—N-No puedo hacerlo, estoy m-muy nerviosa —sollozó—. N-No quiero v-ver.
—Escucha Eli, si llega a ser positivo, me tienes a mí, a Héctor, a tu familia, no estás sola.
—No puedo criar a un bebé sola, no quiero hacerlo —lloró cubriéndose el rostro—. Y-Yo no quería esto.
—¿Y por qué no le dijiste que se cuidara? —le preguntó afligida, acariciándole la espalda.
—Y-Yo pensé q-que lo hacía, Iva. Si él a m-mi no me quiere, mucho m-menos iba a querer un bebé c-conmigo.
—¿Pero tú no veías si usaba condón o no?
Negó con la cabeza, secándose las lágrimas.
—S-Siempre me hizo e-estar de espaldas a él. N-No quería mirarme.
—No puedo creer que Martin actuara de ese modo, que te tratara así —le dijo molesta la joven—. Él cambió mucho, no es el mismo.
—N-No.
—¿Quieres qué entre yo a ver la prueba?
—Sí, por favor.
—De acuerdo.
Dejó a Eliana sentada, y fue hasta al baño del local, para ver el resultado del test sobre el lavado. Observó aquellas dos líneas, y sintió tanta tristeza por la joven castaña.
No importaban los problemas que tuvieran con Martin, él debía hacerse cargo del bebé.
***
Estaba deshecha, no había dejado de llorar desde que había visto el resultado de la prueba. Y desde entonces, habían pasado cuatro horas.
Nadie más lo sabía, sólo Ivanka que había estado con ella, quién la había convencido de decirle a Martin. Él debía ayudarla, era su obligación también.
Tomó valor, y se animó a marcar el número de su marido, secándose las lágrimas del rostro.
"—H-Hola —gruñó, con la respiración pesada."
Del otro lado de la línea, Eliana podía escuchar a una mujer gemir, y el golpeteo de la cama, de sus cuerpos chocar, las respiraciones de ambos.
Sus ojos volvieron a cristalizarse, y se secó las lágrimas rápidamente.
—Quiero el divorcio —pronunció en un tono lo más serio posible que había podido en ese momento, antes de cortar.
Respiró varias veces profundo, y se negó a volver a llorar. Ella no era una mujer débil, al diablo con el modelo de esposa que sus padres le habían impuesto.
Fue hasta el baño, se lavó el rostro, y luego salió directo a casa de sus padres. Ella quería el divorcio, ya no cubriría más a ese infeliz que tanto daño le había hecho.
Lo lamentaba por la familia de él, pero estaba segura que de todos modos dirían que el niño no sería de su hijo, porque así de mal vista la tenían.
Y luego de casi media hora de caminar, llegó finalmente a la casa de sus progenitores.
—Eli, que lindo que hayas venido a visitarnos —sonrió su madre, abrazándola.
—Sí, pero no traigo buenas noticias ¿Está papá?
—Sí, en el living con tu hermanita ¿Qué pasa?
—Se los diré a ambos adentro —pronunció caminando con su madre hasta la casa.
Su hermana se alegró de verla, abrazándola fuerte, y su padre la observó preocupado, al ver la expresión en el rostro de ella, serio, pero afligido a la vez.
—¿Qué pasa, hija?
Su mamá le pidió a su hermanita que fuera a su habitación por un momento, y fue entonces cuándo Eliana habló.
—Me voy a divorciar de Martin, hace más de un mes que él se fue de la casa, y no por trabajo como les había dicho. Él me dejó por otra mujer. Creí que podríamos seguir de este modo, y lo que menos quería era causar problemas, pero hoy entendí que él hizo lo que quiso con su vida, que no le importé yo cuando me dejó, y tampoco le importará mí hijo. Porque sí, estoy embarazada.
—¿Q-Qué? —preguntó su madre desconcertada, su padre estaba del mismo modo, pero en silencio.
—Estoy embarazada de él, ha sido el único hombre con quién he estado, pero sé que su familia de todos modos dirá que no es su hijo, porque él no ha estado aquí el último mes. Y la verdad, ya no me importa más nada, no me interesa que pueda pasar ahora, sólo me quiero separar.
—Tú no te preocupes, yo me encargaré de todo —le dijo serio su padre.
***
Martin estaba durmiendo con su novia, ya eran cerca de las nueve de la noche, cuando su celular comenzó a sonar, una y otra vez, con el tono de llamada.
De mala manera, tomó el celular, creyendo que se trataría una vez más de Eliana, y contestó sin ver.
—¿Qué demonios quieres? ¿Para qué me llamas ahora? Ya me dijiste que querías el divorcio, manda el maldito-
"—¡¿Qué demonios hiciste?!"
—¿Papá?
"—El padre de Eliana está furioso ¡Nos dejará en banca rota! ¡¿Entiendes eso, imbecil?! ¡¿Por qué mierda abandonaste a tu mujer?!"
—¿Eliana le contó eso?
"—Mañana a primera hora te quiero aquí, Martin. Y solucionas esto, o-"
—¿O qué? —lo interrumpió—. Ya no soy un niño, soy un adulto, no me vengas con amenazas estúpidas, yo no necesito volver a esa comunidad de mierda, aquí tengo todo lo que quiero.
"—¿Sí? Se nota que no conoces nada. Suerte con tu nuevo "suegro", ni Miriam intercederá por ti" —Le dijo antes de cortar.
—Martin ¿Qué pasó? —le inquirió la rubia, luego de despertar al escuchar a su novio hablar por celular.
—Nada importante, no te preocupes. Tú duerme, regreso en un momento.
—No soy estúpida, Martin ¿Cuántos años crees que tengo? Qué fue lo que pasó con tu padre.
—Nada, sólo que la pendeja fue a hablar con su padre, y parece que ahora tomará represalias o algo así. Pero-
—¡¿Qué?! ¡Te dije muy bien que no quería tener problemas con Iván Menzel! —exclamó con rabia saliendo de la cama, buscando su ropa con desesperación.
—Miriam, esto es lo que ellos quieren, que nosotros nos peleemos, que nos llevemos mal. Recuerda lo que te dije.
—Me importa una mierda eso y todo ¡Te dejé en claro que no quería problemas con la familia de ellos! ¿Y qué se supone que haga si pierdo mi hogar? ¡Nada! No conoces a mí padre, Martin, será mejor que te vayas ya de aquí.
...