obviamente, si vienes a seguir haciéndole daño a Roger tendrás muchos problemas conmigo.

—¿Quién eres tú para amenazarme? — Preguntó Brian acercándose peligrosamente al ojiverde.

Roger se puso en medio de ellos dos, tratando de separarlos. —Basta, basta los dos. Brian... ¿A que viniste?

—A buscarlos, cielo, es obvio...

—¿Quién te dijo que yo quería que me buscaras?

—Roger, no seas infantil...

—¿Infantil? ¿Perdón? ¿Se te hace infantil querer huir de tus maltratos?

—Eso lo hablaremos cuando estemos solos. — Dijo, haciendo énfasis en la palabra Solos. Claramente, refiriéndose a Luke.

—Roger no tiene por qué esperar, así que arreglen sus asuntos. — El ojiverde tomó de la cintura a Roger y lo giró para mirarlo. Su mirada calmó un poco su miedo y unieron sus labios en un dulce y pequeño beso. —Llámame si necesitas algo, ¿Esta bien?

—Estaré bien, te lo prometo...

Le sonrío y le robó un último beso para luego tomar su chaqueta y salir de la casa, dejando a Brian completamente enfurecido.

No supo contenerse y estampó nuevamente a Roger contra la pared, apretando su pecho para evitar que se moviera.

—¿A eso viniste? ¿A revolcarte con otro? — Y estampó un golpe en una de sus mejillas.

Roger soltó un gemido ahogado de dolor. —M-Me estás Lastimando...

—¿Ah, si? — Preguntó, haciendo presión más fuerte. —Mi amor, ambos sabemos que no te ibas a librar de mí.

—A-Al m-menos lo intenté... — Le respondió con lágrimas cayendo por sus mejillas. —S-Sólo quiero que me dejes vivir en paz... A mí y a mi hija... — Dijo mirando a alguien por encima de los hombros de Brian.

Volteó por inercia, encontrando a su pequeña parada en un rincón, mirándolo con miedo.

—Soph...

Dió un pequeño brinco cuando lo escuchó, y con miedo corrió hacia Roger, escondiendo la cara entre sus piernas mientras comenzaba a llorar.

—¿Estás contento, Brian?

El rizado suspiro de frustración y se agachó a la altura de su hija. —Soph...

La niña se aferró más a las piernas del rubio. —V-Vete... E-Eres malo...

—No, amor... Yo vine hasta aquí por ti, bebé... Vine por ti y por papá...

—¡Yo no quiero ir contigo! ¡Quiero que te vayas!

—Mi amor, por favor...

Separó la cabeza de las piernas de Roger, mirándolo con miedo. —Le pegaste a papá...

—Soph, papá y yo...-

—E-Estabamos jugando, mi amor... — Le interrumpió Roger. —¿Recuerdas como jugábamos en casa? Papá y yo sólo estábamos jugando...

—P-Pero estás llorando...

—Me duele la cabeza, amor, es todo... Papá vino a verte, querías verlo, ¿No?

La niña se limpió las mejillas y se acercó lentamente a Brian. —¿E-Enserio viniste a verme?

—Claro que sí, princesa... — Respondió tomándola de las manitas. —Vine a verlos por qué los extraño mucho...

—¿Te vas a quedar aquí?

—Si papá está de acuerdo, me quedaré con ustedes.

Sophia miró a Roger en busca de una respuesta. Sus ojos brillaban con la ilusión de que su padre pudiera quedarse con ellos.

Suspiró, ya no tenía nada más que hacer. —Está bien, pero llama al abuelo...

La pequeña saltó de alegría y abrazó a Brian. —Papi, te extrañé...

La envolvió él también en sus brazos y la cargó. —También yo a ti, mi vida...

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora