*Kaoru y butch Mi ginecólogo* [Terminada]

Capitulo 115

*Kaoru*

-Wow al parecer lo tenías todo planeado, ¿Verdad?- le pregunté.

-Si, sonríe y me toma de la mano para adentrarnos más en la bonita habitación- ven te quiero dar un baño.

-¿¿Me darás un baño??- pregunté feliz.

-Claro, sabes que me encanta bañarte nena.

-¿Y se podrá un masaje también?- me sentiría como en el cielo si dice que si.

-Todo lo que tú quieras linda, tú solo pídelo y lo tendrás, esta noche te consentiré- una traviesa sonrisa apareció en mis labios y no pude evitar darle un dulce beso en esos perfectos labios que él tenía. Entre besos los dos nos desvestimos lentamente, no teníamos prisa, pues teníamos toda la noche para demostrarnos el amor que sentíamos uno por el otro.

Butch me tomó de la mano, nos condujo hasta el jacuzzi que estaba ya lista con pétalos de rosas en él. Él se metió primero y después me ayudó a meterme, el agua estaba a una temperatura agradable y relajante. Ambos nos sentamos. Él iba a besarme pero antes de que sus labios tocaran los míos, no me resistí y con mi mano le aventé agua a la cara.

Me miró con una sonrisa y con cara de sorpresa. Yo solo ne pude reír, de nuevo se acercó a mi y me dio un pico, para después empezar a lanzarme agua en la cara. No me quedé atrás, ahora los dos parecíamos niños pequeños aventandonos agua y riendo.

Después de jugar un rato con el agua. Butch me jaló para que me sentara entre sus piernas, recargue mi espalda en su fuerte pecho. Tomó entre sus manos el jabón, lo enjuagó un poco y después lo empezó a pasar por todo mi cuerpo. Con su mano derecha pasaba el jabón desde mi cuello hasta mi vientre y justo después de que pasaba el jabón, con su mano izquierda se frotaba sobre todo mi cuerpo.

Lo hacia lento y siempre se detenía en mis pechos. Los estrujaba mientras me daba besos cerca de mi oído o en el cuello. De vez en cuando me susurraba palabras como "Te amo", "Eres hermosa" o "Eres lo mejor que me pasó en la vida"... Yo estaba en el paraíso siendo consentida por el hombre más hermoso, sexy y pervertido de todos.

No me di cuenta pero Butch ya no tenía el jabón en su mano, ya no era una sola mano acariciándome, ahora eran sus dos manos las que me acariciaban por todo el cuerpo. Poco a poco una de sus manos bajó a mi feminidad, separé un poco mis piernas para darle más acceso a su traviesa mano. No tardé en soltar leves jadeos cuando su mano ya estaba tocándome mi vagina.

Dejé caer mi cabeza en su hombro, con una de mis manos me agarré de su ante brazo y cerré los ojos para sentir mejor todas sus caricias. Abrí mis ojos, volteé para ver a Butch, quien me estaba mirando con dulzura mientras sus dedos se movían cada vez más rápido. No pude contenerme más mis jadeos se convirtieron en gemidos. Sin despegar la vista de la mirada de Butch, gemía para darle a entender que me encantaba lo que me estaba haciendo.

Volví a cerrar mis ojos al sentir como mi orgasmo estaba a punto de llegar. Solté un fuerte grito y me corrí. En cuanto lo hice, inconscientemente arañé el muslo derecho de Butch bajo el agua. Pero en ese momento no me importó mucho, yo solo quería disfrutar de mi dulce orgasmo.

-Butch- le dije una vez que abrí los ojos y lo miraba directamente a esos ojos verdes que me enloquecían- hazme el amor.

Él no contestó, simplemente se agachó para besarme con mucha pasión. Sin perder más el tiempo, y sin dejar de besarnos, me moví hasta quedar sentada sobre él. Su pene rosó mi sexo y durante el beso los dos gemimos.

Nos separamos por falta de aire. Yo ya no aguantaba más, quería sentirlo dentro de mi de nuevo. Así que tomé su pene entre mi mano y lo guie hasta mi entrada.

Me separé poco de sus labios y empecé a cabalgarlo despacio para después moverme más rápido. Butch me tomó por las caderas y me pegó a su cuerpo, lo cual provocó que mis pechos se apretaran contra su pecho y empezaran a restregar sobre él. Sin dejar de dar saltitos, Butch me besaba el cuello y de vez en cuando daba pequeñas mordidas. Bajé mi cabeza para poder besar a Butch.

Los gemidos y jadeos se iban haciendo cada vez mas fuertes y constantes. Los dos nos íbamos a correr, pero antes de que pasara, Butch me detuvo y no alcancé a protestar porque me movió, ahora yo quedé debajo de él. Y empezó con sus fuertes embestidas.

Enrede mis piernas en su cintura, él se movía ágil mente sobre mi. Haciendo que el agua se saliera por los bordes de la tina. Siguió moviéndose hasta que sentí como llegaba al orgasmo. Mi segundo y perfecto orgasmo de la noche. Él siguió moviéndose sobre mi, penetrándome hasta que al fin se corrió y me llenó por completo.