Quédate. - VII

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El timbre de la casa interrumpió el momento de aquel adorable par de enamorados y se escuchó por el pasillo las pisadas apresuradas de Sophia mientras bajaba cuidadosamente las escaleras.

—¿Deberíamos bajar?

—Claramente, Bri... Mi hija acaba de bajar sola las escaleras, es genial, ¿No? — Respondió Roger mientras se zafaba de los brazos de su marido. —Te lo compensaré ésta noche, Te lo prometo.

Brian lo acercó nuevamente a él y lo besó de manera salvaje, chocando sus labios fuertemente, algo a lo que Roger no se negó en lo más mínimo.

Luego de unos cuantos segundos, finalmente dejó al rubio tomar aire, y sonrió maliciosamente cuando notó su sonrisa de tonto.

—No debiste decir eso, precioso...

Roger le sonrió y se liberó de su agarre, para luego bajar las escaleras y encontrar a su pequeña saltando contra la puerta en un intento por ver quien había tocado la puerta.

—Cielo, ¿Quién es?

—Papi... No alcanzó a ver...

El rubio miró a su hija con ternura y la levantó en sus brazos para acercarla a el pequeño mirador e la puerta. Se emocionó demasiado al ver de quién se trataba.

—¡Abuelo! ¡Papá, Abre la puerta! ¡Es el abuelo!

Roger sonrió y abrió la puerta al instante, Sophia saltó de sus brazos hacia los de su abuelo y le llenó la cara de besos.

—Abuelo... Te extrañé...

—Soph, vino la semana pasada, como cada vez.

—¡Yo siempre extraño al abuelo!

—También te extrañé, Soph — Le respondió su abuelo con una sonrisa. —Ahora debo hablar con tu padre, pero antes de irme te daré una sorpresa.

Sophia Asintió con una sonrisa, dejó un beso en las mejillas de ambos hombres y subió cuidadosamente las escaleras.

Michael centró su mirada en Roger y lo atrajo hacia él en un caluroso abrazo. —¿Cómo Va todo?

Roger suspiró de manera algo pesada. —Igual... Lo hizo de nuevo Hoy...

—¿A que te refieres?

—Fui al centro comercial con Sophia, y lo vi... Me acerqué a él y lo abracé, quise besarlo y llegó una chica... Brian le dijo que sólo éramos amigos...

El hombre mayor suspiró con algo de enojo bastante visible. No era ningún secreto que su hijo le tenía confianza y le contaba de los problemas que estaba teniendo con Brian.

—Luego volvió y me dijo que no lo volverá a hacer... Me hizo prometerle que estaré siempre con él...

—Roger, Por dios... — Respondió Michael tajante mientras lo soltaba.

—Papá... Lo amo...

—¡El amor no siempre es suficiente! ¿Que sigue? ¿Que lo encuentres en tu cama mientras se revuelca con alguien más? ¿Lo perdonarás también por eso? ¡Deja de ser tan ciego y ámate a ti mismo! ¡No lo hagas por ti, Hazlo Por tu hija!

Los vista de Roger se nubló de repente. Sabía que su padre tenía razón, pero no tenía que ser tan duro con él. Confiaba en que Brian nunca le haría eso, y esa era la razón por la que seguiría con él hasta el día en que muriera.

Ese chico sí que se contradecía...

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora