Quédate. - LVI

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Esperé pacientemente a Que Roger llegara del trabajo. Danniel y yo estuvimos charlando un buen rato hasta que él apareció.

—¿Qué haces aquí, Brian?

—Vine a hablar con mi hija. Y contigo.

Suspiró pesadamente y dejó sus cosas encima de la mesa del comedor. —Bien, habla entonces.

Miré a Danniel, entendió perfectamente bien lo que le había pedido, ya que se levantó y subió rápidamente las escaleras, lo último que escuché fue el sonido de su puerta cerrandose.

—Bien, ahora sí hablaremos tú y yo. ¿Por qué le dijiste todo eso a Sophia?

—Por que es la verdad.

—¿Enserio piensas que nuestra hija es un desastre? Puedo llevarme a ese desastre si quieres, así tu vida sería más tranquila.

—Ni lo pienses, Brian. Es MI hija.

—Es mi hija también, y no voy a permitir que la hagas dudar de si misma con tus estúpidos comentarios.

—Oye, oye. ¿Estás viendo lo que ocasionaron sus estupideces?

—¿Te has puesto a pensar en que no solo quiso sorprender a esa niña y al chico que le gusta?

—Siempre le he dicho que ella es la mejor en lo que hace, así que no quieras culparme a mi ahora por algo que ella hizo mal.

—Eso no quiere decir que ella no quiera demostrarte a veces lo que es capaz de hacer. Estuvo mal, si, lo sé. Pero piensa un poco en lo que ella quería que tú vieras.

Suspiró pesadamente y se dejó caer en la mesa. —Brian, hay días en los que no te soporto ni un poco. No voy a retirar lo que dije y no le voy a levantar el castigo.

—Entonces piensa lo que será de tu vida hasta que te pueda regresar a tu hija.

Me levanté de la silla y subí nuevamente a la habitación de mi hija.

—Soph, haz tus maletas, vendrás conmigo.

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora