Quédate. - XXXVII

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París, Francia.

Despertó pasadas las 11 de la mañana. ¿Cómo era que había podido dormir tanto?

Se levantó de la cama y caminos hacia la habitación de su hija, con la ilusión de encontrarla a ella y a su esposo aún dormidos o jugando entre ellos, como lo hacían todas las mañanas, pero su sorpresa fue otra.

No había nadie en la habitación. Ni Roger ni Sophia. No había nada.

El pánico se apoderó de él en un santiamén y bajó rápidamente las escaleras hacia la cocina. Tampoco había nadie. Sólo estaba Michael sentado, leyendo el periódico, cómo todas las mañanas.

—¿A dónde se fue Roger?

Michael lo miró con despreció y sonrió burlonamente. —Lejos. Muy lejos de ti.

—Michael, por favor... N-No me digas que se volvieron a ir...

—Afortunadamente, así fue. Mi hijo y mi nieta de fueron muy lejos de aquí.

—Por favor, n-necesito saber a dónde se fueron... — Pidió al borde de las lágrimas.

—Estás mal si crees que te diré donde están. Necesitas ayuda, Brian, y no te dejare verlos hasta que la consigas.

—Yo no necesito ayuda de nadie...

—¡Claro que sí! ¿Que demonios piensas que eran los arranques que tenías en los que casi matas a mi hijo? ¿Juegos o qué? ¡Necesitas ayuda psicológica! Necesitas aprender a controlar toda esa irá que sientes dentro, todos los celos que le tienes...

—No tenía que irse de nuevo...

—¿Crees que lo hace por gusto? Lo hace para proteger lo único que le queda de ti. ¿Tengo que recordarte a mi nieta? ¿Cómo hubiera sido su vida si tú no te hubieras controlado?

Dejó caer una lágrima. Realmente le estaba doliendo. —Y-Y-Yo jamás hubiera dañado a mi hija...

—¿Estás seguro de eso? Brian... Dejanos ayudarte. Roger te quiere con él y de eso estoy seguro, pero no lo verás hasta que trabajes los problemas que tienes. Eso fue lo que él me pidió. Te esperará, yo lo sé.

Suspiró frustrado entre su llanto y asintió. —B-Bien... B-Buscaré ayuda...


Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora