Quédate (Somebody To Love 2)

Quédate. - XXXVIII

—Danni, ¿Vivirás con nosotros? — Le preguntó Sophia mientras comía una paleta.

—Aún no lo sé, aunque esa fue la indicación de tu abuelo.

Roger sonrió para sí mismo. Danniel realmente le inspiraba confianza por como lo trataba a él y como trataba a Sophia. Ya no se preocupaba por lo que hiciera Brian con su vida. Era problema suyo si buscaba o no ayuda. Él quería ser feliz, pasar el mayor tiempo que pudiera con su hija... Quizás luego encontraría tiempo para estar con alguien más.

Llegaron a la casa luego de unos minutos. Era una casa como en los catálogos, un vecindario bonito, con todas las casas iguales, jardines bonitos y niños jugando alegremente en la calle.

Era una casa de dos pisos, con jardín por fuera y por detrás, tenía muchas ventanas, bastante amplia.

—Soph, ¿Quisieras abrir la puerta? — Le preguntó el rubio a su pequeña extendiendole las llaves.

—¡Si! ¡Yo abro!

La niña tomó las llaves de la mano de su padre y se dirigió a la puerta. Metió la llave en la cerradura, y unos cuantos intentos más tarde, finalmente pudo abrirla.

Era una casa bastante acogedora. Ya estaba amueblada y entraba muchísima luz gracias a todas las ventanas que había.

—Papi, ¿Seguirás durmiendo conmigo?

—No, linda. Ya tendrás tu propia habitación, igual que cuando estábamos en casa. — Le sonrío. —Ahora ésta será nuestra casa por un largo tiempo.

—Yo sé que aquí vas a estar bien, papá. Además, Danni nos va a cuidar.

—Si... Ambos vamos a estar bien aquí. Creo que es momento de ver que habitación le tocará a cada uno de nosotros.

—Ustedes dos se quedarán aquí. En la parte de atrás hay un cuarto pequeño, ahí me quedaré yo, para no perderlos de vista ni un segundo.

Roger miró al pelinegro mientras hablaba, pero no le prestaba atención a sus palabras. Sus ojos eran preciosos...