Quédate. - XX

493 51 61
                                    


—¿Enserio, Roger?

—¡Si! Es verdad... Siempre creí que un huevo se preparaba con agua.

Ambos soltaron una carcajada sonora ante la anécdota del rubio. Le contaba a Luke aquella vez que le respondió a Freddie que un huevo se preparaba con agua.

—Muy Bien, Mi precioso niño... ¿Me dejarías llevarte a tu casa?

Suspiró ante la manera en la que lo llamó. —Si no te molesta...

—Claro que no, anda, vamos.

Pagó la cuenta con regaños por parte del rubio, aunque eso no hizo menos el hecho de que quisiera hacerlo.

Salieron de la cafetería y pasearon por las calles tomados de la mano. Roger ya le había explicado a Luke con exactitud la situación con Brian, y le explicó que en el transcurso de la semana le enviaría los papeles del divorcio. Estaba completamente seguro de que quería iniciar una etapa nueva con Luke... A pesar de que, querido lector, Roger no media que llevaban un día de conocerse. Para el amor no hay tiempo, dijo un sabio alguna vez.

Roger estaba feliz. Luke le transmitía sentimientos preciosos, le daba confianza y no dudaba en hacérselo saber a cada cinco minutos.

Estaba feliz. Por ahora, sólo pensaba en cómo se lo diría a su hija...

Pero eso sería al otro día.

Llegaron a la casa y se detuvieron frente al umbral de la puerta.

—Hasta aquí llego yo, Principito. — Le dijo Luke con una sonrisa algo melancólica.

—¿Te veré mañana? — Le preguntó el rubio enredando sus brazos al rededor del cuello del más alto.

—Eso me encantaría... — Respondió acercándose nuevamente a él, chocando sus labios en un beso más apasionado.

Roger sonrió en medio de su beso, fue algo que le causó ternura a Luke.

—Te veré mañana entonces... — Dijo el mayor cuando se separó.

—Hasta mañana...

Un último beso y Roger entró en la casa. Se recargó en la puerta cuando cerró y soltó un largo suspiro.

—¿A dónde fuiste, Hijo? — Le preguntó Michael saliendo de la cocina.

—¡Me asustaste, Papá! — Respingó dando un salto. —A-Anduve por ahí...

—¿Ah, si? ¿Con quién?

—Un chico... Papá, es tan lindo...

—Hijo, ven con calma...

—Me besó...

Michael lo miró seriamente. —Roger, no te involucres tanto, puede hacerte daño también.

—No, papá... Él no es como Brian...

—Espero y estés seguro de lo que estás diciendo. Igualmente, me siento feliz por ti, hijo..

Roger le sonrió. —Gracias, papá...

***

Por otro lado, estaba él. Sabía lo que estaba haciendo, al igual que Roger sabía que un clavo no saca a otro clavo, aunque no perdía nada con intentarlo.

Pero Brian lo seguía buscando.

Estaba desesperado, solamente contaba los días que faltaban para poder tomar el vuelo hacia París y finalmente poderse reunir con su esposo y con su hija.

No salía del hotel, apenas y probaba bocado... Estaba dejando de existir, conocía las razones y estaba haciendo lo que podía para enmendar su error.

Faltaban 3 días para poder tomar su vuelo, y no había dejado de llamar preguntando si ya había algún vuelo disponible, la recepción sólo respondía que le devolverían la llamada cuando hubiera algún vuelo, pero la llamada no llegaba. Sólo llegaban a él más desesperación y más dolor. Estaba arrepentido y le entregaría su vida para poderle comprobar que así era. Estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviera a su alcance, todo lo que es imposible lo volvería posible, y de eso no tenía ninguna duda.

Su hija... Esa pequeña niña hacia que sus días lucieran diferentes. Sentía una desesperación enorme por poder verla, por poder darle un beso de buenas noches y por calmarla cuando había truenos en las tormentas...

Moría por decirles a ambos cuanto los amaba y cuanto lamentaba haber roto su familia; quería despertar nuevamente abrazando a su esposo, quería dormir tocándolo y hacerle el amor todas las noches, justo como era antes. Extrañaba a sus dos principales motores de vida. Reiteraba al igual que yo, haría todo lo que estuviera a su alcance para tenerlos a su lado de nuevo.












Y Roger de Zorra con Luke :'(
¿Les ha pasado algo así?

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora