Quédate. - LV

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Danniel me llamó hace unos minutos, al parecer Sophia tuvo un accidente y Roger la castigó...

Terminé lo que estaba haciendo en el trabajo y corrí hacia la casa. Traté de conducir lo más rápido que pude hasta que llegué.

Toqué la puerta y para mí fortuna, Danniel salió a Abrir la puerta.

—Me alegra que hayas venido... Tiene mucho que hablar contigo.

Le sonrió y asiento. —Pero... Primero necesito que me digas lo que Roger le dijo.

Danniel me explicó todo lo que sucedió, lo que pasó con la otra chica, el accidente y lo que Roger le dijo. No creo que haya sido lo mejor que pudo haberle dicho después de todo.

Subí a su habitación. Estaba recostada en su cama, escribiendo algo en una libreta. Escuchó la puerta y me miró, sonrío al instante.

—Hola, papi...

Le devolví la sonrisa y me acerqué a ella, me senté junto a ella y le besé la frente. —Hola, amor... ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, papá...

—¿Segura? — Bajó la mirada. —Danni ya me contó sobre tu discusión con papá...

—Ya no quiero hablar de eso...

—Soph... ¿No crees que lo que hiciste estuvo mal?

Me miró con lágrimas en los ojos. —Ya les expliqué por qué lo hice.

—Amor, Tu padre no te educó para que hicieras lo que hiciste.

—Me estaba molestando, papá...

—No es excusa, cielo... Estás lastimada, y entiendo que no pensaste que llegaría a pasar. Piénsalo, ¿Que hubiera pasado si te hubieras hecho un daño aún más grande?

Alzó los hombros. —Me hubiera recuperado, creo...

—¿Y si hubiera sido algo de lo que no te hubieras podido recuperar? Amor... Papá y yo nos moriríamos si algo te llega a pasar.

Suspiró. —Sólo quería mostrarle lo que puedo hacer...

—Amor, el hecho de demostrar lo que puedes hacer no es una garantía de que algo no va a salir mal, lo estás viendo ahora.

—Papá ya me castigó. Ya puedes hacerlo tú también si quieres.

—Cielo, no voy a castigarte. — La abracé, tratando de calmarla un poco. —Solamente queremos que entiendas que lo que haces no te hace ser mejor que alguien más. Para nosotros tu eres la mejor. Tú y nadie más que tú.

Sonrió levemente. —Gracias, papi...

—Hablaré con tu padre sobre lo que te dijo... Tu sabes que no lo dijo de verdad.

—Está bien...

—Y ya no llores, princesa. — Le limpié las mejillas. —Las chicas hermosas nunca lloran aunque se vean más lindas haciéndolo.

Soltó una risita y asintió. —Está bien, papi.

—Trataré de venir lo más que pueda, te llevaré al médico cuando haga falta, ¿Está bien?

—Claro que sí. — Me abrazó más fuerte. —Te quiero, papá...

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora