Se colocó los auriculares, luego de haber estado corriendo por casi una hora, y fue hasta la máquina para ejercitar sus brazos, espalda y pecho.
Habían pasado cuatro meses y medio desde que había comenzado a entrenar con Ivanka, y hasta a la joven entrenadora había sorprendido por la rápida pérdida de peso.
En ese tiempo, Martin habían perdido alrededor de quince kilos. Ivanka le había explicado que en la mujer costaba un poquito más, ya que le jugaba en contra el tema de las hormonas.
Y ahora, ni siquiera hacía falta que ella lo guiara en sus entrenamiento, pero de todos modos se juntaban una hora por día para pasar tiempo juntos, hablar.
Todos los días, incluyendo los domingos, Martin se levantaba a la seis de la mañana y salía a correr, regresando eso de las ocho a su hogar.
A la diez se encontraba en la plaza con Ivanka, y también corría una media hora más, para luego ocupar la media hora restante en ejercicios.
De las doce a las ocho de la noche trabajaba con su padre, y de ahí se iba al gimnasio hasta las diez, dónde seguía un plan de musculación y tonificación.
Ahora que había bajado tanto peso, tenía más confianza en si mismo, incluso como para asistir al gimnasio. Aún le faltaban bajar unos diez kilos más.
Y estaba seguro que en dos meses, o un poquito más, llegaría a su peso ideal.
***
Odiaba las reuniones familiares, odiaba encontrarse con sus perfectas primas y tías, todas casadas ya con hombre atractivos. Claro, todas menos la "hijita" perfecta de Federica.
Su prima era hija única, y aunque sus padres la consentía en todo, la jovencita no había salido caprichosa y malcriada como Eliana. Ella aún le faltaban seis meses para cumplir los dieciocho, y sus padres todavía no le elegían un futuro marido.
Y Eliana la odiaba más todavía ¿Y si el grasoso ya había hablado con sus tíos? ¿Y si ya tenían un arreglo para casarse con ella cuándo cumpliera los dieciocho?
El imbecil ya le había dicho que se iba a divorciar de ella, y quizás eso era lo que estaba esperando la estúpida niñata de su prima, quedarse con su marido.
Alumna honorable, jamás faltó a clases, tenía a todos los profesores comprados con su inteligencia y simpatía. E incluso, ella sí seguiría un estudio universitario.
Consideraban que tanta capacidad, no podían truncarla.
¿Y los padres de Eliana? ¡Sólo pensaban en casarla! Sabían que su historial académico no era bueno, y siempre que podía, la joven se escapaba de sus clases.
La mejor opción para su hija, era casarse con un muchacho que tuviera una buena posición económica, como Martin.
—Ven a saludar —le dijo su madre, seria.
Eliana rodó los ojos con fastidio, y salió de su habitación para bajar a saludar a su dichosa familia. Sus padres ahora estaban enojados por lo que ella le había propuesto a Ivanka.
Al parecer, había estado de boca floja y le había contado todo a sus progenitores, en un intento por "ayudarla". Era la excusa más patética que había escuchado.
Saludó a sus tíos, a sus primos más pequeños, y luego a Federica, con su mejor sonrisa falsa.
—Fede, tanto tiempo, hola.
—Sí, hola —sonrió abrazándola.
—Recuerdo cuando mis brazos podían abrazarte con facilidad —rio bajo—. Creo que alguien se tomó muy a pecho sus vacaciones.
La joven rubia la miró con el ceño fruncido, confundida.
—No entiendo.
—Nada, no me hagas caso —le dijo con una sonrisa fingida.
—Me enteré que pospusiste un año tu casamiento.
—Sí, le estoy dando una oportunidad a Martin de... Mejorar un poco su imagen.
—Justamente lo vi esta mañana —sonrió—. Él ha cambiado mucho desde la última vez que nos encontramos. Se ha puesto muy fuerte.
—Espera ¿Qué? ¿Cómo qué desde la última vez que se encontraron? ¿Dónde se encontraron y para qué?
—S-Sólo me acompañó hasta la escuela —le dijo confundida—. Sabes que trabaja con mi papá, y ese día él no podía llevarme.
—¿Y tú sabes qué se casará conmigo, no? —pronunció molesta.
—Sí, lo sé, y no hicimos nada malo, sólo me acompañó.
—Espero que así sea —le dijo frunciendo el ceño, incomodándola—. Y por respeto a mí, que no sólo será mi marido, sino porque eres mi prima también, no vuelvas a verlo, ni tener ningún tipo de contacto con él.
—Pero es mi amigo.
—¿Y a mí que me importa eso? ¡Será mi esposo!
La sala se quedó en silencio luego de aquella exclamación, que llamó la atención de sus padres y tíos.
—Eliana ¿Qué es lo que pasa? —le preguntó su padre serio.
—¿Qué me pasa? ¿Está bien que una mujer se encuentre con un hombre comprometido? ¡Pues para mí no!
—¿De qué estás hablando?
—De mi querida prima Federica, que se encuentra a escondidas con mi futuro marido.
Se giró y miró a la muchacha que estaba desconcertada.
—Están todos presentes, si mi marido me llega a dejar por alguien, que sepan todos que será tu culpa. Si mi matrimonio llega a fracasar ¡Será todo porque tú te metiste en el medio!
E ignorando a todos, subió nuevamente a su habitación, cerrando la puerta con llave, sonriendo. ¿Su esposito creía que ella le dejaría el camino fácil para casarse nuevamente? Estaba muy equivocada.
Se podía separar todo lo que quisiera de ella, pero con Federica, no iba a casarse jamás.
***
Cuando Martin regresó a su casa, se encontró con la desagradable noticia que sus padres tenían para darle. Al parecer, el socio de su papá estaba furioso con él, por actuar de un modo poco ético y moral.
Y es qué ¿Cómo iba a encontrarse a "escondidas" con la prima de su prometida? ¿Cómo podía faltarle el respeto de ese modo a su futura mujer? ¡Era una vergüenza para la familia de los tres involucrados!
Ahora quién quedaba mal vista, era Federica, por intentar de algún modo, "seducir" a un hombre que pronto iba a casarse.
Y Martin estaba furioso, Eliana estaba vez se había pasado con sus estupideces.
...
Pd: Había puesto como multimedia una imagen de Chris Pratt (quién ocupa mi personaje de Martin) en la playa. En la misma se lo ve con un poco de sobrepeso, pero ya con su cuerpo más marcado.
Pero oh, sorpresa, para Wattpad no es adecuada, parece que infringe sus normas y políticas.
Ya me tienen harta con sus pelotudeces (si, bien argentina jajaja) hay tantas cosas por solucionar, y ellos se encargan de los detalles más boludos...