*Kaoru y butch Mi ginecólogo* [Terminada]

Capitulo 117

*Kaoru*

Sin previo aviso, entró de golpe en mi. Grité y estoy segura de que Butch lo hizo de igual forma pero no podía oírlo. Lo único que podía oír era la sensual música que emanaba de los audífonos y mi agitada respiración. También podía sentir esas dos bolas que estaban en mi ano moviéndose cuando Butch me embestía.

Las caderas de Butch empezaron a moverse, penetrándome con dureza. Yo por mi parte movía mis caderas para ayudarlo a que tuviera mejor acceso. Sus movimientos se hicieron de poco a poco más rápidos, me sentía en el paraíso. De vez en cuando metía todo su miembro de una sola embestida, otras veces se metía hasta la mitad. Mis manos estaban todo el tiempo en las sabanas, apretándolas cada vez que se movía con más intensidad.

Mi cuerpo estaba más que excitado. Estaba segura que me correría de lo lindo esta noche. Solo faltaba poco para que eso ocurriera y al parecer Butch estaba igual que yo, apunto de venirse. Porque, no se de donde sacó fuerzas, sus movimientos se hicieron aún más rápidos y mientras que me embestía con fuerza, sus manos al fin se quitaron de mis caderas para pasarse a mis pechos, que ya los tenía abandonados.

Los estrujaba y pellizcaba mis pezones. Solo eso bastó para que me corriera por fin. Grité fuerte, pero no supe que tan fuerte lo hice porque aun traía los audífonos. Butch todavía siguió moviéndose por unos segundos más hasta que se corrió y volví a sentir esa sensación de sentirme llena de él.

Mis manos me dolían, jamás las despegué de ña cama. Algunas gotas de agua cayeron en mi abdomen, deduje que era el sudor de Butch. Me quitó los audífonos y ahora si ya podía escuchar el sonido de nuestras respiraciones demasiado agitadas. Esta vez si me había follado muy duro y me encantó.

Butch por fin me dijo que ya podía quitar las manos de la cama. Lo primero que hice fue dirigir mis manos hacia su bien formado abdomen y a partir de ahí las deslicé hasta que llegaron a su nuca y a su pelo, que estaba húmedo por el sudor. De inmediato lo atraje hacia mi para poder besarlo con mucha intensidad y amor. Sobre todo amor.

Después de que nos separamos de una ronda de besos, me volteó para quedar boca bajo. Volvió a levantar mi culo al aire, lentamente empezó a sacar las bolas una por una. Suspiré de alivio cuando las bolas estuvieron fuera de mi.

Pero sentí como Butch me volvía aplicar lubricante. "Esto se pondrá mejor", pensé. Me pusé en cuatro esperando a que entrara en mi de un solo golpe como lo hizo hace un rato. Pero no lo hizo, más bien su pene entró lo más despacio que pudo.

Hace años que no teníamos sexo anal. Todavía me acordaba cuando fue mi primera vez, cuando Butch llevó a su amigo Bard para hacer un trío.

Su miembro entró y creí que ya era todo, pero no, todavía le faltaba un poquito más para estar completamente dentro de mi. Los dos no nos movimos para nada, hasta que me acostumbré de nuevo a su tamaño.

Él inició moviendo sus caderas lentamente de adelante hacia atrás. Había olvidado de esa sensación por completo, parecía como si fuera de nuevo virgen. Después de unos minutos, sus embestidas se hicieron más potentes y rápidas. Contaba sus embestidas... una ... dos ... veinte ... mil ...

Mis caderas por instinto empezaron a moverse contra Butch. Él recargó su pecho, sin dejar de embestirme, contra mi espalda y podía sentir su sudor juntarse con el mío. Besó mi hombro, deje caer mi cabeza hacia atrás y la moví hacia un lado para poder besar a Butch.

Su lengua invadió mi cavidad bucal y se peleaba con mi lengua. Era uno de los besos mas excitantes que me gustaban que Butch me diera. De pronto se quitó de encima de mi y su cadera empezó a moverse en círculos.

Ahora si podía escuchar nuestros gemidos, que no eran para nada silenciosos, pero eso no nos importaba. Solo queríamos seguir follando hasta el cansancio. Una feroz embestida me sacó de mis pensamientos y juro que creí por un segundo que me partiría en dos en cualquier momento.

-Dime ... Kaoru, ¿A quien le perteneces?- me dijo entre jadeos y gemidos sin dejar de embestirme con fuerza.

-Aaahhh tiiii- le contesté- soolooo aahh tiii.

Lo único que escuché fue un gruñido de aprovación. En cualquier momento se correría en mi y yo no me quedaba atrás. Él me siguió penetrando, cuando varias corrientes eléctricas empezaban a recorrer mi cuerpo entero.

Mordí fuertemente mi labio cuando sentí que se corrió en mi ano y yo me corrí también. Nos quedamos unos minutos más en la misma posición, para recuperar el aliento. Cuando mis pulmones volvieron a tener oxígeno, me dejé caer en la cama boca abajo.

Butch también se dejó caer y cayó encima de mi, pero sin hacerme daño. Me quité el antifaz, como pude me volteé para verlo. Quien me miraba con una enorme sonrisa, mostrándome su perfecta dentadura. Le correspondí la sonrisa y me acerqué para darle un cálido beso.

-Te amo, ¿Lo sabes verdad?- me dijo después de romper el beso.

-Si- le di un pico- y yo también te amo con todo mi corazón.

Me respondió con otro beso, pero esta vez era más apasionado. Los dos nos arropamos y nos abrazamos hasta quedar totalmente pegados bajo las sabanas. Estaba a punto de caer dormida cuando la puerta de la habitación sonó.

Enojado, Butch se separó de mi, se puso los boxers y fue a abrir la puerta. Esperé hasta que él regresara y cuando lo hizo venía con una sonrisa a punto de estallar en risa.

-¿Quien era?

-Era el señor de recepción- se rió.

-¿De que te ríes?

-De que dijo que no deberías hacer mucho escándalo, porque los húespedes se quejaron del ruido- dijo y los dos reímos.

Y ahora los dos ya pudimos dormir juntos.